ERP. El Omega 3, presente en especies como bonito, caballa o jurel, posee propiedades cardioprotectoras, afirma nutricionista Lorena Romero. En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se conmemora este 17 de mayo, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) resaltó que el consumo de los pescados azules, como la caballa, el bonito, el atún o el jurel contribuyen a controlar esta enfermedad.
Para Lorena Romero, nutricionista de la SNP, un factor que influye en el desarrollo y evolución de esta enfermedad es la alimentación y el estado nutricional de la persona. Para ello, recomendó disminuir el consumo de sal añadida y aumentar el consumo de ácidos grasos poliinsaturados, especialmente el Omega 3.
"Esto a razón de que numerosos estudios señalan que el Omega 3 -presente en los pescados azules- posee propiedades cardioprotectoras, principalmente por sus efectos antiinflamatorios y antiarrítmicos. Así, recomendamos su consumo dos a tres veces por semana en preparaciones que no incluyan fritura, para así aprovechar al máximo sus nutrientes", dijo.
Según datos del Ministerio de Salud, uno de cada tres peruanos no sabe si sufre de presión alta, y a nivel de América Latina, ocho de cada diez personas consumen demasiada sal. Asimismo, de acuerdo con el Instituto de Estadística e Informática (INEI), en 2016 el 8.6% de la población peruana de 15 a más años fue diagnosticada con hipertensión arterial, donde las cifras fueron mayores en el sexo femenino con un 10.4% versus un 6.9% del género masculino.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que las principales causas de mortalidad en el mundo son la cardiopatía isquémica y el accidente cerebrovascular, que ocasionaron 15 millones de defunciones en 2015 y aproximadamente 9.4 millones de esas defunciones se derivaron de la hipertensión arterial.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica no transmisible caracterizada por un incremento continuo de las cifras de la tensión arterial, que es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Cuanta más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear la sangre.