ERP. (Por Miguel Arturo Seminario Ojeda) Cuando alguien llega a Chachapoyas por primera vez, uno de los atractivos más grandes que visita, es la casa natal de Toribio Rodríguez de Mendoza, el prócer de la independencia nacional, cuya huella perduró por los siglos, con una presenciaque se siente hasta hoy; ahora lo evocamos especialmente, pues falleció un día como hoy del año 1825.
Toribio Rodríguez de Mendoza, es uno de los precursores de la independencia de Perú. Fue hijo del maestre de campo Santiago Rodríguez de Mendoza y de Juana Josefa Collantes, nació el 17 de abril de 1750 en Chachapoyas, y falleció en Lima el 12 de junio de 1825, cuando se desempeñaba como rector de la universidad de San Marcos. Sus restos fueron trasladados simbólicamente en un cenotafio al Panteón Nacional de los Próceres en Lima, al no ubicarse su sepultura. Una de las provincias del departamento de Amazonas lleva su nombre.
Este precursor es uno de los sembradores de la peruanidad, como lo demostró tempranamente. Estudió gramática y latinidad en Trujillo, en el Seminario de San Carlos y San Marcelo, y en 1766, continuó sus estudios en el Seminario de Santo Toribio de Lima, graduándose en Artes.
Fue rector del Real Convictorio de San Carlos, semillero de las ideas de patria y libertad, donde realizó una serie de reformas, entre ellas, la creación de asignaturas relacionadas con la historia y geografía del Perú, porque no concebía ignorar la realidad del suelo que se pisaba, y en el que se había nacido, es como se afirma hoy, que conocimiento, más sentimiento, fortalecen la identificación de las personas con su patria.
En el Real Convictorio difundió el pensamiento liberal que fue captado por sus alumnos, influyendo en varios de ellos, que serían luego, grandes protagonistas en el proceso de la independencia del Perú, siendo el fruto de las ideas sembradas por el precursor ideológico de la idea de independencia en suelo peruano. Entre sus alumnos de encontraban Manuel Pérez de Tudela, José Faustino Sánchez Carrión, Manuel Lorenzo de Vidaurre, Francisco Javier Mariátegui, entre otros.
En la Universidad de San Marcos se graduó de licenciado y doctor en Teología en 1776, y en cuanto se fundó el Real Convictorio de San Carlos, el virrey Manuel de Amat y Juniet lo invitó a ser parte del cuerpo docente de ese centro de estudios, como profesor de Filosofía y Teología. Posteriormente recibió las órdenes menores y el presbiterato, y se preocupó por formar a la futura clase dirigente, ante lo inevitable de la independencia que ya percibía.
Su formación académica continuó hasta graduarse en San Marcos de bachiller en Sagrados Cánones, el 16 de abril de 1779, y ese mismo año se recibió de abogado ante la Real Audiencia de Lima. Se alejó de Lima cuando ejerció su ministerio sacerdotal en Marcabal, ubicado en la sierra de Trujillo, y volvió en 1785 a la capital virreinal, como vicerrector del Convictorio de San Carlos, hasta que en 1788 fue nombrado rector, cargo que mantuvo hasta 1817.
Estando en Lima también compartió sus enseñanzas en la Universidad de San Marcos, introduciendo una serie de mejoras, orientadas a superar el escolasticismo y difundir la ilustración. Sin duda alguna, muchos de sus alumnos bebieron a través de él, las ideas de patria y libertad.
En 1790 se incorporó a la Sociedad de Amantes del País, fundada por José Baquíjano y Carrillo, organización que a través de “Mercurio Peruano”, difundió la idea de patria, como resultado de un proyecto consciente, al haberse entendido que no se podía querer lo que no se conocía, por eso se proyectó una idea general del Perú, a través de las descripciones de cada provincia, descripciones que hacían conocer los detalles económicos, sociales, geográficos, históricos, políticos, religiosos, y de otra índole, de cada rincón del virreinato del Perú.
El 30 de junio de 1801 fue elegido vicerrector de la Universidad de San Marcos. Desempeñaba varios cargos cuando sucedió la invasión de Bonaparte a España en 1808, y se promovieron las juntas en América, lo que puso al Convictorio de San Carlos en la mira del virrey, quien ordenó inspecciones a ese centro de estudios.
Cuando el ejército libertador del general José de San Martín ocupó Lima en julio de 1821, Rodríguez de Mendoza vivió la intensidad de ser protagonista de un suceso histórico para el Perú, y firmó el acta de la independencia del 15 de julio de ese año; y cuando San Martín asumió el gobierno como Protector del Perú, fue presidente de la Junta Eclesiástica de Purificación. Luego lo vemos asociado a la Orden del Sol y a la Sociedad Patriótica al año siguiente.
Resultó elegido diputado por Trujillo, tras la convocatoria hecha por San Martín para el Congreso Constituyente de 1822, presidiendo las sesiones preparatorias del Primer Congreso Constituyente del Perú republicano, compartiendo las discusiones de la elaboración de la primera carta magna del Perú, con más de 30 de sus exalumnos.