ERP/A.Abad. La inoperancia y lentitud de los responsables de la seguridad ciudadana en la mira de todos los talareños. Ante la imperante delincuencia que le ha sacado demasiada ventaja a un aletargado Comité Provincial y Distrital de Seguridad Ciudadana de Talara, es tiempo que las autoridades se dejen de tanto lirismo, anuncios y fotos en sus reuniones, y pasen a la acción, caso contrario que evalúen la posibilidad de declarar en emergencia la seguridad ciudadana.
Las estadísticas de la PNP y que hace suyas el COPROSEC Talara para elaborar su Plan Anual de Seguridad Ciudadana que debería evaluarse si se cumple, hablan por sí solas y dejan mucho que desear del trabajo de esta institución que representa el sistema de seguridad local.
Cuando observamos las cifras de asesinatos impunes, asaltos, robos, tráfico ilícito de drogas, violencia familiar y sexual, extorsiones, sicariato, secuestros, etc. Ocurridos este año, es fácil deducir que la seguridad ciudadana ha quedado parada como un poste al lado de la delincuencia que le ha sacado mucha ventaja.
Sólo por poner un ejemplo, las camionetas que hoy todavía utiliza el serenazgo municipal datan desde el año que se creó este servicio en el primer gobierno del ex alcalde Vitonera Infante. Una pregunta recurrente de la población es; ¿Dónde está lo que se ha invertido para -por lo menos- detener la inseguridad?
Lo cierto es que la delincuencia por estos tiempos en Talara nos agobia. Es el principal flagelo (junto con la corrupción, claro está) que día a día nos ha ido convirtiendo en una ciudad insegura y poco amigable para el vivir y para visitar.
Las autoridades han detectado cientos de puntos muy peligrosos en esta ciudad. Aunque, en realidad, toda la ciudad es peligrosa, pero hay algunas zonas que lo son mucho más. Según el Mapa del delito elaborado por la PNP, hay, además, también puntos donde se vende droga y se extorsiona.
Entonces, si las autoridades, el Coprosec y ahora la improductiva Mesa de Diálogo que debió hacer suyo este problema desde siempre, tienen el DIAGNÓSTICO de la inseguridad, lo que queda es que lo ataquen y no se queden solo mirando. Las limitaciones que existen tienen que superarse con gestión y liderazgo.
Por ahora, entonces, que Dios nos coja confesados. Al parecer, no hay mucho que esperar. Salvo mejor parecer.