Piura- Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, presidió la Santa Misa que se celebró a las 7 de la mañana en el atrio de la Basílica Catedral de nuestra ciudad, ante centenares de devotos que asistieron a participar de la primera procesión de la venerada imagen del Señor de los Milagros por las principales calles de nuestra Ciudad. La Santa Misa fue concelebrada por numerosos sacerdotes de la Arquidiócesis.
Quien no vive para servir no sirve para vivir
Reflexionando en el mensaje del evangelio, nuestro Arzobispo mencionó: "En el Evangelio de hoy (ver Mc 10, 35-45), Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, le manifiestan al Señor una ambición humana: sentarse uno a la derecha y el otro a la izquierda en el reino de Jesús, un reino que ellos conciben como terreno, lleno de gloria y de poder. Sentarse a la derecha y a la izquierda era pedirle a Jesús los lugares principales, de mayor honor y poder. Los otros diez apóstoles no estaban tampoco libres de esa ambición porque el Evangelio nos dice que al oír este pedido empezaron a indignarse contra Santiago y Juan y a disputar entre sí. En ellos la ambición era más fuerte que la amistad y generaba división y rencillas entre ellos".
"Jesús – continuó Monseñor José Antonio – les explica que esta petición está fuera de lugar en la vida de un discípulo suyo porque lo que un cristiano debe "ambicionar" es beber su cáliz y ser bautizado con el bautismo con el cual Él iba a ser bautizado, es decir, lo que debemos ambicionar es la cruz, es hacer de la vida una vida de amor, de entrega y de servicio a los demás. Es estar dispuesto a dar la vida por los hermanos (1 Jn 3, 16), porque quien no vive para servir no sirve para vivir. Lo que da sentido a la vida, la llena de luz y de felicidad es el amor hecho servicio. Es esto lo que el Señor de los Milagros desde su trono, que es la Cruz, nos enseña con el ejemplo de su propia vida entregada hasta el extremo por nosotros. Por eso nos ha dicho hoy: "Los grandes los oprimen. Vosotros nada de eso: el que quiera ser grande, que se haga servidor de todos; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos".
"Por eso esta mañana le pedimos al Señor de los Milagros: Ayúdanos a comprender que para ser "grandes", para realmente ser importantes debemos ser como Tú, el último de todos, el servidor de todos. Que la verdadera felicidad está en servir a los demás, no en servirnos de los demás".
"Señor de los Milagros, ayúdanos a entender tu lógica, una lógica totalmente opuesta a la del mundo, que nos anuncia que la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo, es decir sirviendo, porque es en el servicio donde el amor se hace concreto".
"Señor de los Milagros, ayúdanos a comprender que servir es cuidar a los frágiles de nuestra familia, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo, como son entre otros los niños por nacer amenazados por el aborto, los adolescentes y los jóvenes, los ancianos y los enfermos; los discapacitados, los presos, los desempleados, las víctimas de la trata de personas, del alcohol y la droga; los niños obligados al trabajo infantil, el despreciado, el esclavo de su dinero, de su poder o de su placer. Porque como nos enseña el Papa, el servicio siempre mira el rostro concreto del hermano, toca su carne, siente su cercanía, padece su sufrimiento y busca la promoción del hermano".
"Señor de los Milagros, ayúdanos a servir a la dignidad de nuestros hermanos, a luchar por la dignidad de nuestros hermanos a vivir para la dignidad de nuestros hermanos. Ayúdanos a hacernos cargo los unos de los otros por amor, porque la grandeza de un pueblo, como nos enseña el Papa Francisco, siempre depende de cuán grande sea su servicio a los hermanos frágiles".
Señor de los Milagros bendice a nuestras familias
Antes de terminar su homilía nuestro Pastor imploró al Cristo de Pachacamilla por todas las familias: "Quiero finalmente en esta mañana hacerle al Señor de los Milagros dos pedidos. El primero encomendarle a la familia, a nuestras familias, para que las una en su amor. Porque sin familia, como dice el Papa Francisco, sin el calor del hogar, la vida se vuelve vacía. En estos días en que se viene realizando en Roma el Sínodo de la Familia, roguemos al Señor que quiso nacer en el seno de una familia, junto al amor de María su Madre y de San José su custodio, que devuelva a nuestra sociedad la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer, bien inestimable e insustituible, patrimonio de la humanidad y célula primordial de la sociedad, porque lo más lindo que hizo Dios fue la familia (Papa Francisco). Recemos por los trabajos y frutos del Sínodo de la Familia".
La oración: Nuestra primera medida de prevención frente al Fenómeno del Niño
Finalmente nuestro Arzobispo pidió a todos los presentes orar especialmente al Señor de los Milagros para que nos libre de los peligros de un Fenómeno del Niño extraordinario: "Lo segundo: pedirle que aleje de nosotros el peligro de un Fenómeno del Niño extremadamente severo o extraordinario que pueda sembrar muerte y destrucción, y que más bien nos conceda la gracia de un tiempo sereno con suficiente lluvia, tan necesaria para nuestra subsistencia y para la fecundidad de nuestros campos y la sobrevivencia de nuestro ganado. Les ruego a todos ustedes que hagamos de este mes de Octubre un mes de rogativas para alcanzar del Señor por medio de Santa María esta gracia".
Al finalizar la Santa Misa el Ing. Reynaldo Hilbck Guzmán, Gobernador Regional de Piura, condecoró con la Medalla "Región Piura" en el grado de Gran Caballero, a la Sagrada Imagen del Señor de Los Milagros, esta es la máxima distinción que el Gobierno Regional otorga, terminada la ceremonia las andas del Cristo de Pachacamilla salieron en hombros de Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y de los directivos y miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros.
Fotos: Cortesía.