ERP. Una elección debe ser la máxima expresión de información, conocimiento, educación y sobre todo responsabilidad. La última experiencia fue nefasta para el país, la composición congresal no resultó positiva y al contrario, dejaron los intereses generales para atender los suyos y sobre todo de su lideresa. Sin embargo, si estos señores resultaron poco convenientes, parte de lo ocurrido corresponde a los propios electores.
Si consideramos los potenciales candidatos para el 2020 y que son alternativas de los más de 20 partidos políticos, encontramos algunos rostros y personalidades conocidas, otras desconocidas, unos recomendables y otros que a todas luces no se encuentran preparados para ejercer un cargo legislativo. No se trata de voluntad, sino de competencias, capacidades y valores y justamente, esta es la parte que obliga a tener mayor rigor.
El 26 de enero del 2020, nuevamente los peruanos tendrán la posibilidad de decidir y con esa prerrogativa soberana elegir a los nuevos parlamentarios. Si se trataría de hacer un pronóstico, es improbable que se tenga una buena composición, primero porque el elector sigue siendo el mismo y segundo porque se mantienen las mismas normas cuya cifra repartidora distorsiona los resultados.
No quiere decir que no haya buenos ciudadanos que merezcan ser elegidos, los hay y con grandes méritos para ganar en estas elecciones; sin embargo, el estar inscritos en una organización con bajo arraigo es su primer impedimento. La labor del elector sería mirar hacia aquellos partidos políticos con mayores probabilidades de ganar y decidir por los candidatos con mejores calidades para mejorar el Congreso.
Sabemos que las normas electorales no han cambiado, se seguirá aplicando la cifra repartidora con un porcentaje superior al 5%. Esta norma rige para la distribución de escaños y como hemos manifestado en diversas oportunidades, es una regulación que perjudica a las minorías y los excluye de toda representación. En algún momento y seguro en otras elecciones se mire con mayor responsabilidad esta distorsión.
El Jurado Nacional de Elecciones ha dispuesto que los exparlamentarios disueltos en el presente año, si pueden ser candidatos para las elecciones del 26 de enero del 2020. Es decir, estarán en las listas congresales Mauricio Mulder, Rosa Bartra, Salvador Heresi, por mencionar algunos nombres, varios de ellos de ingrata recordación. ¿Votará el elector peruano por estas personas? ¿Qué méritos demostraron en tanto congresistas de la República?
Lo anterior, son preguntas básicas que deberán formularse los ciudadanos antes de emitir su voto. Si miramos el actuar de Fuerza Popular (Fujimoristas), el Apra y algunos congresistas de manera individual, no fue el más correcto, en los momentos más críticos de la lucha contra la corrupción en lugar de coadyuvar para que se sanciones a los responsables, se coludieron con ellos. Los blindajes fueron constantes y el descrédito los fue ganando.
Es así, que el próximo mes de enero, el ciudadano deberá hilar fino para evitar que blindajes, corrupción, incompetencia se repitan en el Congreso de la República. La decisión se encuentra en la decisión del elector y la responsabilidad de quienes salgan elegidos, será únicamente del ciudadano, de lo contrario la culpa no será de los elegidos, simplemente será en instancia más inmediata de los propios electores.
La democracia no solo es votar, la democracia implica construir ciudadanos que ejerzan sus derechos a plenitud, que se pronuncia con independencia de criterio y que elija siempre al o los mejores. Hombres y mujeres, están obligados a mirar la historia y hacer perspectiva de lo que podría suceder. Es difícil, costará mucho ahora, pero no es imposible lograr cambios en el mediano plazo.