ERP/Nelson Peñaherrera Castillo. Hace poco entrevisté a un investigador extranjero sobre una innovación agrícola, y uno de los tópicos que saltó es que la gente que realmente lo necesita no tiene información a la mano, mucho más si es que estamos en curso de colisión a un evento fuerte de El Niño: es decir, aguaceros un día sí y otro también. El truco sería saber cuándo, cómo y dónde para tomar decisiones a tiempo.
Y como en toda guerra la primera baja es la verdad, presumo que los refrescantes balines pluviales que se pronostican tienen como principal objetivo la red de transmisión eléctrica. Si no hay corriente, lo siguiente que caerá es el sistema de comunicaciones, especialmente en las principales ciudades de Piura.
Y no estoy siendo alarmista, por si acaso.
El 25 de noviembre pasado, Sullana se quedó sin energía eléctrica, aparentemente por una falla en la central de Curumuy (impulsada por agua) según nos enteramos por fuentes oficiosas. El corte tomó desprevenido a todo el mundo justo en un día laborable y por la mañana, que es cuando la ciudad produce más.
La energía fue repuesta por sectores, y cuando la gente pensaba que lo peor había pasado, encendió sus computadoras y descubrió que el servicio de Internet ADSL proporcionado por Movistar estaba en rojo.
La explicación en el 104 fue que el corte también había afectado a la central que la empresa opera acá. Cierto o no, la cosa es que no había Internet, aunque el problema se resolvió a los pocos minutos de repuesta la energía eléctrica. No corrimos la misma suerte entre el 4 y el 10 de diciembre últimos, cuando la Internet se fue del todo.
La duda razonable es si nuestro sistema eléctrico puede soportar siquiera un par de aguaceros, ya que en seco se han presentado problemas. Y si la respuesta fuera “no”, ¿eso también implica que el sistema de comunicaciones que se considera más fuerte en caso de desastres también nos fallaría?
Sin energía y sin comunicación en línea, ¿regresamos al telefonazo de ruedita? Porque, conociendo las secuencias anteriores, lo siguiente que se caerá será el celular, ya sea porque todo el mundo querrá conectarse o porque las células se quedaron sin energía.
Y como no habrá comunicaciones, ni los medios ni la gente en la ciudad tendrán acceso a fuentes de información contrastables para saber qué está pasando y tomar decisiones a tiempo. Círculo vicioso cerrado.
Enero está a la vuelta de la esquina y las Ondas Kelvin camino de nuestra costa. ¿Qué viene a continuación?
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