ERP. Ana Estrada Ugarte, un caso emblemático de gestión para acceder a la muerte digna, procedió a cumplirla, tras pasar por diversas instancias judiciales, ante la imposiblidad de recuperarse de una enfermedad que la tenía postrada en cama desde los 12 años. Este es un precedente en el país, en el caso de la eutanasia, la misma que no se encuentra reocnocida en Perú.
Considerando que la eutanasia no se encuentra regulada en el Perú, tuvo que recurrir al Poder Judicial para que autorice su decisión. El proceso judicial llegó a todas las instancias y finalmente se dispuso se cumpla la decisión de Ana Estrada, para lo cual EsSalud debería aprobar el ptocolo y sea ejecutado por médicos no objetores. Una medida que consideró indispensable, considerando que su enfermedad degenarativa era irreversible.
La muerte digna de Ana Estrada marca un hito, que debería ser recogido por los legisladores, para evitar que además del deterioro de la salud de una persona que no tiene sanidad, se le someta a procedimientos judiciales extensos y que tardan en resolverse.
Su abogada Josefina Miró Quesada, confirmó la noticia a través de un comunicado publicado en sus redes sociales.
"El domingo 21 de abril de 2024, Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna y accedió al procedimiento médico de eutanasia. Ana murió en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final", se puede leer en el oficio.
El comunicado de prensa emitido señala: "Ana Estrada accedió a la eutanasia y murió con dignidad el domingo 21 de abril de 2024. Ana murió en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final. El procedimiento médico se realizó conforme al 'Plan y Protocolo de Muerte Digna' aplicable a Ana, aprobado por EsSalud, en el marco de la histórica sentencia a su favor".
La lucha incansable de Ana por su derecho a una muerte digna no solo impactó en Perú, sino que trascendió fronteras, convirtiéndola en un símbolo de esta causa. Su legado deja un precedente en la justicia peruana, que reconoció por primera vez el derecho de todos a morir con dignidad.
El caso de Ana Estrada también abrió la puerta para que otras personas, como Maria Benito, puedan tener reconocido su derecho a rechazar tratamientos médicos que mantienen su vida, con el fin de acceder a una muerte digna.
La familia y seres queridos celebran su vida y agradecen las muestras de solidaridad hacia su lucha. Además, pidieron que se respete su privacidad en estos momentos.
