ERP/Miguel Godos Curay. Piura, católica y fervorosa se volcó al Estadio Miguel Grau y al Aula Tangarará de la Universidad Nacional de Piura con motivo del X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano. Este concierto espiritual de voluntades no se hubiera producido sin la conducción feliz y diligente de Monseñor José Antonio Eguren Anselmi y el equipo organizador que con encomiable delicadeza cuidó cada uno de los detalles.
“Dios se lo pague”, como sostuvo en la UNP el Enviado Especial de su Santidad Francisco, el Eminentísimo Cardenal don Eduardo Raúl Vela Chiriboga Arzobispo Emérito de Quito. Piura es una tierra de fe viva. No sólo es un hito de la cristiandad en el Perú. Sino que a pesar de los pesares se sobrepone a la eventualidad del cambio climático y el fenómeno El Niño. Y los pronósticos agoreros de las mil y un desgracias.
Estamos y estaremos en pie. Solidarios, humanos y previsores a pesar de las negligencias de quienes pueden anticiparse a la naturaleza y no lo hacen. Si bien la historia nos dice que hemos convivido con El Niño durante mucho tiempo. Necesitamos ponderar los beneficios antes que ese cúmulo turbio de tragedias, miedos y temores.
El Niño alimentará nuestros acuíferos y lavará tierras salinizadas por el mal uso del agua. En 1983, se reforestaron 250 mil hectáreas de bosques depredados. Bien decía en su momento Monseñor Cantuarias Pastor “Dios ahorca pero no mata”. No podemos ser indiferentes. No somos una legión de pedigüeños. Exigimos lo que por justicia nos corresponde. Nuestra respuesta es la unión de todos los piuranos.
Las universidades, la comunidad científica informando sobre el tema. Sin especular y conjeturar desgracias que trasladadas a la economía acaban en indicadores de pobreza y desaprovechamiento de oportunidades. La Piura que se vuelca a las calles con sus íconos de devoción es también una energía actuante de enorme grandeza humana. Si bien el piurano es amable, dicharachero y jocundo. También tiene en su abecedario genético energía que mueve montañas y heroísmo.
Tras el VI Congreso Eucarístico de 1960. Piura dio saltos de progreso. Surgieron las universidades, llegó la televisión y un nuevo diario. Piura inició su expansión urbana hacia el oeste. San Lorenzo rindió sus primeros frutos. El entonces legado pontificio el Cardenal de Boston Richard Cushing, dijo en Piura, “…esta es una tierra bendita en donde crece abundante el amor a Dios. Por María al encuentro con Jesús Eucaristía. Pan de vida”.