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Lun, Dic

No solo de arroz vive Piura, sino de su agua

Nelson Peñaherrera
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ERP/Nelson Peñaherrera Castillo. Esto de la escasez del agua los veranos ya se está haciendo un círculo vicioso. Sí, eso no tiene nada de novedoso. Lo sé perfectamente. El caso es que, sabiéndolo, nadie ha acertado mover sus lindos dedos para resolver la situación de una forma sostenible y poco traumática. Aunque, si hablamos de crisis, a situaciones desesperadas, remedios radicales.

Y es que así es la psicología del pueblo peruano, formada ancestralmente en el sadomasoquismo: tienen que provocarle dolor para que entienda la necesidad de modificar conductas.

Y el tema del agua parece que tendrá que correr la misma suerte; pero, ¿qué causa la falta del líquido elemento todos los años del Señor, entre enero y marzo?
Más al fondo que la falta de previsión es la ausencia de escrúpulos de ciertos productores agrícolas quienes, contra la tendencia de la agronomía internacional, insisten en crear sus propias piscinas en los campos de cultivo para regar sus plantas.

Ya lo dijo un especialista al que entrevisté en diciembre pasado: inundar ya no es necesario. Y eso nos remite forzosamente al poderoso gremio de productores de arroz, quienes aún siguen reflejando el cielo piurano en sus parcelas debido al uso enorme del agua.

En San Lorenzo también están acusando a los productores de uva, de la que sabemos que crece pero que no comemos por acá ya que se destina a la exportación. Por lo menos, cada vez que se raciona agua en Tambogrande, la población suele recordar la ascendencia del agroexportador hasta el primer mapuche sobre la faz de la Araucanía.

Aunque recordemos que también los arroceros se pusieron faltosos en ese valle, al punto de amenazar a la Junta de Usuarios con tomar por asalto el reservorio de San Lorenzo (lo que implicaba aislar al valle del Chipillico y el distrito de Sapillica). Inteligentemente, la gestión de Bruno Fossa decidió esperarlos con un contingente policial en la compuerta, y funcionó lo mismo que Vape para los zancudos.

Me contaba uno de los muchahchos que siempre nos alimentan de información en Tambogrande que el año pasado, los llamados Chotanos se ganaron la antipatía local (título que vienen repitiendo hace quince años) cuando de la nada terminaban recibiendo módulos de agua mayores a los aparentemente autorizados. Por supuesto que si contradices a un productor arrocero con estas razones, te suelta un altisonante cúmulo de negaciones, como si gritar, insultar o amenazar significara tener la razón, costumbre que también tienen algunos que sufren leyéndome, pero ahí están pegados: sadomasoquismo, ya lo dije. Sigamos.

Entonces, si la escasez del agua está ligada a que hay cultivos que la emplean más allá de nuestras capacidades -y agárrense los otros cultivos con el estrés hídrico-, creo que la cosa va por el lado comercial antes que las marchas y las tomas de carreteras o reservorios que, la verdad, terminan empeorando las cosas.

Recordemos que cuando la demanda crece, es una oportunidad para que la oferta no solo crezca sino que se diversifique. Los peruanos somos buenos haciendo crecer cosas (sí, también eso), pero somos malos diversificando (quizás porque hay cierta alergia a la palabra 'diversidad', digo), y resulta que luego terminamos con más oferta que demanda. Los arroceros, por cierto, parecen ser especialistas en esta última aberración de la economía de libre mercado.

La oferta siempre va a depender del productor agrario, en este caso. ¿Y la demanda?en este caso, y en todos los casos, de ti, de mí y de todos y todas quienes están leyendo ésto ahora mismo.

El razonamiento es sencillo: si un cultivo que consumimos, como el arroz y la uva, o que es parte supuestamente obligatoria de nuestra dieta, como el arroz, nos está amenazando el abastecimiento de agua que necesitamos para pasar un verano en condiciones decentes, pues valoremos qué necesitamos para vivir realmente. ¡Claro! el agua. entonces, dejemos de consumir el cultivo que nos la merma.

Sí, eso desplomará su precio no solo en el mercado sino en toda la cadena productiva, y al derrumbarse sus niveles de rentabilidad, ya no lo harán atractivo para el productor, quien, si razona correctamente, entenderá que se está desaprobando sus prácticas agrícolas y tendrá que buscar una alternativa tan o más rentable y más amigable con el ambiente. Si no razona correctamente, bueno, al ver que sus ganancias decrecen terminará por entender el mensaje tarde o temprano. ¡Dime si no es una solución radical, e inteligente encima!

Por último, si hablamos del arroz, para comer 4% de proteína y demasiado carbohidrato, causante de la obesidad que luego nos crea problemas con el corazón y el azúcar, ¿no sería lógico que migremos nuestra dieta a opciones más baratas, altamente protéicas (a ver si aumentamos en las evaluaciones PISA, por ejemplo) y que revistan menor riesgo para la salud?

Recuerdo que el especialista que entrevisté sugirió las frutas y las verduras, que, además, se están apreciando en mercado internacional. Ya pues, ¿qué esperamos?

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)

 

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