ERP. Una ballena envuelta en una red industrial se rinde y deja de nadar, con lo cual queda a merced de la corriente que pronto la empuja hasta la orilla. Esta es una de las causas del varamiento y muerte de muchas especies marinas.
Afortunadamente todavía existen pescadores artesanales dispuestos a proteger las especies marinas de los impactos que como humanos generamos. A inicios de julio un grupo de pescadores cortaron las redes que envolvían a un ballenato en Cabo Blanco.
Uno de estos valientes hombres es Carlos Alberto Álvarez Purizaca (37) patrón de lancha de la embarcación "Fortuna II". Él y sus tripulantes fueron reconocidos por la DIREPRO Piura en respuesta a este acto de nobleza con la naturaleza. El acto realizado en la Municipalidad de los Órganos congregó pescadores, autoridades regionales y activista de la conservación como Naturaleza y Cultura.
Según relata Edilberto Pazos (29) eran las 09:00 aprox. cuando regresaban de pescar atunes en Cabo Blanco y fueron sorprendidos al ver una ballena que se sumergía y salía lentamente a respirar, pero no avanzaba. "Nos dimos cuenta que estaba enredada y que moriría sino la ayudábamos" cuenta Pazos. Tras la orden del patrón de lancha, Edilberto y el resto de la tripulación bajaron en su chalana-pequeño bote-para acercarse más al animal que permanecía quieto. Con afilados cuchillos iniciaron una operación que duró 30 minutos hasta cortar la última red. Cinco minutos después de quedar libre la ballena recuperó las fuerzas y prosiguió su camino.
Álvarez Purizaca indica que tardaron en liberar al animal porque las redes eran industriales: "Este tipo de aparejos no se usan en el Perú, pues eran negras y de 10 pulgadas de ancho, son redes industriales y nos afectan mucho, pues también se llevan los atunes y merlines" concluye.
Entre agosto y diciembre se inicia la temporada de ballenas jorobadas (megaptera novaeangliae). Los cetáceos llegan procedentes de la Antártida hasta aguas piuranas y permanecen aquí hasta el nacimiento de sus crías. Este ciclo de la naturaleza promueve una cadena económica posicionada y emergente. El turismo sostenible de avistamiento de ballenas en los mares del norte, es uno de las mayores atracciones que tenemos entre Piura y Tumbes.