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Rousseff pide renovar la fe en Brasil tras escándalo de corrupción

América Latina
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dilma rousseff 655x438ERP. (UNIVISIÓN) La presidenta brasileña Dilma Rousseff dirigió un mensaje a la nación el domingo en el que pidió renovar la fe en el país en un momento en que enfrenta un grave problema fiscal y un escándalo de corrupción que ahora envuelve a decenas de políticos de alto rango y a la petrolera estatal Petrobras.

La mandataria pidió comprensión al decir que el país atraviesa por dificultades y estará "haciendo correcciones y ajustes en la economía" y aclaró que los problemas eran temporales y cíclicos.

"Usted tiene todo el derecho de enojarse y preocuparse, pero pido paciencia y comprensión porque esta situación es pasajera", aseguró Rousseff en un mensaje de 15 minutos grabado previamente.

La presidenta mencionó brevemente la averiguación de la estatal Petrobras que el procurador de Brasil extendió el martes a una nueva fase para investigar a 54 políticos, entre ellos un exmandatario, una ex jefa del gabinete presidencial y los actuales presidentes de ambas cámaras. La fiscalía sostiene que hay indicios de que los políticos y exejecutivos de Petrobras recibieron sobornos de empresas constructoras que se beneficiaban al ser otorgadas contratos con la petrolera.

Rousseff señaló que Brasil aprendió a "aplicar duramente justicia contra los corruptos" y defendió la investigación "amplia, libre y rigurosa" del escándalo que ha sacudido a la séptima economía mundial.

"Con coraje y hasta sufrimiento, Brasil aprendió a practicar la justicia social en favor de los más pobres, así como a aplicar duramente la mano de la justicia contra los corruptos", afirmó Rousseff en su mensaje televisivo por el Día Internacional de la Mujer.

"Es eso, por ejemplo, lo que viene ocurriendo en la investigación amplia, libre y rigurosa de los episodios lamentables contra Petrobras", continuó la presidenta de Brasil en su breve referencia al escándalo.

La mayor parte del discurso, sin embargo, lo monopolizó el ajuste fiscal impulsado por el gobierno para reactivar la ralentizada economía brasileña.

"Son medidas para sanear nuestras cuentas y, así, dar continuidad al proceso de crecimiento con distribución de renta de manera más segura, más rápida y más sostenible", afirmó la presidenta.

Rousseff, que puso especial énfasis en resaltar que los avances "sagrados" de los trabajadores no están en peligro, reconoció que Brasil atraviesa por "problemas coyunturales" en su economía derivados del contexto mundial.

"No había cómo prever que la crisis internacional duraría tanto. Y, además, que estaría acompañada de una grave crisis climática", explicó Rousseff en referencia a la sequía histórica que afecta al sudeste brasileño.

Tras cinco años de magro crecimiento, la séptima economía del mundo podría incluso contraerse en 2014, según reconoció hace poco el ministro de Hacienda, Joaquim Levy.

La cifra oficial se conocerá a fines de marzo y, sin dudas, estará lejos del espectacular crecimiento de 7.5% de 2010.

En esta tesitura, el Congreso dirigido por la base aliada echó atrás una de las medidas clave del ajuste fiscal propuesto por el gobierno, que ponía fin a beneficios tributarios a empresarios.

El gesto fue interpretado por analistas como una declaración de guerra del Legislativo al Ejecutivo, justo cuando la prensa local ya filtraba los nombres de los presidentes del Senado y la Cámara como integrantes de la lista de investigados por la trama corrupta en Petrobras.

Con su popularidad en caída libre -perdió 19 puntos hasta el 23% de aprobación según el último sondeo Datafolha de febrero-, Rousseff concluyó su discurso aludiendo a los derechos de las mujeres.

La presidenta recordó que este lunes sancionará la Ley del Feminicidio, por la que se agravan las penas para quienes asesinen a una mujer por razones de género.

 

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