ERP. Bajo el lema “Lo miró con misericordia y lo eligió” más de 3000 catequistas de primera comunión, confirmación, y parejas guías pertenecientes a las parroquias, capillas, hermandades, asociaciones, colegios, universidades y grupos religiosos de las diferentes vicarías foráneas de la Arquidiócesis de Piura y Tumbes, participaron de la Santa Misa que presidió Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., durante el Jubileo de Los Catequistas en el Año de la Misericordia, que se llevó a cabo en los ambientes del Colegio Salesiano - Don Bosco y que fue concelebrada por varios sacerdotes de nuestra Arquidiócesis.
Al iniciar su homilía el Arzobispo manifestó: “El evangelio nos ha presentado la rica y fuerte personalidad de San Juan el Bautista. El Precursor del Señor Jesús, es la figura más adecuada y apelante para ustedes queridos catequistas que hoy celebran su Jubileo dentro de este Año de la Misericordia. Su personalidad les muestra los rasgos esenciales que deben vivir para cumplir fiel y santamente con la importante misión eclesial que desempeñan. Como el Bautista sean sencillos y austeros. Señalen siempre a Jesús como el Mesías. Inviten a aquellos a quienes catequizan a que fijen la mirada en Jesús y lo sigan, porque sólo Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Como Juan el Bautista, también el catequista no debe enaltecerse a sí mismo, sino sólo a Jesús. Como el Bautista, el catequista debe ser tan sólo la voz que remita a la Palabra, el amigo que guíe hacia el Señor. Como San Juan, no tengan miedo de buscar a las gentes, hablar claro y remecer los corazones. Que así sea siempre vuestro trabajo”.
Agregó que “Su labor, queridos catequistas -continuó Monseñor Eguren- es muy necesaria pero exige una fidelidad constante a Cristo y a la Iglesia. En efecto, los fieles que tienen bajo su responsabilidad, sean niños, jóvenes o adultos, tienen derecho a recibir de ustedes respuestas no subjetivas, sino conformes a la Doctrina y al Magisterio constante de la Iglesia. Qué importante es entonces para ustedes la obediente comunión con las enseñanzas de la Iglesia y la formación constante en la fe. Pero una formación en la fe integral, porque creer en Cristo significa seguirlo y testimoniarlo con la vida”.
Monseñor Egiuren igualmente resaltó también el importante trabajo pastoral que desempeña cada uno de los catequistas en sus respectivas Vicarías: “El trabajo de ustedes es muy importante: Educar en la fe, para que esta crezca. Ayudar a los niños, a los jóvenes, a los adultos a conocer y a amar cada vez más al Señor. Esta es una de las aventuras educativas más bellas a través de la cual ¡se construye la Iglesia! Y este educar en la fe es la obra de misericordia más importante de todas, sin desmerecer las demás, porque la fe en Cristo nos da la vida eterna”.
Finalmente el Arzobispo concluyó exhortando a los presentes: “Los animo a todos ustedes que están comprometidos en la catequesis parroquial, en la catequesis en familia y en aquella que se imparte en las escuelas católicas, a que trabajen con entrega generosa. Vayan a las periferias existenciales como nos pide el Papa Francisco a buscar a los hermanos. Busquen de manera especial a los bautizados alejados. Sientan ardor por la salvación de tantos niños, jóvenes y adultos que no conocen a Cristo o le conocen de manera insuficiente. Que sea en la escuela de Santa María, la primera catequista, donde aprendan a ser dóciles como Ella a la palabra divina, a tener valentía profética, y a ponerse en camino, arriesgando y no esperando en la comodidad del colegio o la parroquia”.
Este Encuentro realizado en el marco del Año de la Misericordia que estamos viviendo, tuvo como objetivo fomentar la integración entre los catequistas de las diferentes Vicarías de nuestra Iglesia particular y renovar su compromiso en el anuncio de la alegría del Evangelio. Los temas reflexionados estuvieron a cargo de sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos, hubo momentos fuertes de oración a través de la Adoración al Santísimo Sacramento, el rezo del Ángelus y del Santo Rosario, muchos se acercaron al sacramento de la reconciliación pero también hubieron dinámicas, cantos y testimonios en los que los jóvenes catequistas manifestaron su gran alegría y entusiasmo por la misión que llevan.