ERP. Hace unos días falleció el historiador Miguel Maticorena Estrada, estudioso de las crónicas del siglo XVI, y de la "Idea del cuerpo nación". En el 2011 prologó la tercera edición del libro Historia de Sullana, de Miguel Arturo Seminario Ojeda, editado por la Caja Municipal de Sullana, a quien en 1994 también prologó su libro sobre La independencia de Piura.
El Regional de Piura considera oportuno dar a conocer por este medio el contenido de este prólogo, que refleja la humildad de un gran hombre, un grande de la Historia, a quien sus discípulos acompañaron hasta el final de sus días, y despidieron con el sentido adiós que se le da a un maestro.
Este es el prólogo:
Prólogo
Con tres ediciones, este libro de Miguel Arturo Seminario Ojeda, es un éxito en la historiografía peruana, más que local es historia regional. Esta obra abarca varias épocas, desde los tallanes e incas hasta la Guerra del Pacífico y Miguel Grau.
Comprende una múltiple temática: Territorios y geografía, lenguas y costumbres, vida religiosa, cultura, colegios y economía, que permite trazar tres épocas: el ciclo rural agropecuario hasta el año 1783, una segunda etapa "urbana" desde 1783 con la fundación de Sullana, y la siguiente modernización que puede ser llamada etapa pre industrial e industrial por la cantidad de industrias que se afincan en la ciudad: cueros, jabón, aceite, desmotadoras, y entre otros signos de modernidad, la banca.
Uno de los grandes prelados del siglo XVIII fue Baltasar Jaime Martinez Compañon, obispo de Trujillo, fundador de muchos pueblos en el norte del Perú. El obispo fundó con el nombre de El Príncipe, un pueblo en La Punta, junto al río Chira, el terreno fue donado por la familia del Castillo, propietarios de la hacienda La Capilla.
A Miguel Arturo Seminario Ojeda se debe una ingeniosa investigación sobre el nombre de Sullana, estudia el vocabulario del Inca Garcilaso de la Vega y encuentra una doble argumentación, una geográfica, y otra filológica. Garcilaso ubica el valle de Sullana encima de Poechos en el mismo lugar que corresponde a Solana cuyo pueblo ha quedado sepultado en el reservorio de Poechos. En cuanto a la versión filológica, el Inca Garcilaso usa la letra "U" que no confunde con la "O", variante cusqueña en "Sullana", cuya demostración ha sido aceptada por los historiadores.
Veo un artículo del profesor de lingüística, Carlos Arrizabalaga, catedrático de la Universidad de Piura, UDEP que confirma la teoría de Seminario. Arrizabalaga amplía la investigación con otros cronistas, una parte importante es señalar cómo el Inca Garcilaso quechuiza el vocablo de Cieza de León, quien estuvo en Piura en 1547 aproximadamente.
Por otra parte es interesante en este libro la gran cantidad de manuscritos de varios archivos consultados, Seminario Ojeda se ha convertido con sus 6 libros, en uno de los maestros en la investigación archivística y erudición. Cada afirmación se basa en el dato archivístico que sabe usar con profesionalismo.
El autor Miguel Arturo Seminario Ojeda tiene el título de Sociólogo, historiador y docente en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega donde también hizo los estudios de maestría y doctorado, ha publicado 6 libros, entre otros: "Piura y la Independencia" 1994; "203 años de la fundación de Sullana", 1986; "Pueblos y caminos de la antigüedad, 1987, más de 200 artículos; es Secretario General del Concejo Directivo del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, Presidente Fundador de la Asociación Cultural Tallán, miembro del Comité Peruano de Ciencias Históricas CISH y Director del Museo del Jurado Nacional de Elecciones.
El libro de Miguel Arturo Seminario Ojeda se publica como un homenaje al Centenario de la elevación de Sullana a la categoría de provincia por Ley del 4 de noviembre de 1911. Sullana celebra con orgullo este centenario en momentos en que se ha convertido en una gran ciudad del Perú llamada a grandes destinos.
Este libro es una muestra de la mejor historiografía política que tiene su base en el documento, el archivo. Es la historiografía que resiste al tiempo a diferencia del ensayismo que a veces abusa de la hipótesis y la interpretación. Es parte de lo que llaman historia tradicional o historia política, generalmente criticada, la historia política, por ejemplo la local o municipal que toca aspectos, digamos menores de la estructura del Estado, el poder político, el centralismo del Estado moderno, esta historia tiene como base la historiografía local, y esto es también importante como la estructura económica y social.
Hay una correspondencia entre lo estatal y local. Sin esto último es difícil conseguir una interpretación completa de la nacionalidad. Podemos adoptar la versión de la última Constitución Española: la Nación está formada por las "nacionalidades" por regiones o autonomías. Ya se sabe que la nacionalidad es la comunidad que aún no ha llegado a la etapa superior de convertirse en un Estado. De este modo puedo decir que el Perú en una nación formada por nacionalidades, en cuanto estas tienen idioma, costumbres, economías. Ahora se habla de multiculturalidad, "país heterogéneo", concepto, este último usado por simón Bolívar, y que ahora está en debate. Finalmente creemos que la microrregión es tan importante como el conjunto nacional.
Miguel Maticorena Estrada
Profesor Emérito de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, Miembro de la
Academia Nacional de la Historia
INTRODUCCIÓN A LA TERCERA EDICIÓN
En el 2011 se cumplen 100 años de creación de la Provincia de Sullana, ocasión oportuna para reflexionar sobre los 100 años recorridos a partir de una victoria de la generación que desde fines del siglo XIX promovió y logró ganar conciencia sobre la necesidad de la autonomía provincial. La nueva provincia, creada el 4 de noviembre de 1911, se inauguró el 2 de diciembre de ese año, abriéndose así un derrotero y un protagonismo asociado a los hombres y mujeres que a lo largo del siglo XX hicieron posible el cumplimiento de un reto lleno de metas y objetivos que han dado a la nuevas generaciones la posibilidad de engarzarse para siempre sobre las huellas de sus predecesores.
En medio de este camino aparecen también aspiraciones aún no cumplidas, como el conocimiento pleno del pasado prehispánico a través de la arqueología del valle del Chira, espacio que seguro dará muchas sorpresas a los hombres de ciencia, como ha venido ocurriendo con espacios donde las figuras de Sipán o Sicán, tanto como Caral, has asombrado a los peruanos y al mundo entero.
Asimismo, la ciudad principal de la provincia, Sullana, la capital provincial, ha crecido más de lo previsto, al comienzo de manera desordenada y desde la década del 50 del siglo XX, con cierto orden y con un proceso de urbanización inicial, alterado por los invasores de terrenos de los años 60. Este núcleo urbano cuyos comienzos están en 1783 con la fundación del pueblo "El Príncipe" en terrenos de La Punta por el obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, ha sufrido los cambios que primero lo convirtieron en Villa en 1826 y en ciudad en 1868, siendo presidentes del Perú Andrés de Santa Cruz y José Balta, respectivamente. Hoy la ciudad alberga a un gran conjunto de sullaneros y neosullaneros que le dan una configuración especial.
Como en muchas ciudades de la costa, y varias de la sierra y selva, las costumbres antiguas han variado, manteniéndose algunas que se han amoldado a los cambios impuestos por la nueva modernidad. Ya las imágenes de una ciudad pueblerina han desaparecido, el campo ha sido absorbido por la ciudad, y aún, los sullaneros que viven en el campo, se desenvuelven como si residieran en la ciudad, en parte como consecuencia del desarrollo de las tecnologías de la información, del conocimiento intenso, y de la introducción de todo tipo de artefactos y equipos.
En nuestra historia aparecen hombres como José Cardo Granell, Miguel Checa y Checa, Isaías Garrido Ugarte, Jacinto Vargas Ladines, Simón P. Morales y Palacios, Pedro J. Merino Vinces, Jorge Eduardo Leigh Cortez, Henry Hilton Leigh Witney, Rodrigo Franco Guerra, Alfredo Woodman Wicks, Daniel Franco, Antonio Cortez, Enrique García, Francisco Valdez, José S. Castillo, José Parcemón Franco, Bidolino Arellano, y otros tantos cuyo esfuerzo hizo posible que ahora a 100 años de la autonomía provincial, sigamos, como sullaneros, al lado de los neosullaneros, mirando hacia el futuro de esta provincia cuya cabecera principal, la ciudad de Sullana, inmortalizada como "La Perla del Chira", sigue creciendo, contándose actualmente entre las ciudades más pobladas del país.
Hombres de esa generación que vivieron la ilusión de la nueva provincia fueron también José Figallo Giovo, Carlos Leigh Cortez, Amaro Velasco, Manuel Ramírez Celi, Buenaventura Cruz, y Federico Augusto Arrese y Vegas. Memoria especial, y para siempre atesorada en la memoria colectiva, es la que los sullaneros dedican a Maximiliano Frías García, y Benjamín Huamán de los Heros
Nuevas organizaciones, sociales, económicas, financieras, deportivas, educativas, recreativas, y de otra índole aparecieron en Sullana, asociadas a personajes que han dejado huella, como José Arens Berg, Sergio Lazo Ramírez, Emilio Caminatti, Arturo Godoy, Rigau Bori, Carlos Verrando Bruena, Pedro Julio Cisneros, Lizardo Román Yañez Gómez, José Burgos Ramos, Carlos Negrini Noblecilla, Fernando "Pompi" Bel Hougthon, Ernesto Mendoza Flores, Amalia Ruiz Carnero, Flora Córdova de Talledo, Olga Balbín Gavilano, Aura Torres Plascencia de Días, Carmela Zapata de Sánchez, Benjamín Zapata Reyes, Lola Cruz Merino de Acha, Hilda avalos de Miranda, Luz Victoria León Morán, Enrique Zapata Cortes, Guillermo Leigh Barreto, Francisco Gonzales García, Manuel Ramírez Celi, Manuel Urbina Ramírez, Miguel Cruz Herrada.
Los sullaneros de hoy admiran las huellas perdurables de hombres y mujeres que han hecho camino en Sullana a través de las letras, música, pintura y todas las manifestaciones de la creatividad humana, como Segundo Ciro Gallardo Gallo, Federico Bermejo Gutiérrez, Víctor Borrero Vargas, Carmen Arrese Pácherrez, Guillermo Riofrío Morales, Adrián Flores Albán, Luis Cruz Núñez, Juan Wilfredo Acha Valdiviezo, Guillermo Burneo Cardó, Pablo Cruz Arrunátegui, Ramón Estrada Távara, Francisco Mauricio Ortiz, Genaro Maza Vera, Juan Vicente Requejo Rodríguez, Rosa Elena "Chalena" Vásquez Rodríguez, Benjamín Zapata Serra, Teodolinda Villalobos de Cruz, Amparo Tizón Cruz, Marcela Ruiz Carnero, Santos Eugenia Gallo Agurto, Manuela Arellano de Negrini, Carmen cruz Delgado, Petronila Peña Acaro, Esther Seminario de Vera, Graciela Caqui de Velasco y otros tantos que trabajan y apuntan hacia el futuro considerando a Sullana entre sus inquietudes.
Hay también Sullaneros que desde otros campos tienen méritos suficientes para quedarse para siempre en la memoria colectiva, como José Carlos Carrasco Távara, Luis Enrique Mendoza Ramírez, Jorge Chau Chong Sing, Felipe García Figallo, Marco Antonio Garrido Malo, Felipe García Escudero, Andrés Cardó Franco, Guillermo Cruz Sánchez, Rodrigo Franco Guerra, Ricardo García Figallo, César Lama More, Carlos Leigh Ginocchio, Miguel Cruz Merino, Luis Cruz Merino, Rodolfo Cruz Merino, Cesar Antonio Leigh Arias, Américo Silva Bardales, Manuel Chinchay Curay, y todos aquellos a quienes reconocemos como verdaderos sullaneros, por el empuje con el que apuntan hacia el futuro de la provincia centenaria.
En un esfuerzo por contribuir al conocimiento del pasado, hemos ubicado los antiguos nombres de las calles en el siglo XIX y de los espacios primeros de la ciudad, así como de los que se consolidaron en los años 30 y 50 del siglo, que deben ser conocidos por las actuales sullaneros "ciudadanos del mundo", para que en medio de la mundialización cultural, reconozcan y muestren a los demás su propia particularidad. Las calles se llamaban: Calle del Ferrocarril, hoy Av. José de Lama; Calle de los Aguateros, hoy Callao; Media Calle, hoy Córdova; Calle Real, hoy Bolívar; Calle Comercio, hoy San Martín; Calle de los Curas, hoy La Mar; Calle de las Cadenas, hoy pasaje Cortez; Calle del Desagüe, hoy Tarapacá; Calle Peligro, hoy Bernardo Alcedo.
Hoy, muchos prefieren llamarse sullanenses, en contra de la tradición y de la técnica, Sullana es una palabra quechua, creación de Garcilaso de la Vega, y por siempre, como aparece en documentos del siglo XIX y XX, nos hemos dicho sullaneros; la Real Academia de la Lengua Española, refiere que ense y iense se usan en los gentilicios de origen latino, lo que no corresponde a Sullana, y pese a esto, por desconocimiento de lo arriba mencionado, una corriente propulsada en su mayoría por foráneos, insisten en el uso de un gentilicio que va contra los hombres de la generación del Centenario que por siempre se dijeron sullaneros.
Hay familias de hondas raíces sullaneras, como los Curay y lo Sócola que desde la época prehispánica han sido testigos del devenir histórico, tanto como los Chorres; o los Nole, descendiente directos de la última capullana del valle del Chira, que bien entrado el siglo XVII hizo valer sus derechos ante las autoridades españolas, recuperando y manteniendo para sí, la propiedad de las tierras de Marcavelica, indivisas por mucho tiempo, hasta la partición de los terrenos entre sus numerosos descendientes, esta familia Nole, mantenía cierto poder adquisitivo, levantando inclusive un mausoleo en el antiguo cementerio de Sullana, que fue destruido con la remodelación y nuevo trazo ordenado por la Beneficencia de Sullana en las primeras décadas del siglo XX, limitándose a colocar los huesos de todos sus antepasados, en dos nichos dados en permuta por la Beneficencia.
Una de las instituciones sullaneras, que ha popularizado el nombre de Sullana en todo el Perú, es la Caja Municipal de Sullana; si hacemos un juicio, actualmente, son tres los símbolos de Sullana que vuelan más allá de su perímetro provincial, la Caja Municipal, el Club Alianza Atlético, y el tondero La Perla del Chira. La Caja Municipal ha logrado el posicionamiento que en 25 años próximo a cumplirse, llenan de orgullo a Sullana.
Hay una serie de logros institucionales que distinguen a la caja Municipal de Sullana de entre otras similares, la incorporación de nuevos servicios, el servicio de transferencias interbancarias que posibilitó la realización de transferencias ente las entidades financieras del país, lo que le significó, ingresar a la Cámara de Compensación Electrónica. Como consecuencia de su liderazgo y excelencia en el rubro servicios ha sido varias veces reconocida con el premio Empresa Peruana del Año, convirtiéndose estas distinciones en el motor que incentiva a esta empresa a continuar por su camino del éxito y el liderazgo.
En el 2010 la Caja Municipal de Sullana recibió el reconocimiento a la Excelencia Empresarial, premio THE BIZZ 2010, organizado por WORLD CONFEDERATION OF BUSINESSES (WORLDCOB). También ese año obtuvo el Premio Mejor Gobierno Corporativo 2010, otorgado por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y la Asociación de Empresas Promotoras de Mercado de Capitales.
El trabajo de la Caja Municipal de Sullana se realiza en casi 60 puntos de atención a nivel nacional, crecimiento que contribuye no solamente al desarrollo de miles de familias, sino también a descentralizar el crédito, y o fomentar la cultura del ahorro; entre la población beneficiada se cuenta a piuranos, lambayecanos, liberteños y limeños.
La Caja Municipal de Sullana se creó en 1986, son 25 años de trayectoria envidiable que con toda seguridad son el comienzo de una continuidad que va más allá de lo económico, al haberse dado evidencias de preocupación por lo cultural. La Caja Municipal de Sullana auspició en su momento la XV edición del concurso "Creatividad Empresarial" organizado por la UPC, el diario El Comercio, ATV y RPP Noticias. Asimismo apoya permanentemente actividades deportivas, razón por la que la población se ha identificado plenamente con ella, por ese auspicio de diferentes actividades.
Por todo este crecimiento, el año pasado, la Caja Municipal de Sullana fue considerada dentro de las más grandes empresas, por Great Pleace To Work Perú; también ha recibido el premio a la Innovación el 2006, y el premio a la Excelencia en el 2008.
Ahora, en vísperas del Centenario, la Caja Municipal de Sullana tomo la decisión de publicar la tercera edición de mi historia de Sullana, gesto que en 1986 correspondió a Fernando Bel Hougthon y en 1994 a José Antonio Burgos Ramos, en la primera y segunda edición respectivamente. Esta actitud multiplica mi compromiso de seguir investigando sobre historia de Sullana, a fin de dar mayores luces sobre el pasado.
Quiero dejar constancia expresa de mi gratitud a los señores Samy Calle Rentería, Bertha Fernández Oliva, y Joel Siancas Ramírez, funcionarios de la Caja Municipal de Sullana; tanto como a Oscar Agurto Saldarriaga y a César Antonio Leigh Arias, cuyo entusiasmo y fe en el futuro de Sullana, procuró que esta tercera edición fuera una realidad.
MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA
Lima, octubre de 2011