ERP. El Papa Francisco abogó hoy para que el amor, la misericordia y el perdón imperen en el mundo, durante la ceremonia de conmemoración del Vía Crucis, ante más de 40,000 personas en el Coliseo Romano. Asimismo, pidió recordar a los enfermos y a las personas abandonadas, para que encuentren esperanza en el amor de Dios y en la resurrección.
"Guíanos Jesús de la cruz a la resurrección. Enséñanos que el mal no tendrá la última palabra, sino el amor, la misericordia y el perdón. Recordemos a los enfermos, a las personas abandonadas para que encuentren bajo la cruz la fuerza de la esperanza", afirmó.
Con la señal de la cruz, el Sumo Pontífice, que vistió una bata blanca, dio inicio al rito tradicional del Viernes Santo en la liturgia cristiana.
El Via Crucis rememora el camino de Cristo hacia su crucifixión y se desarrolla en el célebre Anfiteatro Flavio desde la década de 1970.
En la ceremonia, la cruz, portada por diferentes personas que se la van cambiando de manos, recorre el Coliseo, del que sale para pasar frente al Arco de Trajano y para llegar, finalmente, al Palatino, donde la espera el papa.
En ese recorrido, la cruz se detiene en catorce ocasiones para leer las meditaciones, que narran el camino de Cristo hacia su muerte.
Los encargados de portar la cruz fueron inmigrantes, adictos, personas en situación de pobreza, enfermos y niños.
En ese acto se pidió que se acepte la "fragilidad de los otros y que no haya indiferencia hacia los caídos".