ERP. La crisis económica que dejará la pandemia en todo el mundo, en especial en Latinoamérica, obliga a los gobiernos de esta parte del orbe a reenfocar sus estrategias para promover el comercio exterior, siendo trascendental una mayor interrelación entre sus países miembros, señaló el presidente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Luis Carranza.
En su intervención en el foro virtual ‘Nueva agenda de competitividad en el Perú’, organizado por la Asociación de Exportadores (ADEX) como parte de las celebraciones por sus 47 años de vida institucional, estimó una caída de alrededor de -9% en las economías de Latinoamérica, por lo tanto, adoptar medidas y adecuarse al contexto mundial será primordial para iniciar la recuperación.
Indicó que con la pandemia se verá una recolocación de algunas cadenas de valor –de globales a regionales– en especial en determinadas industrias estratégicas, lo que será una gran oportunidad para América Latina. “Saber reposicionarse en este nuevo escenario es la gran tarea pendiente”, apuntó.
Añadió que la falta de integración y los problemas fronterizos no permitieron la instalación de cadenas de valor regional. El comercio entre los países latinoamericanos es apenas del 15%, mientras en Europa supera el 60% y en Asia el 50%. Queda claro que, además de una fuerte inversión en infraestructura, se necesita mayor pragmatismo y facilitación de las transacciones comerciales entre los países.
Digitalización
Otra de las tendencias es la urgencia de las economías por agilizar sus procesos de digitalización. Luis Carranza señaló que esta revolución tecnológica tuvo un impacto altamente positivo en EE.UU. y Europa, sin embargo, América Latina se mantuvo ajena a esta corriente y ahora, debe superar esta brecha a la brevedad.
“En otros continentes se creó un importante número de puestos de trabajo con la tecnología digital, empleos de alta y de baja calificación, lamentablemente esta parte del mundo no se adecuó a esta línea y ahora vemos la urgencia de realizar mayor inversión en tecnología”, manifestó.
El representante de la CAF informó que, a pesar de haberse aportado capital de trabajo, en términos de productividad se tuvo un crecimiento nulo y hasta negativo, por lo que es necesario facilitar la permanencia de las empresas –en especial de las pequeñas y medianas– reduciendo sus costos, facilitando sus transacciones y superando las trabas logísticas. Solo de esa manera lograrán un crecimiento sostenido.
“El exceso en la regulación agobia a gran parte del tejido productivo nacional. Tenemos ejemplos de productividad en algunos sectores fácilmente replicables, es el caso del camarón en Ecuador, la industria vitivinícola en Argentina y Chile y la agroexportación en el Perú, que son un ejemplo en el mundo”, comentó.
Oportunidades
A pesar de la crisis, Carranza visualizó oportunidades importantes en algunos sectores que, junto a la agroindustria y a la minería, podrían convertirse en otros motores de la economía. “Podemos desarrollar una industria de proveedores mineros muy potente, se trata de un rubro tecnificado, dinámico, con buenos salarios y de mucho valor a la exportación. Tenemos la oportunidad de crear un clúster minero en el país”, dijo.
La industria forestal necesita seguir el ejemplo de la agroexportación y así convertirse en un elemento fundamental que ayude a repuntar el crecimiento. Hace falta poner bienes públicos básicos esenciales y, como diría Adam Smith, el flujo natural de las cosas nos llevará de la barbarie a la prosperidad, sostuvo.
Respecto a la acuicultura, consideró que debe promoverse las oportunidades de inversión y el uso de nuevas tecnologías a fin de lograr mayor productividad. Cabe indicar que el 2018 se modificó la Ley General de Acuicultura con el objetivo de desarrollar esta actividad, sin embargo, se necesitan programas de promoción y financiamiento para su despegue.
El dato
Salvo China que tendría un leve crecimiento de 1%, otras economías presentarían caídas: EE.UU. (-5.5%), Europa (entre -8% y -9%) y América Latina (-9%). Los países más afectados serán los que tienen un alto grado de informalidad.