ERP. Monseñor José Luis Cipriani, es un gran opinante y usa el púlpito y su programa que tiene en Radio Programas del Perú, para pronunciarse sobre temas sensibles, muchos de carácter teológico y filosófico y otros de fondo político. Sus últimas expresiones sobre la infidelidad, simplemente son una graciosidad y propio de alguien que para las tecnologías de información y comunicación es considerado como parte de la generación S.
El controvertido Cardenal, es por su edad y año de nacimiento, un inmigrante de las nuevas tecnologías y es de suponer, que no se encuentra habituado al uso de estas herramientas de comunicación. Le sucede a millones de personas en el mundo, que de pronto, se ven superadas por el crecimiento vertiginoso de nuevas tecnologías.
La infidelidad, va a la par desde que el hombre y mujer establecieron relaciones exclusivas y sobre todo el matrimonio. La historia se encuentra marcada por infidelidades y decir que desde el WhatsApp se dan este tipo de actitudes, es impropio, y quien lo afirma simplemente es ligero, sus conclusiones falsas y exageradas.
Romanos y griegos, propulsores de la moderna práctica del matrimonio, practicaban una hipócrita monogamia en el hogar, pero recurrían a esclavos y concubinatos para saciar sus apetitos. Incluso dentro del judeocristianismo la poligamia no era mal vista hasta la difusión del séptimo mandamiento, el mismo que se implementó desde el Siglo III. Aunque culturalmente hombres y mujeres han construido sociedades monógamas; los científicos tienen explicaciones para considerar a la especie humana como polígama.
El WhatsApp, que para monseñor José Luis Cipriani, es causante de muchas infidelidades, es una aplicación de mensajería multiplataforma que permite enviar y recibir mensajes sin pagar por el servicio que se utiliza. Similares a dicho programa, existen otros como el Skipe, cuya finalidad simplemente es facilitar la comunicación de los seres humanos, usando las herramientas tecnológicas actuales.
Como sucede con toda comunicación privada, en ella se pueden emitir los mensajes más triviales, igualmente los más importantes y urgentes. La comunicación humana, es variada y diversa y en ella confluyen diversos intereses, motivos, circunstancias, razones. Más allá de la tecnología que se use, la infidelidad no es culpa del WhatsApp; sino de los valores culturales que profesa un hombre o una mujer.
Según los estudios recientes, más allá de WhatsApp, las infidelidades se encuentran compartidas entre hombres y mujeres. La percepción general dice que los hombres lo son más y las mujeres menos; sin embargo, el porcentaje va creciendo en mujeres y ya no existe diferencia. Las causas, ayer como ahora, serán diversas. Se producen en el trabajo, en la universidad, en el mercado, en la Iglesia y en todo aquel recóndito lugar donde haya confluencia de hombres y mujeres.
En tal sentido, la frase de monseñor José Luis Ciprini, echando la culpa a WhatsApp de ser fábrica de infidelidades, debe ser considerada únicamente como anecdótica y graciosa, y propia de quienes se resisten a los cambios en las formas de comunicación.