ERP. Durante su Oración Patriótica Monseñor Eguren recalcó que este año recordamos esta fecha "con dolor y pena por no haberse respetado el feriado no laborable que anualmente nos invita a hacer memoria agradecida de Aquel que, junto con su tripulación de heroicos marinos, entregó su vida en defensa de la Patria, dándonos a todos un ejemplo de cómo se debe amar y servir al Perú.
Para nosotros los piuranos, el dolor es doble, por ser don Miguel Grau Seminario no sólo nuestro compatriota sino además nuestro paisano. Si el olvido y la postergación que sufre la Región Piura son constantes por parte de los gobiernos de turno, y baste para ello sólo señalar la incumplida reconstrucción y la desatención que padecemosdurante la presente pandemia, ahora se añade el ver cómo se privilegia lo económico y lamentablemente se desplaza a un segundo lugar la conmemoración de nuestro Héroe y del 8 de Octubre.
Permanentemente nos quejamos de que en el Perú sufrimos una sistemática pérdida de valores, pero por otro lado, al eliminar el feriado de hoy, desmotivamos los valores cívicos y patrióticos que son aquel conjunto de conductas que se consideran positivas para el desarrollo de la sociedad, porque sin valores no hay futuro. A pesar de que están prácticamente normalizados todos los sectores y actividades comerciales y económicas, desde hace casi siete meses no podemos celebrar públicamente la Santa Misa con los protocolos debidos, y ahora el feriado cívico de Octubre no podemos celebrarlo con todo el esplendor que le corresponde.
Poco a poco avanza entre nosotros un enemigo invisible, tan letal como el virus de la pandemia que nos agobia: El del olvido de nuestra historia e identidad como Nación, forjada con la sangre de nuestros Héroes y la pureza de nuestros Santos. Por eso, nuestra bandera es roja y blanca, como aprendimos de niños.
Que en la política se siga el digno ejemplo de Grau
En otro momento nuestro Arzobispo dijo: "recordando los triunfos, hazañas y la gloria que alcanzó el Monitor “Huáscar” al mando de Grau, éstos son sólo explicables por la inteligencia, el arrojo, el valor, el amor al Perú y la perfecta unión y camaradería que existía entre los oficiales y el personal subalterno del navío peruano.
Viendo a mi Patria en las actuales circunstancias tan dividida y enfrentada, cuánto anhelo y pido en mi oración que el espíritu que animaba y daba vida al glorioso Monitor “Huáscar” viva hoy más que nunca entre los peruanos y los piuranos. Frente a la desunión que desea apoderarse de nosotros, impulsada por los apetitos personales y los intereses de grupo, que Grau y el “Huáscar” nos enseñen que primero están los sagrados intereses del Perú.
Por ello recordando hoy al “Gran Almirante del Perú”, hago un llamado a los líderes y a la clase política peruana a que dejen de lado la búsqueda de los propios intereses, el clientelismo que destruye la democracia, y la corrupción, verdadera gangrena de un pueblo. Que más bien, con honradez absoluta, rectitud de conciencia, claridad de ideas, con espíritu solidario, y con obras eficaces, contribuyan a la construcción del Perú que todos anhelamos, contribuyendo así a la edificación de una sociedad digna de la persona humana. Ya es tiempo de contar con una política dignificada por los valores y la moral".