ERP. El ex presidente de la República, Alan García Pérez, quiere ejercer por tercera vez este cargo y por el momento, los números no le alcanzan si creemos en las encuestas. Se unió con Lourdes Flores Nano, para enarbolar la bandera, que dos partidos políticos institucionalizados se juntan para garantizar un gobierno más estable y menos impredecible que una organización sin compromisos ni bases a respetar y considerar.
Producto del nerviosismo de la campaña y de la lectura de las encuestas, va por plazas públicas y el grandilocuente orador del pasado, expresa el cansancio del trajín y su mensaje es más fofo que su propio entusiasmo. Evidencia que García Pérez, propone algunas cosas que pudo realizar como gobierno y no lo hizo.
Frente a estos mensajes quizá importantes pero vacíos y sin credibilidad para la población, avanza la campaña electoral del ex presidente con la creencia que la realidad de la votación, le devuelva el entusiasmo que las encuestas le hacen perder. De acuerdo a las últimas, si sus supuestos se cumplen perderían la inscripción electoral y deberán recopilar firmas por primera vez para inscribirse en el Jurado Nacional de Elecciones.
Para los sectores A y B, García Pérez dejó de ser la alternativa; tienen otros aspirantes como Keiko Fujimori, Julio Guzmán, PPK e incluso un anodino como César Acuña para estar representados y con la seguridad que el sistema económico no cambiará. Todos proponen lo mismo, al margen del estilo cansino de unos o vehemente de otros.
Los sectores sociales C y D, quienes definen por emocionalidad su voto, no lo encuentran nada agradable a un personaje gordo que se desplaza en el estrado bailando y moviendo los prominentes senos al ritmo de un Reggaeton. Es la estrategia que usó Alberto Fujimori para llamar la atención en su tercera campaña, con la semejanza que ambos eran percibidos como ridículos.
En tanto, la contendora principal Keiko Fujimori, supo desprenderse del gobierno que presidió su padre y su campaña es una mezcla de ideas, tranquilidad, y sobriedad en cada una de sus presentaciones; lo mismo sucede con Julio Guzmán quien no peca de extravagante y al contrario, su novedad radica en lo fresco de su mensaje.
Tanto Keiko como Guzmán, son personajes jóvenes y tienen una figura fresca. Han sabido posicionarse en los sectores C y D, y sin duda, sus oportunidades de triunfo son más probables que el atávico García Pérez.
Otro aspecto tiene que ver es el entorno que envuelve al atávico Alan García. Quien mayor presencia tiene en los medios son Mulder y Velásquez; el primero tiene un hablar vehemente que cae cansino, en tanto que el segundo es un precario político con muchos barbarismos. Escucharlos tanto a uno como a otro, en franca oposición a temas del gobierno pudo ser bueno en una etapa, pero innecesario en esta donde el gobierno no se encuentra en campaña.
Otro aspecto y que se encuentra relacionado a su experiencia de gobierno, es el sectarismo en el manejo del Estado. El Apra no garantiza nada nuevo y menos oportunidades para personajes diferentes a su filiación aprista.
García Pérez es un candidato que tuvo una presidencia mala. Mirado en la realidad y el tiempo, hasta Evo Morales ha demostrado que fue más inteligente y asertivo en sus decisiones de gobierno; lo que pudo ser una gran promesa latinoamericana, simplemente fue una decepción.
Aparentemente el APRA y con él el PPC no la tienen consigo y muchos esperan que los reflejos juveniles de Alan García renazcan y lo pongan nuevamente en la palestra y los lleve al primer plano que los peruanos se resisten a otorgarle. Si esta ilusa creencia no se hace realidad, estaremos prontos a dar el último prefacio al partido que fundara Víctor Raúl Haya de la Torre. Bien porque se sepulta a un personaje ególatra como García Pérez; pero mal porque se sepultaría la obra creadora de don Víctor Raúl Haya de la Torre.