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Dom, Dic

La viruela: siniestra aliada de Francisco Pizarro

Miguel Godos Curay
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ERP. No fue la hueste perulera de Pizarro la que derribó al imperio de los incas. Fueron las epidemias de viruela, gripe y sarampión las que diezmaron a la población indefensa en un santiamén. El propio Huayna Cápac en 1528 presa de fiebres malignas murió en Quito. El inca victorioso fue recibido apoteósicamente en Tumibamba (Cuenca), después pasó a la Isla Puná. Ahí recibió la mala noticia de una peste que había devastado el Cusco.

Por Miguel Godos Curay
Periodista y docente universitario

Víctimas de un mal desconocido habían muerto Topa Inga su hermano y Mama Toca, su hermana y su tío Apo Illaquita. El inca inmediatamente dispuso el regresó a Quito ya presa de fiebres que lo consumían. Sintiéndose morir pidió que su cuerpo embalsamado fuera conducido al Cusco. Unos cronistas sostienen que el mal de bubas (sífilis) producto de la disipación victoriosa le arrancó de cuajo su existencia.

Otros cronistas como Cieza de León y Pedro Pizarro sostienen que fue la viruela la que mató al soberano y a más de 200 mil personas tras un masivo contagio. Los muertos se amontonaban en los parajes sin que nada se pudiera hacer. Las consultas a los oráculos y los ritos de purificación desbocaron la incertidumbre. La viruela causó estragos en sus capitanes y estrategas militares consumidos por calentura y los rostros cubiertos de caracha. La viruela convirtió en una carnicería mortal al ejército imperial. Los guerreros más fuertes del Cusco fueron diezmados por el mal.

Se ha establecido 1519 como el año de la introducción de la viruela en Nueva España (Centroamérica) fue un esclavo africano del Conquistador Pánfilo de Narváez. “Carbón encendido que inflamó los reinos de Nueva España….” El portador de mal. La viruela procedente de África se desparramó por México, Santo Domingo y el resto de América. La viruela es una enfermedad infectocontagiosa provocada por un virus de la denominación virus Pox que significa pústula. Clínicamente tiene carácter deformante y mortífero que la convierte en una temida peste. Cierto es que junto con Colón, en 1492 y en sus sucesivas incursiones llegaron en sus navíos cerdos y caballos, la gripe porcina, el tifus, el sarampión y la viruela. En Asia y Europa, la viruela, era un mal endémico, enfermedad habitual en algunos territorios o comarcas.

En las nuevas tierras cuerpos sin inmunidad natural no soportaron la agresión bacteriológica. Millones de indígenas sucumbieron ante la enfermedad. Veinte años después de descubrimiento se mantenían a duras penas en pie alrededor de 50 mil pobladores sin fuerzas para el trabajo de las minas lo que originó el arribo de un mayor número de esclavos negros. Muchos de ellos portadores de la viruela. Similar tragedia se vivió en el Perú. Donde un simple estornudo gripal provocaba la estampida de los indígenas temerosos del contagio mortal. El sarampión despobló pueblos y la peste asaltó territorios.

China prodigó un curioso tratamiento 

En China en el 1122 AC se enfrentaba la viruela pulverizando las costras secas de los enfermos las que utilizando tubitos de plata se insuflaban por las fosas de la nariz. Por la fosa izquierda para los hombres y por la izquierda a las mujeres provocando una forma suave del mal y activando la inmunidad. La viruela también causó estragos en Egipto se estima que 10,000 AC ya pululaba la viruela que acabó con algunos faraones reinantes.

El comercio expandió el mal en la India llevado por comerciantes egipcios. Lo propio sucedió en el Mediterráneo favorecido por el comercio negrero. Los árabes trataban el mal frotando el humor de las pústulas de un enfermo sobre un corte en el brazo de un sujeto sano. Este método denominado variolización se extendió en Europa. En 1717, en Londres, Lady Montagu, se contagió de viruela lo que causó la perversa deformación de su belleza. Advertida de los riesgos persuadió al médico de la familia Dr. Maitland para que ante la presencia de la prensa realizara la variolización de su hija una linda niña de ojos azules. El objetivo era conseguir la aprobación del método por el Colegio Real de Médicos de Londres. Aunque el propósito no se cumplió se popularizó el método por toda Inglaterra. La Reina finalmente dispuso la variolización de sus hijas como una consentida y admitida prevención. En 1735 ya se había inmunizado con esta técnica 835 personas.

Edward Jenner, el inventor de la vacuna 

La experiencia despertó en Inglaterra la curiosidad de Edward Jenner (1749-1823) un inteligente músico precoz que incursionó en los estudios de medicina convirtiéndose en médico rural.Su experiencia en el campo le permitió observar que vacas, equinos y cerdos sufrían enfermedades parecidas a la viruela denominadas: Cowpox, Horsepox y Swinepox (Viruela de la vaca, viruela equina y viruela porcina). Así mismo se percató que las ordeñadoras desarrollaban pocas pústulas en sus manos y no enfermaban en pleno brote epidémico. Presumiendo una natural protección. En 1789 y tras la paciente observación se da cuenta que la niñera que cuidaba a uno de sus hijos tenía viruela. Obtiene humor de las pústulas de la enferma y realiza la variolización de su hijo, hasta en dos oportunidades, logrando su inmunidad.

El 14 de mayo de 1796, en su finca campestre, Jenner eligió al niño James Phipps para un memorable experimento. Pertrechado con una lanceta que contenía el fluido de las pústulas de Sarah Nelmes realizó dos incisiones en el brazo del pequeño. A los ocho días el niño presentó una fiebre ligera. Jenner , posteriormente, varioliza al pequeño con una cantidad de humor de viruela que debía enfermarlo lo que no sucedió pues había activado su inmunidad. Este es el principio de las vacunas denominadas así porque se utilizó en su elaboración material obtenido de las vacas. La palabra vacuna viene de vaca. La denominación fue adoptada, más tarde, por Pasteur como protección e inmunidad contra otras enfermedades.

Lima asolada por la epidemia 

En 1749, hubo en Lima, una violenta epidemia de viruela. Se hicieron rogativas y procesiones, implorando la protección de San Roque y Santa Rosa. En 1756, en Maynas se reportó otra epidemia de viruelas. En 1762 hubo en Maynas, dice el Padre Velasco, una fuerte epidemia de viruelas. En 1764 volvió la viruela a Lima, haciéndose rogativas en la Catedral para aplacar su intensidad pues era un mal de consecuencias letales. Según los registros oficiales en 1777 se introduce la vacuna en Buenos Aires, en 1778 en Lima, en 1792 en Santa Fe de Bogotá y a finales de siglo en la ciudad de México

En 1802 la viruela apareció en Lima y tal fue el severo impacto que en 1803 Carlos IV, el soberano español, dispuso el envío de la Expedición Filantrópica de la vacuna dirigida por Xavier de Balmis y Joseph Salvany. Balmis había estado cuatro veces en México y había traducido del francés el tratado de vacunación de Moreau de Sarthe, bibliotecario de la Escuela Médica de París y catedrático de higiene en el Museo Republicano. Balmis

Cosme Bueno y Alegre (1711-1798) médico de los presos del Tribunal del Santo Oficio y de los Hospitales de Santa Ana (1753), de San Bartolomé (1760) y de San Pedro (1761) advierte que quienes han tenido las viruelas ya no se contagian de nuevo. Parte del tratamiento era el de ingerir las costras secas de los enfermos. Ya en 1802 estando de paso un mercante que conducía el fluido de la vacuna a Manila hizo que Hipólito Unanue interesado en su aplicación experimentara la vacunación brazo a brazo sin el resultado esperado probablemente por el poco dominio de la técnica o la pérdida de eficacia de la vacuna.

Sin embargo, utilizando pus de infectados persistió en el experimento. Entre 1802 y 1805, anota el historiador Manuel de Mendiburu (1805-1885): “se generalizó la viruela en Lima y Bogotá como una verdadera epidemia que hizo perecer a muchos pacientes, los más de la clase indígena”. La expedición Filantrópica prosiguió su viaje de Guayaquil y Paita, debido a las noticias de la epidemia de viruela en Lima otra parte de la flota prosiguió hacia el sur.

Expedición filantrópica pasó por Paita en 1805

La expedición filantrópica pasó por Paita en 1805, lugar donde encontró las cartas del Virrey Avilés informándole del éxito obtenido por el Dr. Pedro Belomo, cirujano del del Apostadero Naval del Callao quien le había mostrado el primer niño vacunado con éxito. De Piura, pasó a Trujillo, el 8 de enero de 1806, en donde se había presentado la temible epidemia de viruela. Luego de dejar instrucciones para combatirla, regresó a Lambayeque vacunando todas las poblaciones existentes en el camino. En todas estas poblaciones encontró resistencia del pueblo, por lo que encomendó esta tarea, al Padre Justiniano, quien vacunó: Vicos, Olmos, Motupe, Salas, Jayanca, Pacora y otros pueblos. Esta labor se ejecutó los primeros meses de 1806. En marzo se vacunó a las poblaciones de Reque, Chepén y Chota y otros pueblos de Cajamarca. Según la Minerva Peruana, publicación periódica de Lima, el fluido vacunal fue recibido en Lima el 22de octubre de 1805.

Niños huérfanos sirvieron de conejillos a la ciencia 

La mayor dificultad para la conservación del fluido vacuno fue el largo trecho de los viajes por lo que el rey dispuso que los facultativos llevaran niños expósitos en los orfelinatos que no hayan pasado viruelas para que tras una progresiva vacunación sirvieran de hospederos para efectuar la vacunación “brazo a brazo”. Los niños de la vacuna procedían de La Coruña y Madrid , debían tener entre 8 y 10 años. En la expedición de Balmis se embarcó alrededor de 26 y no todos eran expósitos, algunos eran cedidos por sus padres a cambio de una retribución económica. Realmente su situación era inhumana y el propio Balmis escribió al Ministro de Gracia y Justicia que las provisiones para su cuidado, manutención, educación y empleo no se habían cumplido. Los pequeños eran utilizados como conejillos de Indias producto de la pobreza y la marginación.

La viruela del simio: una amenaza mundial 

El 8 de mayo de 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que la viruela se erradicó en el planeta. Los últimos brotes fueron reportados en Somalia (1977) y recientemente un brote de viruela sísmica (viruela del mono) en el Reino Unido reportándose el caso de un residente británico tras retornar de Nigeria. La viruela del mono (monkeypox) advierte la OMS se ha reportado a la fecha en doce países. Los casos confirmados proceden de Australia (1), Bélgica (5), Canadá (5) , Francia (5), Alemania (1), Italia (5), Países Bajos (1), Portugal (37), España (34), Suecia, Reino Unido (30) y Estados Unidos (6). Los casos de viruela del simio históricamente se han reportado en África Central. Se advierte un desenlace anormal en la propagación.

La viruela del mono es una enfermedad zoonótica viral que puede transmitirse de los animales a los humanos. También de persona a persona. Se llama viruela del mono porque en 1958 se detectó en varios simios de un laboratorio. Sin embargo, pueden ser infectados los roedores, lirones y perros de las praderas.

La viruela del mono habita en las selvas tropicales del África Central y los contagiados la adquirieron tras una visita a esta región. Los síntomas que presenta son: fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, debilidad general, ganglios inflamados y erupciones o lesiones en la piel. Los casos mortales son producto de infecciones a la piel, neumonía y secuelas de ceguera. El virus puede transmitirse de una mujer embarazada al feto o el contacto piel con piel. El desaseo favorece su propagación al igual que el uso de ropa usada infectada que se comercia en los mercados informales.

Los contagios se producen en contacto directo con animales o sujetos infectados. Aunque los casos son leves resulta preocupante la veloz expansión del contagio y la adopción de medidas de protección. Los científicos aconsejan utilizar vacunas de tercera generación seguras para quienes están en contacto con infectados. Los flujos migratorios favorecen el desplazamiento del mal. No se descarta tampoco que las potencias mundiales manipulen los virus para una silenciosa guerra bacteriológica manteniendo cepas temibles del mal. Una guerra en apariencia invisible contra la salud de la humanidad. La viruela es una lección desgarradora que difícilmente se podrá olvidar.

Diario El Regional de Piura
 

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