ERP. Una multitud de fieles católicos de Piura, Sullana y Tumbes, exalumnos, vecinos y amigos del Rvdo. Mons. Rafael Antonio Egüéz Beltrán, se reunieron en el patio techado del Colegio Parroquial “San Pedro Chanel”, en Sullana, para despedirse de este querido sacerdote que ha dejado una profunda huella en los corazones de los Sullanenses y Tumbesinos. Su cuerpo hoy descansa en la Cripta de los Padres Maristas, en el Cementerio “San José”, en Sullana, hasta donde todos llegaron para acompañarlo y darle el último adiós.
Monseñor Egüez, quiso mucho a la provincia de Sullana y en esta provincia realizó muchas obras de bien; sobre todo, apostando por la educación; trataba de apoyar a aquellas familias pobres para darles a los hijos una oportunidad y se conviertan en profesionales. Esta digna misión, la llevó con ahínco y no descansaba en su afán de trabajar por aquellos que lo requerían.
El Arzobispo Metropolitano José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., presidió la Santa Misa de Exequias, la cual fue concelebrada por el Rvdo. Mons. Luciano Maza Huamán, Vicario General, el R.P. Roland Castro Juárez, Vicario Episcopal de Sullana, el R.P. Jimmy Coveñas Pacheco, Vicario Episcopal de Tumbes, el R.P. Pedro Chully Chunga, Vicario Episcopal de Paita, y el R.P. Pedro Talledo Nizama, Vicario Episcopal de Piura, así como por un numeroso grupo de sacerdotes venidos de diferentes puntos de la Arquidiócesis.
En su homilía, monseñor Eguren recordó que: “A pocos días de haber cumplido 80 años de edad, nada menos que el pasado 14 de marzo, fue convocado a la casa del Padre, nuestro querido Monseñor Rafael. Cumplimos hoy con el deber de dar cristiana sepultura a su cuerpo, y damos gracias a Dios por el don de su vida y de su fecundo ministerio sacerdotal entre nosotros. No hace mucho, el pasado 4 de febrero, el Señor le permitió celebrar 51 años de vida sacerdotal. Dios le concedió morir en su querido Callao, tierra donde nació, acompañado del amor de su familia y del profundo cariño de sus amigos, y el Señor que es tan fino en sus detalles, ha querido permitirle descansar, como fue su última voluntad, a partir de hoy y hasta el día de la resurrección final, en su adorada Sullana (…)”.
Eguren Anselmi indicó: “Monseñor Rafael ingresó primero a la Sociedad de María, Padres Maristas. Fue ahí donde hizo su profesión religiosa y recibió la ordenación sacerdotal. Ahí, «Bajo el Nombre de María», como reza el lema de esta querida Congregación Religiosa, aprendió a amar a Jesús y servir a los demás. Quiénes lo hemos conocido sabemos que su profunda piedad filial a María fue una característica muy destacada en su espiritualidad sacerdotal”.
Su pasión por la educación de la juventud, lo llevó a ser el impulsor de la construcción de lo que hoy es este nuevo local del Colegio Parroquial San Pedro Chanel, del que fue su promotor por muchos años. Asimismo, fue el promotor del Centro de Oración, Recreación, Esparcimiento y Producción (COREP) desde donde impulsó la educación cristiana de los jóvenes, es decir, forjar personalidades maduras en la fe, conscientes de su misión en la Iglesia y en el mundo.
Estas iniciativas las trasladó cuando se trasladó a Tumbes, convirtiéndose una vez más en promotor del Colegio Parroquial San Nicolás de Tolentino, iniciativa que aún queda pendiente y que corresponderá a los sacerdotes de la Vicaría Tumbesina y el Consorcio Arquidiocesano de Colegios Parroquiales consolidarlo.