ERP/Nelson Peñaherrera Castillo. Si alguna vez te preguntaste por qué el presidente Pedro Pablo Kuckzynski sacrifica sus ministros y ministras bajo amenaza de censura hasta un punto de no retorno, la respuesta podría ser porque tal descalificación se convierte en un gran mérito en sus hojas de vida, al punto que se recolocan en puestos de influencia global.
Sí, como lo lees. Te reclutan para manejar políticas de un sector a nivel nacional y, una vez que el Congreso te veja e insulta al punto de casi mentarte la madre, de pronto hallas la luz en organismos que le dicen a nuestro país qué políticas debe tomar so pena de ser expulsado del paraíso de la comunidad internacional.
Como diría Cantinfflas, un cargo por una descarga.
Y no hablamos de cualquier tipo de censura y tampoco de cualquier tipo de subida de bonos en tu currículum vitae. Tienes que haber sido humillado o humillada por la mayoría fujimorista del Congreso de la República en concierto con la izquierda (que se opone hasta a la oposición), el aprismo y el acciopopulismo. El detalle es que quienes te humillan deben ostentar mucho palabreo pero cero contenido, ya sea por creación (¿?) propia o por lectura de un libreto escrito quién sabe por quién.
Como ejemplos vivos están el ex ministro de Educación, Jaime Saavedra, y la ex ministra de Salud, Patricia García.
Como ya debes saber, Saavedra fue censurado a inicios de este año por un caso de presunta corrupción sobre el que no habría tomado un correctivo a tiempo; pero, como la modorra de su santo patrón no bastó, le juntaron el hecho de que la política educativa era un asco y que solo buscaba homosexualizar a nuestros y nuestras estudiantes (como si su sexualidad, como dicen respetados especialistas, no estuviera formada por toda su experiencia de vida y anduviera aletargada en plena adolescencia... o sea, what?)
Y como tal argumento sería visto como medieval -y de hecho lo es-, se le agregó haber sido único sobreviviente de la administración Humala. En castellano, te sacamos porque tu compadre no nos cae (aunque comparta cárcel con nuestro ninguneado líder espiritual).
Saavedra se fue del Ministerio de educación y ahora es un "Senior Director and Head of the Global Practice of Education. The World Bank". Ah, perdón, te lo traduzco: director principal y responsable de la Oficina Global para la Práctica Educativa del Banco Mundial, la entidad financiera multilateral que controla el dinero del planeta, y en el puesto donde se deciden las políticas educativas de la Tierra entera. Casi nada, ¿no?
A ver, haz la misma payasada.
En el caso de Patricia García, le tocó reordenar (sin mucho éxito) el Ministerio de Salud y hallar una mafia en el Seguro Integral de Salud, además de descubrir que el cacareado presupuesto que dejó Humala para mejorar los servicios a nivel nacional (¿se acuerdan esa de un hospital por provincia¡) no existía.
Quisieron hacerte creer el cuento de que la señora era una incapaz, pero lo que nunca te contaron -y sería bueno saber por qué- es que aunque ella transfiriera un galeón español completo en recursos, todo iba a parar a las direcciones regionales de Salud -¿te suena la palabra descentralización?-, que tendría la última palabra sobre cómo manejar plata, insumos y personal. ¡Sí! es falso que Lima decida qué se hace en una provincia; si la capital departamental no le da pase, no existe.
La García intentó destrabar esa traba, al punto que se le revolvió la bilis y, saltándose la cadena de mando, puso en su sitio a ciertos directores de hospital que se especializaron en recibir sueldo por calentar asiento y no hacer gestión o andar metidos en gestiones presuntamente raras. Y como la mayor parte de los regañados eran varones, y en este país es 'indigno' que una mujer te diga tus verdades a ti, hombre de niveles selectivos de testosterona, comenzó el lloriqueo de que 'la minitla nos glita mucho y she nos baja autoetima'. Lo sazonabas con una carita tipo gato con botas del Shrek, y listo.
Para agregar más condimento a la leyenda urbana, en Piura tergiversaron su declaración sobre el dengue. Ciertos operadores políticos regaron el dato que la García dijo que las muertes por la infección eran un psicosocial (sí, los mismos que sospecho están detrás del psicosocial de los temblores 'programados' los días miércoles), cuando lo que dijo es que le parecía que las estadísticas extraoficiales que se manejaban en redes sociales tenían apariencia de psicosocial. si lo lees sin el estrés posttraumático de el Niño, notarás que son dos cosas totalmente distintas.
Tras fallidos intentos de sacarla directamente del camino, se fue una vez que el Congreso censuró al gabinete de Fernando Zavala, el que, como dijo la congresista y ex vice presidenta Marisol Espinoza, se comió la única vida hábil de 130 legisladores y legisladoras más cuerpo de asesores.
Hagamos corto el cuento: Patricia García acaba de ser admitida en la Academia Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la organización que, a decir de The New York Times (uno de los diarios más prestigiados en toda la Tierra), influye en la adopción de políticas de salud pública en la redondez del planeta. en otras palabras, si ella dice A y el Perú no acata, adiós fondos de organismos multilaterales de los que aún dependemos.
[Mira el trino: https://mobile.twitter.com/theNAMedicine/status/919338662646689792]
Claro que esta profesional debe estar pensando en escribir algún 'paper' impresionante como para publicarse en Science en vez de albergar energía vengativa, pero a ver, hazte ese chiste.
¿qué podríamos concluir a-priori? Que ser ministro o ministra de la administración PPK y terminar bajo censura por el Congreso que proclama a viva voz que leer da Alzheimer, que existen los 'agresores sanos', que niegan la existencia de crímenes de odio en Perú, o que piensan que la Primera enmienda de la Constitución de los estados Unidos es un chiste de cómico ambulante, no es una maldición después de todo ni es un retroceso en tu hoja de vida; al conntrario, te da el 'upgrade' que tanto buscabas para tu carrera.
Y no solo pasa con Saavedra o García. Hay profesionales en nuestra comunidad, que son tratados con la punta del zapato por sus jefes en oficinas de triplay o madera prensada, cuyo trabajo está llamando la atención de organismos nacionales o internacionales. No lo supongo; yo lo sé, y me reservo contar cómo lo sé así que solo créanme y cuando se revele, sorpréndanse.
Cuando esos jefes se deshagan de sus empleados de la forma más humillante posible, y esos organismos recluten a esos empleados despedidos para tomar decisiones que tales jefes deben acatar sí o sí, quiero ver sus caras (la de los jefes, quiero decir). Y es que quien ríe último, ríe mejor, ¿o no?
Es cierto que la ignorancia es atrevida, pero la soberbia es un bumerán que si lo sueltas, te destrozará la cabeza. Dicho en términos de teoría del karma: todo lo que te doy, todo regresará a mí.
Felicitaciones a esos humillados y esas humilladas que son verdaderos talentos, porque cada vejación que sufren ahora se transformará en el corto plazo en una oportunidad para decirle a todo el mundo qué ritmo va a bailarse. Y cuando hablo de todo el mundo es todo el mundo, incluyéndome.
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