ERP. La delincuencia ha tocado nuestra puerta y ha perjudicado a una joven que realiza un trabajo honesto y esforzado. Ella fue víctima de estos facinerosos que se coluden con malos conductores de vehículos menores, estos se detienen, suben dos malhechores, amenazan con arma blanca y les quitan sus pertenencias compradas con mucho trabajo; luego, de la manera más vil dejan botando a su víctima.
Sullana, es una ciudad tugurizada, caótica, sucia, destruida, desordenada, informal, llena de mototaxis como forma de transporte público. Han pasado muchos alcaldes y todos han sido incapaces de construir una ciudad segura; al contrario, han facilitado con su permisividad que las condiciones de inseguridad y de violencia se multipliquen. Los ladrones se aprovechan de este desorden para cometer sus fechorías.
En ciudades modernas es común tener un sistema de video vigilancia que permita observar lo que acontece en su contexto. El proyecto que se ejecutó en la época de Jaime Bardales, consecuencia de la corrupción fue totalmente ineficiente, de tal manera que las video cámaras se malograron al poco tiempo. Después, lo realizado por los alcaldes que le sucedieron es tan insignificante en relación a lo importante.
Con autoridades competentes, un servicio de inteligencia bastaría para disuadir a los malhechores. La modalidad más común es como clonada para cada acto delincuencial. La víctima sin saberlo, sube a una mototaxi, las cuales pululan en toda la ciudad, cogen rutas desconocidas, en una esquina fingen detenerse por cautela y es el momento propicio para que suban los malhechores hacia la unidad vehicular.
Tan pronto los facinerosos se encuentran en el vehículo, el conductor quien es igualmente es cómplice de los delincuentes sigue una ruta desolada, que es aprovechada por los delincuentes para cometer su delito. Luego buscan un lugar descampado para dejar a la persona perjudicada y luego de ello darse a la fuga a la espera de una próxima víctima.
Todo este aparente protocolo para robar en mototaxi, se repite a diario y llama la atención que la Policía Nacional del Perú sea tan ineficiente para realizar un efectivo control. Se sabe que estos delincuentes fungen de conductores; por lo tanto, programando operativos sorpresivos en coordinación con la Municipalidad Provincial de Sullana y de Bellavista, se podría controlar los actos delincuenciales.
Un sistema informático de antecedentes penales y judiciales permitiría realizar controles ciudadanos rápidos, contra estos malos conductores. No es ubicándose en la avenida Marcelino Champagnat o avenida José de Lama como regularmente lo hacen, sino buscarse zonas más propicias para este tipo de operativos. Las acciones de la Policía tienen que ser más impredecibles y realizarse en zonas más estratégicas.
Una víctima en gran medida, evita presentar denuncias porque saben que no pasará nada después. Generalmente no concurre a las oficinas policiales y forman parte de esa estadística que no se ven y tampoco se contabilizan. Son auto convencidos que ir hacia la Policía Nacional del Perú, es iniciar un camino de declaraciones, testimonios y poca efectividad y prefieren callar.
Pasa el tiempo y la inseguridad ciudadana, sigue siendo el problema central de esta ciudad. Se requiere sin duda un mayor compromiso y equipamiento para erradicarla. Esta responsabilidad es del Gobierno Local que debe crear las condiciones adecuadas para la vida en la ciudad y de la propia Policía Nacional del Perú, entidad que debe extremar sus formas de investigación, de seguimiento y de coacción. Tan igual como se realizó una campaña de #niunamas se debe realizar una similar que diga #niunavictimamas.
Es posible vivir en paz y sin delincuentes. Es posible tener menos víctimas por la actitud insana de delincuentes que pulular por la ciudad, conscientes que no les pasará nada.