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Mar, Abr

Estudiantes de Iguala Guerrero fueron asesinados, según sicarios

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Desparecidos de IgualaLa historia del secuestro de 43 estudiantes normalistas y violencia de Estado

ERP. Eran estudiantes de pedagogía y sus edades fluctuaban entre 18 y 23 años. Querían mejoras para la educación y como la mayoría de los jóvenes, reclamaban. Eran una "piedra en el zapato" de las autoridades del Estado de Guerrero. Las primeras acciones en su contra datan del 2011 y prosiguieron después; hubo estudiantes inmolados y México, seguía sin dar mayor importancia a este conflicto social. En el 2011, dos estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa fallecieron tras enfrentarse con la Policía Municipal.

En el 2012, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos hace público un informe en el que afirma que la Policía Federal provocó el enfrentamiento y que fueron los ministeriales quienes dispararon a los estudiantes. El Gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero —del PRD (izquierda mexicana), quien niega que su Gobierno esté involucrado en la matanza, acata la resolución de la CNDH y asegura que todos los funcionarios involucrados en el crimen de los estudiantes serán separados de sus cargos.

Como sucede cuando personajes corruptos llegan al poder público, los culpables fueron detenidos, encarcelados y después liberados. Todos estos entretelones, mostraban que algo estaba pasando en Iguala, estado de Guerrero. Es decir, la matanza de los 43 estudiantes, fue el consecuente de la insania y la locura de personajes siniestros, enquistados en el Poder.

El 26 de septiembre de este año, México se conmocionó y una historia truculenta de horror y de locura, convertía en increíble la historia macabra. Este día los estudiantes pretenden hacerse de unos vehículos para ir a la ciudad de México y participar en los actos en memoria de la matanza estudiantil de Tlatelolco de 1968. Al salir, son alcanzados por la Policía Municipal, la cual dispara contra los estudiantes.

Pese al tiroteo, un vehículo logra arribar hasta el Palacio de Justicia de Iguala. Pero la carnicería se produce a unos pocos kilómetros, en la avenida Periférico Norte. Tres autobuses son baleados salvajemente. Dos ocupantes mueren; otros cinco resultan heridos graves. Los estudiantes identifican a los fallecidos como compañeros suyos. Los agresores secuestran a unos 58 estudiantes, según las primeras versiones oficiales. Después de un día de violencia, el saldo total: seis muertos, tres de ellos normalistas, 17 heridos y 58 jóvenes desaparecidos.

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Delitos de lesa humanidad

Es el inicio de un acto salvaje, increíble para la condición humana. La Fiscalía de Guerrero reconoce que fueron policías los que dispararon a los estudiantes. La CNDH abre un expediente contra los ataques de la policía municipal. Es encontrado el cuerpo de uno de los 58 normalistas reportados como desaparecidos, al que le habían sacado los ojos y arrancado la piel de la cara. La PGJE detiene a 22 miembros de la policía de Iguala, mientras la Fiscalía inicia la búsqueda de los desaparecidos.

Desde el 02 de octubre, el Gobierno Federal toma el control de la situación y ordena el envío del Ejército a Iguala y algunas zonas de Guerrero. Se cree que no solo son los policías municipales los responsables; se indica que parte de los autores estarían vinculados al narcotráfico y que existe una ligazón innegable entre un cártel y las autoridades ediles.

Alcalde de Iguala, sería autor intelectual

Los padres de familia y miles de mexicanos, se asombran e inician cuestionamientos contra la presidencia de la República y todo el sistema federal. La Fiscalía federal localiza a 14 de los 57 estudiantes supuestamente desaparecidos. Dos nombres son señalados como autores intelectuales el alcalde José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa. Abarca, "solicita separarse de su cargo para no entorpecer las investigaciones, después que la Fiscalía de Guerrero lo señalara a él y al titular de Seguridad Pública municipal, Felipe Flores, como posibles responsables de las muertes". Luego fuga.

La Fiscalía estatal afirma que los policías municipales detuvieron a los jóvenes y los entregaron a miembros del narco local, quienes ejecutaron al menos a 17 de los 43 normalistas desparecidos, según la confesión proporcionada por dos presuntos sicarios. El procurador del Estado de Guerrero, Iñaki Blanco, afirma que la orden de asesinar a los jóvenes la dio El Chucky, integrante y uno de los líderes del cartel de los Guerreros Unidos. La verdad se abría paso.

Human Rights Watch afirma que México vive una grave crisis de derechos humanos y denuncia la tardanza del Gobierno de Peña Nieto en gestionar lo ocurrido. "Hay desidia y negligencia del Gobierno actual", arguye. Su denuncia se suma a la de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la ONU. EE UU y la OEA también habían pedido días antes que México esclareciera la desaparición de los estudiantes. El problema sale de la jurisdicción mexicana y se convierte en una crisis política. Peña Nieto, se compromete a dar con los culpables.

Miles de miles de protestas en todo México, exigiendo justicia se multiplicaron. Acapulco, la ciudad más turística de Guerrero, se echa a la calle por los 43 estudiantes desaparecidos. Padres de los estudiantes mexicanos lideran una marcha para pedir justicia. La PGR detiene al 'líder máximo' del cártel Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado. Una marcha masiva en México DF exige esclarecer el 'caso Iguala'. Más de 50.000 personas recorrieron el centro del país para exigir una respuesta clara de las autoridades. La protesta la encabezan los padres de los jóvenes normalistas.

Aún en la tardanza, el presidente Enrique Peña Nieto abre sus puertas a los familiares de los desaparecidos. Estados Unidos, ha mostrado su preocupación y ha solicitado una investigación prolija. Enrique Peña Nieto se reúne con los familiares de los estudiantes desaparecidos. Los padres de los normalistas, tras cinco horas de reunión con el presidente mexicano, exigen resultados en las investigaciones. "Con el sufrimiento no se negocia, queremos a nuestros hijos vivos". Los testimonios de quienes se salvaron dicen mucho. 

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Seguirán vivos en la memoria de los mexicanos honestos

"Vivos se los llevaron, vivos los queremos" fue la frase más reconocida por los mexicanos después del 26 de septiembre. Sin embargo, toda esperanza se diluyó. El procurador general de la República de México, Jesús Murillo Karam, dio una rueda de prensa en la que presentó videos de tres detenidos en los que dos de ellos relatan cómo supuestamente asesinaron a los estudiantes normalistas desaparecidos el pasado 26 de septiembre y luego incineraron sus cuerpos para arrojarlos en el basurero de Cocula.

La descripción de la muerte de los estudiantes no fue puede ser más despiadada. El mundo entero se encuentra sorprendido, y el dolor de los familiares es tan inmenso, que resulta increíble que sea un acto humano. Pero si lo es, y las frases de Enrique Peña Nieto, pueden sintetizar de la mejor manera, lo acontecido en Iguala- México. "ha sido un momento difícil para toda la nación". agregó que la desaparición de los estudiantes indigna y agravia a todo el país, y dijo que seguirán los esfuerzos en las investigaciones y que serán detenidos "todos los que participaron en el crimen". "Les aseguro que no cesaremos hasta que se haga justicia", expresa y sin duda debo hacerlo por el bien de su país.

Las investigaciones seguirán. Hasta el momento hay 74 personas detenidas por los hechos y aún seguirán los carteles donde se expresa que "fue el Estado" el causante de la muerte de 43 vidas jóvenes y cuya única aspiración es haber querido mejoras en la calidad de la educación y moralidad en los actos públicos.

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