ERP/N.Peñaherrera. Este 28 de noviembre habrá una movilización para combatir la violencia hacia la mujer.
Precisamente, una amiga me mandó la invitación por Facebook hace unos días, y pude ver que el programa está bien nutrido. Incluso habrá participación de ONU Mujeres, la agencia de Naciones Unidas que integró todas las iniciativas dispersas sobre este particular.
De hecho, la idea me parece más que positiva, especialmente ahora que, por lo menos en nuestras comunidades (me refiero a las piuranas), el tema parece haber perdido la fuerza de inicios de año.
Solo para hablar en términos de indicadores, el número de candidatas para la alcaldía de nuestras localidades ha sido ínfimo o inexistente.
En la Municipalidad Provincial de Piura habrá más regidoras, pero ya no habrá alcaldesa, a pesar que pretendió reelegirse.
Quisiera que reflexionemos si acaso esta ausencia de las mujeres en estos espacios de gobierno no es una forma velada de violencia.
Claro está, tampoco seamos más papistas que el Papa: si falta capacidad y la calidad personal no son ninguna garantía, ni aunque le pongamos anteojeras. Y eso aplica también para los varones.
Por supuesto, tampoco dejemos de pensar en los casos más calientes de abuso, como el que aparentemente se ha registrado en el Instituto Nacional Agropecuario de Las Lomas, donde el director parece estar huído tras habérsele acusado de violación a una alumna.
Y no olvidemos las crecientes denuncias de maltrato que reciben las mujeres a diario y que se acumulan en una ociosa estadística a la que le cuesta trabajo conciliarse.
Creo que la violencia contra la mujer, venga de donde venga (así como cualquier tipo de violencia), no tiene que especificarse en una fecha puntual, sino que debe ser un tema transversal en nuestra agenda de todos los días.
Como lo comenté anteriormente, somos una sociedad donde la violencia está a flor de piel, y mientras no nos hagamos conscientes de ello, vamos a utilizarla casi sin pensarlo y generando daños a las personas que más queremos, o a las que más decimos querer.
No dejemos que el tema se congele, entonces.
No permitamos más violencia.
Todo momento es bueno para romper este tipo de cadenas.
Hagámoslo ahora.
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