ERP/N.Peñaherrera. Ayer, el presidente Ollanta Humala reinauguró la pista de aterrizaje de Talara, y se espera que el primer vuelo comercial llegue –después de décadas- el próximo 1 de noviembre.
En Tambogrande, se estudia los potenciales de la proyectada presa de Vilcazán, en Arraypite Bajo, Ayabaca, que ayudaría a incrementar el abastecimiento de agua para el valle de San Lorenzo.
Por ahí nomás, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones acaba de declarar vía nacional a la carretera Tambogrande-Chulucanas-Pacaipampa.
Adivinen quién se queda al medio, comenzando a elegir el traje de cenicienta: sí, Sullana.
Si bien es cierto tenemos Feria del Libro, a la que pienso referirme en otro momento, no se trata de una obra de larguísimo plazo como en los ejemplos anteriores, sino de una actividad muy breve hablando en la misma escala de tiempo.
Cuando la carretera Km. 21-Tambogrande se abrió, y semanas antes del 5 de octubre, expresé mi preocupación por la amenaza que tal vía representa al destruir la hegemonía vial de Sullana.
Al dejar de ser escala obligatoria para la interconexión vial departamental –un 'hub' carretero-, ¿cómo debíamos relanzarnos dentro del contexto regional con la finalidad de que la economía provincial no se resintiera?
Nadie dijo nada; nadie dice nada, que es peor. ¿Se dirá algo en el futuro?
Ahora tenemos otro aeropuerto a una hora, cuarenta minutos de camino mas bien (y más directo a Sullana), que se 'comerá' la procesión que comenzaba en Castilla, pasaba por nuestra ciudad sí o sí, y terminaba hasta en Máncora.
Ya no más.
El avión aterrizará en Talara, y en un par de horas la gente estará en Máncora. ¿Sullana? Mándenle saludos.
Si nadie se ha dado cuenta, ahora nuestra provincia solo depende de uno de los ejes binacionales, el Alamor-Piura, salvo que hagan un Puente desde Poechos y se vayan por todo Daniel escobar hasta dar con Curumuy, Los ejidos y Piura. Sería nuestro acabose. Y que conste que lo advertí.
¿Sullana se ha preparado para lo que podría ser un retraso en su economía?
A juzgar por las reacciones de esta gestión y de todas las campañas que postularon a la alcaldía, la respuesta parece ser No.
Aunque es posible que el crecimiento del área metropolitana se detenga un poco, lo cierto es que ya no seremos un mercado atractivo para el comercio.
Digo, el avión pasa por encimita pero no aterriza acá, o ya lo vimos en la última peregrinación del Cautivo: todo el mundo se fue por el Medio Piura.
¿Qué esperan nuestras autoridades para elaborar un plan de contingencia en alianza con la Cámara de Comercio y Producción (Luisa, ahí tienes otro pendiente): que el precio de la propiedad decaiga, que las grandes tiendas de cadena comiencen a contraerse y cerrar, que las empresas de transporte cancelen rutas y frecuencias?
Se debe pensar seriamente el escenario que ya se nos vino, el futuro que ya llegó, la oportunidad que se nos fue arranchada. Y nada de marchas, huelgas ni incendios, por favor. Es la manera más ridícula de enfrentar un problema que requiere mano más técnica (y marketera) que política.
¿Aún podemos salvarnos de un inminente jaque mate?¿Le prendemos velitas a San Judas Tadeo? ¿O mejor nos mudamos a Talara?
No se pierdan la próxima sesión de regidores.
(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)