ERP. Mercedes Araoz Fernández, es una economista peruana, quien tendrá la difícil tarea de serenar las tensiones políticas entre Ejecutivo y Legislativo y recuperar el tiempo perdido por la impericia de su antecesor. Ella reemplaza a Fernando Zavala, quien renunció al ingresar en crisis el gabinete que presidía, por la negación de confianza por parte del Congreso de la República.
Para muchos, tiene mejores pergaminos políticos que Zavala y en su condición de congresista y ahora ministra, conoce perfectamente los dos espacios donde se desenvolverá. Además de ello, se suma su capacidad de diálogo que ha demostrado como presidenta de la comisión de Economía del Congreso de la República.
El haber desempeñado el cargo de ministra en la época de Alan García Pérez de alguna manera implica algunas nubes; sin embargo, para los principales analistas, es una profesional competente y una mujer digna de confianza, además de dialogante, virtudes que serán exigidas frente a los temas sensibles que se observan en la actual coyuntura.
Presidente de la República y Mercedes Araoz en juramentación- Fotografías Andina
De la pertinencia de sus actos dependerá su futuro. Existen asuntos pendientes de carácter estructural que es posible al menos se planteen; y otros de coyuntura como la libertad de Alberto Fujimori que estará rondando de manera transversal en los asuntos de gobierno. La negación a esa imposibilidad implica reconocer que Pedro Pablo Kuczynski es presidente por ese voto que considera que no existen razones para acabar con la prisión del ex mandatario.
Habría reconocer que el presidente de la República al constituir su nuevo gabinete, actuó con mucha responsabilidad. No se trató de provocar al legislativo para llevarlo a una nueva censura o rechazo del gabinete, sino plantear un gabinete sólido y con personalidades que le den legitimidad. Es el caso de Idex Vexler, quien conoce el sector de Educación y Javier Mendoza Ramírez, que tiene una elogiosa carrera judicial.
La primera respuesta de la oposición ha sido de condescendencia. Tanto fujimoristas como apristas, quienes mantienen una alianza de intereses comunes en el parlamento, han declarado que no tendrán ninguna razón para negarle la cuestión de confianza. Es lógico entender, que lo contrario obligaría al Ejecutivo a disolver el Congreso de la República y convocar a nuevas elecciones.
Se estima, que el gabinete presidido por Mercedes Araoz, se presentará ante el Congreso para realizar la exposición constitucional, la primera semana de octubre. Esta oportunidad será propicia para reencaminar el rumbo del Ejecutivo, el cual se encuentra encimado por un parlamento de mayoría fujimorista y sobre todo, estancado en temas principales como la economía.
Evidentemente, la gran tarea se encuentra en generar crecimiento económico, afectado por el “Niño costero” y por las denuncias de corrupción de la empresa Odebrecht. El primero está muy vinculado a la reconstrucción de las zonas devastadas y el segundo a la erradicación de la corrupción que corroe los cimientos del Estado peruano. Si no se enfrentan con seriedad estos dos aspectos, se seguirá perdiendo las oportunidades.
Sabemos que el fujimorismo busca acumular fuerzas y siempre aprovechará los errores del oficialismo con el prurito de crecer políticamente. El problema es evitar argumentos como Chinchero y otros, que llevaron a la salida de Vizcarra, Thorne e incluso a la defenestración del Contralor de la República. Se trata de poner menos combustible a los problemas nacionales y más templanza para recuperar el tiempo perdido.
El gobierno de Pedro Pablo Kucznynski, es frágil desde su partida, el problema es haberlo expuesto mucho más. Consideramos que Fernando Zavala no tuvo la experticia debida para tan alto cargo; sin embargo, lo que no hizo en el año de gestión, lo compensó con su decisión de demostrar que el Ejecutivo, aún en las condiciones actuales, es un poder que administrado en el marco de la Constitución puede hacer disuadir a la horda irracional que se nutre de ese fujimorismo arcaico, que se niega a morir.