ERP/N.Peñaherrera. Te advierto que si el nombre "Jason Day" te enroncha, este medio no asume ningún tipo de responsabilidad por el tratamiento córtico-esteroide que requieras. Y si lo quieres leer a pesar de la advertencia, a sobarse en silencio.
Desde que tuvimos la visita de Jason Day, Andrés Silva y la organización de Un Billón de Pie por Sullana, hace diez días, una suerte de cascada humana se ha precipitado para incrementar el caudal de la gente que esta tarde (hora peruana) bailará para llamar la atención contra la violencia hacia la mujer.
No digo que Sullana haya sido el punto de quiebre. Simplemente estoy tomando una referencia local para establecer una comparación.
El hecho es que, conforme pasan las horas, se suman más respaldos, y tal actitud es conmovedora.
En lo personal, hace tiempo que no percibo una corriente nacional a favor de una sola causa, y donde la principal protagonista es la juventud. Claro está, hay de todas edades, pero donde se aprecia más entusiasmo –comenzando por los portavoces- es en ese segmento de edad.
Aprovechando a san Twitter, pasé un mensaje con toda la intención de que Jason reaccione (soy periodista, ¿no?, me especializo en picarle la lengua –o los dedos- al prójimo), comentándole mi percepción.
"Ya pasó mucho tiempo desde la última vez que nos movimos con esperanza, en masa, por un bien mayor", respondió el actor y activista por el mismo medio.
De inmediato se me vino a la cabeza #tomalacalle, la acción para evitar que se concrete la 'repartija' en el Congreso, y que tuvo a Day, a Claudia Cisneros, a Giobanni Infante, y a líderes y lideresas que resultaron ser toda una revelación.
Esta acción en particular fue 'descongelada' ayer por las razones que expliqué en mi comentario de la víspera. Presiona en "Columnistas" y luego en mi nombre para saber qué dije.
Si bien Un Billón de Pie es una movida mundial, podría decir que también está propiciando que esos nuevos liderazgos juveniles comiencen a aparecer en todas nuestras comunidades sin excepción.
Y la meta de hoy es recontra-super-archi-ambiciosa: más de mil millones (1000000000, para quien todavía no lo ve) bailando alrededor del globo para expresar su rechazo a toda forma de violencia contra la mujer.
Como la organización local, espero que Plazuela Checa, avenida santa Rosa y Plaza Bolognesi sea un mar de gente. Ése sería el titular de bandera para mañana.
¡Lástima que no tenemos helicópteros –drones, 'másqueseya'- para verlo desde arriba: sería la foto de primera plana del sábado!
Claro está que romper esa marca depende de que desafíes el calor y el sol que hará hoy a las tres de la tarde (otros dicen que estará parcialmente nublado) y vayas a expresarte. Varias personas ya hemos dicho que estaremos, aunque sea de chismosos, pero estaremos. Y ése es el punto: estar.
Y al contrario de lo que dijo un amigo en mi cuenta de Facebook, espero que ésta no sea una marcha más, sino más marcha.
Por supuesto, que bailar y tomar la calle no va a resolver el problema –o quién sabe-, pero sí será una fuerte voz que le diga al resto que maltratar ya no es la voz ni la manera.
Una gota no hace un océano, pero mil millones hacen más que simples olas.
¡Nos vemos esta tarde!
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)