ERP. Miriam Patricia Mejía Guaylupo, quien se encuentra orgullosa de sus raíces cataquenses presidirá el 197 aniversario del distrito de Catacaos, provincia de Piura, el mismo que se conmemora el próximo 21 de junio. Como año a año, los pobladores del lugar y visitantes ilustres, le dan una connotación singular a estas efemérides.
En efecto, los stands de venta de artesanía de la calle Comercio, han sido testigo de la transformación de una chinita cataquense, amante del buen ceviche, en una hermosa mujer, que, en este año, de regreso tras la pandemia, con dos años de encierro, presidirá los festejos de este especial 197 aniversario.
Miriam Patricia Mejía Guaylupo, “Patty”, para sus amigos, se formó la primaria en el Colegio “Tomás Lazo Taboada”, luego pasó a Piura, al Colegio, Hogar María Inmaculada y actualmente se prepara para la vida en la Universidad UTP, en la carrera de Administración de Empresas.
Su padre un enfermero que labora en Piura y su madre, una cataquense del rubro de comercialización de artesanías velan por ella. Al momento de ser coronada, simplemente puso sus ojos más chinitos que de costumbre y expresó que se “sentía muy feliz, orgullosa de representar a Catacaos”.
Para ella, la Heroica Villa: “lo es todo, pues aquí nací, crecí y sigo creciendo y no me imagino vivir en otro lugar que no sea Catacaos”, señala con la convicción de quién tiene en su ADN todo lo que identifica a Catacaos.
Uno de sus habilidades es confeccionar pulseras manualmente y por la labor de su madre, a quien ayuda en muchas ocasiones, conoce todo lo relacionado a la paja toquilla, filigrana, trabajos de madera, y otros que suelen ofrecer a los turistas y visitantes.
Patty, no es de muchas palabras para contar de su experiencia de vida, pero confiesa que la cocina no le es ajena y “no hay nada más sabroso, que un ceviche de caballa, al estilo Catacaos”.
Pero, ello no significa que no sepa preparar el seco de chavelo, su carnecita seca, majado de yuca y lógicamente platos criollos como su arroz con pollo, picante de gallina, sus tallarines verdes con chuleta y su inigualable arroz chaufa. Romántica, prefiere las baladas y bachatas, sin dejar de mencionar las canciones de Ricardo Arjona.
Finalmente nos deja su hobbies: bailar y en cuanto a danzas, se defiende con la marinera pero si la sacan a bailar una Saya, prepárense, eso es su fuerte. Así es ella, una chinita cataquense sencilla, trabajadora, orgullosa de sus raíces que busca ser el retorno a la normalidad luego de tiempos duro a causa de la Covid.
Llama a sus vecinos a trabajar unidos y con esa mística que siempre identificó a Catacaos.