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Mar, Abr

Yaya maquillada implica un voto menos

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castillo1ERP/N.Peñaherrera. No es extraña la cantidad de candidatos y candidatas a nivel nacional que tienen sentencias por casi todo, y a pesar de éllo se han atrevido a postular.

Sí, tienes razón: candidazos y candidazas. Sigamos.

Hay agresiones, omisión a pasar la pensión por alimentos y hasta conexiones con el narcotráfico.

Digo que no extraña puesto que ya sabíamos la degradación de la escala de valores en que ha caído la política peruana.

Lo extraño sería que, a pesar de estos antecedentes, le demos el voto.

Renglón aparte merece un candidato en Piura, Ramón Naquiche, que no recuerdo de qué partido es, ni a dónde postula, y que tampoco me interesa.

Sin embargo, sí tuvo la valentía de incluir en su hoja de vida que habría tenido inconvenientes con la Ley.

De que se tiene que alabar su honestidad, definitivamente que sí. Es más, encomiémosla porque así se debe portar todo ciudadano y toda ciudadana.

Pero, ¡momento!, eso no garantiza que su programa de gobierno, si lo tiene, sea bueno. En todo caso merece un análisis fino. Y es que una cosa es portarse bien como ciudadano, y otra bien diferente es portarse bien como político.

Si logramos hacer coherentes ambas dimensiones, es posible que estemos frente a la candidatura ideal. ¿Qué haría falta? La calidad personal; es decir, que el individuo no sea una cosa en público y otra distinta en privado, sino consistente.

En otras palabras, que la salud mental, física, ciudadana y política estén entre buenas a óptimas condiciones para soportar el trajín de gobernar, porque realmente no es nada sencillo. Pero, especialmente, que todas esas dimensiones estén en armonía.

Si como electorado las consideramos todas –se supone que conocemos a nuestros vecinos y nuestras vecinas-, entonces vamos a realizar una buena elección. Y una vez realizada, no excluirnos de nuestro derecho a fiscalizar la gestión pública.

¿Y qué pasa con toda la gente que ha resultado tener problemas con la ley y que no lo ha dicho en sus hojas de vida?

La verdad no hay mucho que pensar: simplemente, descártala de tus opciones.

Omitir información en un proceso electoral no es una simple equivocación ni un olvido. Significa que el candidazo o la candidaza no tiene el menor respeto por su pueblo.

Y si ellos y ellas no nos respetan, ¿vamos a dejar que nos pisen el poncho en el futuro?

Allá los y las masoquistas, pero en lo que a mí respecta, no les haré la corte. No les daré mi voto y san se-acabó.

(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)

 

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