ERP. Gustavo Adrianzén Olaya, ha sido el acompañante perfecto para un gobierno ilegítimo, escudero permanente de Dina Boluarte y también de otros ministros; defensor a ultranza de hechos que no le constan posiblemente, pero igual levanta la voz para clamar inocencia. No ha sido un ejemplar defensor de la democracia, institucionalidad, los derechos humanos y el derecho en general, al contrario, en un comunicado expresa sus temores de vacancia y le echa la culpa al Ministerio Público y medios de comunicación.
"Desde el Ejecutivo respetamos la independencia de poderes y la libertad de prensa, pero lamentablemente ya no sorprende que el Ministerio Público cometa excesos contra la presidenta de la república o miembros del gabinete ministerial, y que domingo a domingo un sector de la prensa arremeta también contra la jefa del Estado o algún ministro" indica en un Comunicado alcanzado a este medio..
Cuando embajador en la OEA, gritó contra los manifestantes para que se vayan todos, tras la caída de Pedro Castillo; quizá fue el elemento que lo catapultó para ser designado Presidente del Consejo de ministros tras el relevo de Alberto Otárola. Gustavo Adrianzén de ser un exministro de Ollanta Humala, defensor de Pedro Castillo en ideas, de repente de reconvirtió para alinearse con las fuerzas oscuras que nos gobiernan.
Asumiendo su papel de escudero, el que transpira, Adrianzén dice "Constitucionalmente, la presidenta Dina Boluarte personifica a la nación. Sin embargo, algunos que no quieren darse cuenta de ello y la vapulean, incluso en su condición de mujer, tanto que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ha expresado su protesta ante la falta de respeto mediante un comunicado. Estas agresiones son intolerables y apuntan, desde una facción de la prensa y un grupo específico de la fiscalía, dar un golpe blanco. Quieren minar la institucionalidad desprestigiando a la presidenta. Buscan hilar una vacancia".
Tras argumentar que existe una persecución judicial contra Dina Boluarte, incluso echándole la culpa a los medios; su servilismo lo hace olvidar que los presuntos delitos los cometió Dina Boluarte Zegarra. Ella es responsable mediata de 49 asesinatos, ella recibió con alegría lujosos relojes y joyas de alto valor; ella se fue sola a operarse la nariz y más para quedar mejor presentable y no avisó a nadie. Ella, habría cometido los delitos y las investigaciones son obvias, no se le puede echar la culpa a nadie.
Adrianzén agrega que "Son excesos de la fiscalía y un mal uso de la libertad de expresión e información, a la cual, reitero, el Gobierno guarda un respeto irrestricto. Rechazo estas acciones políticas desestabilizadoras que reafirman una persecución judicial que merece un freno. Este acoso fiscal sistemático a la mandataria es inconstitucional e ilegal. Cada semana aparecen en televisión partes de investigaciones a la presidenta y a otros miembros del Ejecutivo ¿Acaso el Ministerio Público no resguarda esas investigaciones?"
Olvidándose todo lo que hicieron con José Pedro Castillo, Adrianzén Olaya, sustenta en su temor de vacancia "El Ministerio Público debería tener precaución cuando formula denuncias contra la jefa de Estado porque ella está protegida por el artículo 117 de la Constitución, que dice cuáles son los 4 delitos por los que puede ser acusada: traición a la Patria; impedir elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales o municipales; disolver el Congreso, salvo en los casos previstos en el artículo 134; o impedir su reunión o funcionamiento, o los del Jurado Nacional de Elecciones y otros organismos del sistema electoral. El correlato lógico es que solo por esos cuatro delitos pueda ser investigada. Y esas razones no se han cumplido en la realidad".
Como lo dice Hildebrandt en sus Treece, quien gobierna en el país, no es Dina Boluarte, ella es un títere, una marioneta o una veleta; tanto como Adrianzén Olaya, puede ser calificado como franelero, adulón o simplemente un funcionario servicial a los intereses antidemocráticos que imperan en el país.
Finalmente, el "escudero" que jamás alzó la voz por lo que le hicieron a Pedro Castillo, cierra su opinión con la siguiente frase "Confío en la sapiencia del TC para sentar jurisprudencia y fortalecer la gobernabilidad, indispensable para afianzar el crecimiento económico. Pese a todo, hago votos para que prime el debido proceso y renuevo mi confianza en la imparcialidad de operadores de justicia alejados de sesgos políticos. El Perú no merece que estos sean marionetas de intereses oscuros".