ERP/N.Peñaherrera. Para un individuo suspicaz, los perfiles de Facebook son ventanas abiertas a la personalidad de cada cual, aunque no publiquen nada.
Muchos especialistas en reclutamiento de personal coinciden que parte de su análisis previo a la selección, y aún la contratación para cualquier puesto, pasa por una incursión en la red social.
Lo que analizan son tres cosas: estados, fotografías y amistades en algunos casos.
Cuando alguien me manda solicitud a mi cuenta personal, yo hago algo adicional: husmeo su hoja de perfil, y luego cruzo datos con toda la información de su cuenta.
El diagnóstico que me debe resultar es: confiable o no confiable.
Iniciemos por si la información está restringida o no. Si es el primer caso, del saque puedo deducir que estamos frente a una persona que tiene mucho temor a revelar quién es.
Descifremos lo que me dice cada pantalla. .
Cualquier incoherencia de información en la página de perfil personal (botón Información), me revela que la persona tiene un alto grado de inseguridad en sí misma; por lo tanto, una personalidad débil y maleable.
Basta con que no haya coincidencia en la edad real, el lugar de nacimiento, y aún la información académica y laboral, simplemente la persona reniega de sí misma, y allí ya tenemos un llamado de alerta que requiere consulta psicológica.
La página de Biografía es un interesante libro abierto que me permite explorar otro aspecto de la persona: su creatividad.
Cuando el muro está lleno de fotos (propias o compartidas desde otras cuentas), me revela que la persona tiene serios problemas de expresión verbal, es decir, le es difícil enunciar en sus palabras lo que realmente siente. Por lo tanto, su capacidad de aporte al trabajar en equipo, por ejemplo, es mediocre.
Cuando escribe estados, aplico metalingüística, o sea, la intencionalidad de la expresión detrás de lo que se dice, no lo que se dice.
Analizando las cadenas de palabras (sintaxis) puedo percibir la actitud, que es de dos tipos: positiva o negativa.
Analizando la morfología que emplea, me hago una idea del nivel de cultura que maneja y la seriedad con que se toma la vida.
Si solo se dedica a jalar estados de terceros, me indica que la persona es poco creativa.
Si hay otras personas que comparten sus estados y fotos en el muro, obvio, me da una idea de su tejido social (el círculo donde se mueve). Lo mismo pasa con los "Likes" o "Me gusta". Con ello, puedo inferir cuál es la valoración axiológica que posee el usuario o la usuaria de la cuenta bajo análisis sobre sí mismo o misma, sobre su entorno, sobre la vida.
Combinando estos datos con su comportamiento en otras redes sociales, es posible tener un cuadro relativamente completo. Relativamente, pues todo se confirma o descarta con la relación interpersonal directa, de carne y hueso.
En la máquina podemos pretender ser muchas cosas, pero frente a frente, esto es complicado, especialmente si hay cierto periodo de convivencia.
Aunque en lo personal, la relación presencial tiene más peso que la virtual.
Mejor dicho, la virtual ayuda a mantener la presencial. Por eso, a mis amigos y amigas, casi nunca reviso sus cuentas en Facebook, porque mi nivel de conocimiento hacia ellos y ellas es muy superior al de la red social.
¿Te sorprende cuánta información se puede conseguir revisando una simple cuenta de Facebook? Somos libros abiertos sobre nosotros mismos o nosotras mismas, incluso si guardamos silencio, porque hasta callar dice demasiado.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)