Pariñas/Talara (ERP). Perfiles ciudadanos y educación. La falta de autoridad familiar eleva los trastornos juveniles. Preocupa que los embarazos en menores están creciendo mucho en los últimos años.
El especialista en Salud Mental del Minsa Talara, psicólogo Víctor Bossio Rodríguez, afirmó que la falta de autoridad de la familia, la ausencia de una educación en valores y la escasez de tiempo que los padres pasan con sus hijos por culpa de las largas jornadas laborales, pueden estar detrás de las conductas alteradas que presentan muchos jóvenes y también de los trastornos de personalidad que sufren. Incluso pueden influir en el aumento de los embarazos en adolescentes.
En conversa con este medio de prensa digital, el psicólogo ha destacado que los elevados índices de fracaso escolar con unos planes de estudio que están hechos para que todo el mundo apruebe, son un indicativo de que algo está pasando.
“Otros datos que apuntan en la misma dirección son el alto número de embarazos en adolescentes, que se ha multiplicado en los últimos años. El especialista del Minsa Talara señala que "ahora hay más información sexual que nunca, los jóvenes tienen mucho más fácil el acceso a los métodos anticonceptivos y sin embargo los embarazos y los abortos en adolescentes crecen de un modo alarmante".
SABER DECIR NO…
En algunos casos, las conductas alteradas de los jóvenes evidencian un trastorno de la personalidad que también tiene que ver, según Bossio Rodríguez, con la pérdida del papel educador de la familia.
"Parece que las familias han perdido su autoridad frente a la sociedad, que dejan la educación de sus hijos en manos de sus profesores, cuidadores, pero no inculcan a los niños unos valores que son los pilares en los que se apoya todo un edificio psíquico que les permite vivir en sociedad", remarca.
Luego comentó que cada vez vemos más casos de niños o adolescentes que presentan conductas antisociales, que se enfrentan a sus profesores, a los compañeros de clase, y lo que es peor, a los padres. Sin embargo, dijo que todo esto puede tener una solución sencilla: "Hay que enseñar a los padres a decir no, y ellos tienen que enseñar a sus hijos a parar cuando el semáforo está en rojo, es decir, a que aprendan las conductas adecuadas para desenvolverse en la sociedad".
Finalmente, dijo que las largas jornadas laborales impiden a muchos padres dedicar el tiempo necesario a sus hijos y eso crea "un gran sentimiento de culpa, sobre todo en las madres, que para compensarlo quieren darle todo a sus hijos y eso no es bueno para ellos", puntualizó.
