La ribera de la playa ha permitido la construcción de hoteles con una oferta diversa; una gran cantidad de 5 hoteles y otros para el mochilero, brindan alternativas para el turismo receptivo y el nacional. Los hay con las mejores condiciones en Máncora, Vichayito, Punta Veleros y conforme se avanza hacia el sur, un establecimiento de esta naturaleza se ha construido extrayendo espacio entre el acantillado y la orilla del mar.
Seguir esta ruta, es comprobar que cada espacio tiene su propietario; los que no han podido construir si han demarcado y lo que debería ser una planificación regional, la deciden desde Lima a través de la Superintendecia de Bienes Nacionales. Existe demasiado desorden; pese a ello, quienes valoran la riqueza del litoral piurano, han construido sus hoteles y brindan un servicio de buena calidad.
Las razones para ubicarse en el litoral piuranoson múltiples. El primero es el clima, un sol que en verano llega como promedio a los 36° C de temperatura e incluso más, es el complemento adecuado para aguas que son recorridas por la corriente de Humboldt o la contracorriente del Niño. Agua fría y agua caliente, permite un bienestar a los visitantes, pero al mismo tiempo a la diversidad natural.
La diversidad natural es la que sustenta la vida de pobladores que han construido sus viviendas en diversas caletas. Varios pueblos se han desarrollado mucho más que otros, en tanto que varios viven en total armonía con las olas que con marea alta se acercan mucho más a sus casas y los recursos que les provee el mar. Las especies de peces son una riqueza natural y sustenta la economía de estas caletas.
Máncora, es el balneario que más atracción genera. En lo urbanístico, la demanda ha superado su acondicionamiento y los negocios cada cierto tiempo sonn castigos por la marea; pasado el riesgo, regresan al mismo lugar y avanzan como si nada hubiera pasado.
El distrito de Los Órganos, tiene en Vichayito y Punta Veleros sus principales atracciones. Es quizá el centro poblacional con mejores condiciones para desarrollarse; la actividad turística y la petrolera se alternan y se privilegia la explotación petrolífera y se promueve menos la actividad turística. Gran parte de sus espacios, son de propiedad de la Marina de Guerra del Perú, la que distorsiona toda planificación urbana.
El Ñuro es un lugar a conocer, es una caleta anclada en la naciente de las elevaciones de los tablazos, su población es heredera de los antiguos sechuras y lo expresan con orgullo. La actividad pesquera tiene un comportamiento singular, los hombres salen a la faena del mar y las mujeres procesan en el muelle el fruto de la extracción. Es el único lugar que se observa así de ordenado.
La presencia de las tortugas verdes, primero fueron una observación normal de sus pobladores; ahora la propia población ha entendido que pueden ser un hábitar a conocer por propios y extraños y el turismo regional y nacional y receptivo, contemplan la visita y en ella sumergirse para encontrarse con estas tortugas que nadan sabiéndose acompañadas.
Vivir emociones nuevas en el litoral piurano es relajante y admirable. Se recomienda tener mucha información para estar alertados si las condiciones climáticas son normales, permitirá sumergirse al mar y pasear en él sin mayor riesgo. Esta sugerencia nno solo es para el Ñuro, vale para todo el litoral piurano.
Cabo Blanco, Lobitos, Negritos, Colán, Paita, Yacila, playa Los Cangrejos, La Tortuga, San Pedro, Chulliyachi, Matacaballo, Puerto Rico y otras caletas tienen un paisaje que llama y poco a poco, se van desarrollando para hacer del turismo una de las opciones, para complementar a la pesquería como actividad económica.