ERP. Juan Pablo Castillo y Cindy Rivas, son dos jóvenes provenientes de familias de agricultores y que lograron cumplir sus sueños, gracias a las becas que les entregó el Sindicato Energético S.A (Sinersa) para estudiar en la Universidad de Piura. El primero ahora egresado de ingeniería civil y trabaja en la misma empresa, mientras que la joven se encuentra en el último ciclo de la carrera de ingeniería mecánico eléctrica. Este es el verdadero y real impacto de la responsabilidad social de una compañía en la vida de las personas.
Por. Dante Moscol Rivera
Dejó la chacra de sus abuelos en Santa Sofía, Ignacio Escudero, y se convirtió en un exitoso ingeniero de la Universidad de Piura. Esta es la increíble historia de Juan Pablo Castillo, un hijo de agricultores de Sulllana, quien gracias a una de las becas educativas que otorga la empresa de energía eléctrica Sinersa, cambió radicalmente y hoy junto a su familia disfruta de mejor calidad de vida.
En la provincia de Sullana solo el 26% de jóvenes acceden a una educación superior, según el perfil socioeconómico de la región Piura del INEI. Esta cifra disminuye al pasar a las zonas rurales, por ese motivo la empresa Sinersa decidió apostar por la educación y entregar becas para que los hijos de los agricultores y de sus trabajadores puedan estudiar en la Universidad de Piura, una de las mejores a nivel nacional.
Juan Pablo Castillo dejó la chacra de sus abuelos en Santa Sofía (distrito de Ignacio Escudero) para estudiar en la Universidad de Piura, gracias a la ayuda de Sinersa. Luego convertido en ingeniero civil, ha trabajado en grandes empresas como Odebrecht y la misma empresa de energía eléctrica, donde ahora es supervisor de proyectos.
Ahora en Lima, donde trabaja Juan Pablo, recuerda como si fuera ayer, cuando se enteró que la empresa de energía eléctrica entregaría becas para los hijos de agricultores. “Al inicio las becas solo eran para los socios de la Junta de Usuarios, mis papás no eran socios de la Junta, pero sí mis abuelos, así que mis papás iban a preguntar si había también para los nietos. En un principio les dijeron que no, pero terminó siendo también para los nietos”, añora.
Ya en la Universidad se dio cuenta que debería esforzarse el doble, ya que la educación que había obtenido en el colegio estaba muy por debajo de lo requerido. “Al inicio fue chocante porque el nivel de exigencia era alto, pero sí me esforcé bastante, gracias a ello pude obtener el puntaje para mantener la beca”, cuenta ahora orgulloso de sus logros.
Otro caso ejemplar es el de Cindy Rivas Chavez, una joven estudiante de ingeniería mecánico eléctrica en la UDEP, que siempre ha tenido claro lo que quería, triunfar académicamente y ayudar a sus padres, sus abuelos y a su pueblo.
Vivir en un caserío alejado de Catacaos, no ha sido una barrera para cumplir con sus objetivos de vida. Estudió la secundaria en el Colegio Mayor del Perú, luego ingresó a la UDEP para estudiar becada gracias a Sinersa y el año pasado viajó a México para hacer un intercambio académico en la Universidad Panamericana de dicho país.
También fue becada por ser hija de agricultores. Su papá siembra arroz y maíz, en su parcela de Paredones. Es la mayor de tres hermanos, y el orgullo de sus abuelos, quienes la adoran.
Para ella la beca representa un cambio radical en su vida, ya que ha podido seguir una carrera universitaria y estudiar en el extranjero. “La beca Sinersa representa un paso más para el crecimiento de mi ciudad y del Perú, participar en concurso de becas y elegir estudiar ingeniería, es un honor porque yo sé que puedo aportar en el ámbito eléctrico y mecánico o de la automatización para mejorar la vida de las personas”, cuenta ilusionada con su futuro y el de su comunidad.
Sinersa invierte 2 millones en becas
Juan Yovera, coordinador de Responsabilidad Social de Sinersa, nos cuenta que la empresa apostó por la educación de los jóvenes de las localidades aledañas a las centrales hidroeléctricas de Poechos y Curumuy, como Lancones, Querecotillo, Salitral e Ignacio Escudero, allá por el año 2004.
Cuando la empresa de energía eléctrica llegó a la zona, los funcionarios se dieron cuenta de que uno de los principales problemas de dichas comunidades era la falta de educación. Por ello, primero pusieron en marcha el programa “Construyendo escuelas exitosas”, en convenio con IPAE. El proyecto consistía en dar clases de reforzamiento a los escolares de la zona e involucraba a profesores y padres de familia.
“Sin embargo la empresa descubrió que, a pesar de todos sus esfuerzos, los niños que terminaban el colegio, ya no podían acceder a una educación superior, sobre todo universitaria, debido a la falta de recursos”, cuenta Juan Yovera, que también fue becado por Sinersa para estudiar en la Facultad de Comunicación de la UDEP.
Por ese motivo la compañía extendió el programa “Escuelas exitosas”, como una preparación pre universitaria y la complementó con el programa de Becas Sinersa en la UDEP, que se estableció en el año 2004, con la firma del convenio marco, y en el 2005 se dieron las cinco primeras becas.
Al principio, la beca, se entregó para hijos de agricultores de las Juntas de Riego de Salitral, Lancones, Querecotillo e Ignacio Escudero (Sullana), sin embargo, luego se extendió hasta las Juntas del Medio y Bajo Piura, y Sechura.
Desde el 2005 hasta la fecha, la empresa ha entregado 80 becas para hijos de agricultores y trabajadores, con una inversión de más de dos millones de soles. A pesar que algunos jóvenes beneficiarios no completaron la carrera, la empresa SINERSA y la UDEP decidieron ampliar el convenio de becas hasta el 2022.
El coordinador de responsabilidad social, reconoce que este programa tuvo algunas fallas, como el hecho de que solo existan 14 egresados, es decir menos del 25% de los beneficiados. Frente a esta situación cada 4 años, la universidad y la empresa renuevan el convenio con adendas.
“Por ejemplo se optó por agregar el ciclo cero, o propedéutico, que consiste en la preparación académica durante un semestre de los beneficiarios para que se adapten a la exigencia académica de la UDEP. Si logran aprobar el propedéutico, los becarios continúan su carrera; de lo contrario, quedan fuera del programa”, refirió.
Pese a todo, la empresa está satisfecha por apostar en la Educación en el norte de Perú, porque son al menos 14 familias que han logrado mejorar su calidad de vida y pudieron desarrollarse profesional y personalmente, algo que hubiera sido imposible sin el apoyo brindado por esta organización privada.
Educación es la mejor inversión
Julianna Ramírez, directora de Sostenibilidad de Centrum de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), destacó el aporte de la empresa Sinersa a favor de los jóvenes de las zonas rurales de la región Piura, pues indicó que la educación es la mejor inversión.
Además resaltó que la Responsabilidad Social es una acción que debe ser de largo plazo y tener impacto en la sociedad. En ese sentido afirmó que las empresas tienen que hacerse responsables de los impactos que tiene la organización en sus grupos de interés o stakeholders. “La Responsabilidad Social es la responsabilidad que tiene la empresa con su entorno, esto se aplica en empresas grandes y pequeñas”, indicó la experta.
Asimismo, Ramírez invitó a las demás empresas a imitar acciones de Responsabilidad social como la ejecutada por la citada compañía, sin embargo destacó que no hay un solo modelo para que las empresas impacten positivamente en su entorno.
Por otra parte, el exvicerrector de Investigación de la Universidad de Piura, Dr. Antonio Mabres, expresó su deseo de que en la región distintas empresas sigan el ejemplo de Sinersab el cual, apoya a los hijos de sus trabajadores y de la comunidad, otorgando becas de estudio para que su talento no se pierda por falta de recursos económicos.
La autoridad universitaria señaló que, desde sus inicios, la UDEP se ha preocupado por apoyar a las personas que pese, a la carencia de recursos económicos, tienen las capacidades y el anhelo de formarse. Por ello, dijo, procura a través de alianzas estratégicas con instituciones como Sinersa brindar oportunidades a jóvenes de la región y del país.
Recordó la exigencia de la UDEP y el esfuerzo que les demanda a los estudiantes formarse como los mejores profesionales, lo que implica exigirles en el plano académico y personal. “Buscamos desarrollar en ellos, capacidades y habilidades para que sean universitarios con un amplio bagaje de virtudes que los conviertan en excelentes profesionales. En ese sentido, la Universidad, además de educar para saber, los educa para ser mejoras personas, profesionales íntegros que contribuyan con nuestra sociedad”, enfatizó.
La educación rural tiene deficiencias
Para el experto en temas educativos y exdirector regional de Educación de Piura, Santiago Araujo, lo realizado por la empresa es encomiable, en vista de que la educación secundaria en el ámbito rural tiene muchas deficiencias.
“Primero, ver que en el mundo rural piurano, la tierra está distribuida mayoritariamente (74%) para campesinos que tienen 5 hectáreas para abajo, por lo tanto es una agricultura de sobrevivencia, con falta de recursos, por lo tanto eso incide en los estudios de los jóvenes”, indicó el especialista.
Araujo, que también ha sido jefe de la oficina de Becas de Postgrado Internacional de Pronabec, enfatizó que los jóvenes de ciudades como Sullana y Piura tienen mayores posibilidades para acceder a la información, con usos tecnológicos. “El docente urbano está mejor formado que del mundo rural, por lo tanto una visión de Responsabilidad Social de enfocarse, de poder ayudar a estos jóvenes, hombres o mujeres, es algo loable”, resaltó.
En segundo lugar, dijo, la empresa no solo debe cumplir con entregar la beca, sino hacer un seguimiento a cada uno de los becados, para asegurarse de que los universitarios tengan un buen rendimiento académico y no abandonen sus estudios.
León Trahtemberg es una forma de inclusión
Para el especialista en educación, León Trahtemberg, aseguró que entregar becas de estudio a los hijos de agricultores es una forma de inclusión, que reflejan los valores que la empresa le da al bien común y a la equidad.
Trahtemberg, destacó que la empresa representa el mundo real. “La escuela y muchas veces los institutos y universidades son islas abstractas, teóricas, con poca conexión con la vida real. Articular, acercar, complementar a ambas entidades las beneficia”, incidió.
Asimismo, destacó que el Estado no está atendiendo toda la demanda de educación superior que requieren nuestros jóvenes, ya que las becas que otorga son solo para aquellos estudiantes que obtienen mejores notas.
En ese sentido destacó la importancia de la educación superior para nuestros jóvenes ya que todavía vivimos en un mundo en el que una cantidad importante de empleos (sobre todo en el sector público) se concursan usando como requisito la educación superior. En el sector privado formal es importante para el primer empleo.
Capacitación para periodistas
El Centrum de la Pontificia Universidad Católica del Perú en alianza con el Global Reporting Initiative, dictaron el curso de Responsabilidad Social para periodistas de modo virtual, del 1 de agosto al 5 de setiembre.
Durante el desarrollo de este programa, los periodistas aprendieron sobre las herramientas necesarias para entender qué es la Responsabilidad Social, cuáles son los estándares utilizados a la hora de medir impactos, cuáles son los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de qué se tratan los Reportes de Sostenibilidad –Estándares GRI, como usar el Storytelling para la redacción periodística de notas de Responsabilidad Social y finalmente cómo comunicar temas de Responsabilidad Social tanto en medios digitales como tradicionales.
Datos
- Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU es “Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos”.
- La empresa Sinersa, opera tres centrales hidroeléctricas en el norte de Perú: la C.H. Curumuy, C.H. Poechos 1 y C.H. Poechos 2.