ERP. Mauricio Macri, sería el virtual presidente de Argentina, tras la segunda vuelta electoral realizada en este país, el mismo que reemplazará en el cargo a Cristina Fernández de Kirchner; los primeros resultados oficiales y los datos de "Boca de urna" le dan una diferencia contra su contricante Maniel Scioli; en una contienda marcada por un cambio leve en las propuestas y sin tanto apasionamientos políticos como en campañas previas.
Dos dirigentes nacidos del riñón político de Carlos Menem en los años 90 y con trayectorias dispares disputaron en las urnas la sucesión de Cristina Fernández de Kirchner, la carismática y controvertida presidenta argentina. El líder conservador Mauricio Macri habría obtenido un 53% de a Macri y 46% a Scioli.
Los dos contendientes llegaron hoy exhaustos a una cita histórica tras un largo año electoral. Nunca antes se había celebrado una segunda vuelta entre dos candidatos presidenciales. La jornada electoral, a la que estaban convocados 32 millones de argentinos, transcurrió sin incidentes graves y con una alta participación. Argentina es un país imprevisible como pocos. Al frente de la coalición opositora Cambiemos, Macri dio el campanazo hace un mes. No sólo forzó un mano a mano con Scioli. Al situarse a sólo tres puntos del candidato del hasta hace poco invencible Frente para la Victoria (FpV), el alcalde de Buenos Aires dejó aturdido y sin capacidad de reacción al oficialismo.
El rostro desencajado de Scioli en el auditorio Luna Park de la capital la noche del 25 de octubre expresaba algo más que una decepción. Antes de los comicios, el gobernador de la provincia de Buenos Aires ya se veía con la banda presidencial. Pero el viento político dio un giro brusco esa noche. Desde entonces, Macri no ha hecho más que crecer en las encuestas. Y Scioli se ha estancado mientras trataba de esquivar el "fuego amigo" proveniente de los balcones de la mismísima Casa Rosada.
"Votemos en conciencia, como dijo el Papa Francisco". Las palabras del candidato kirchnerista -una etiqueta con la que nunca se sintió cómodo- al depositar su voto hoy en la localidad bonaerense de Tigre eran fiel reflejo de su estrategia de campaña. Consciente de que pese a su pírrica victoria en primera vuelta partía con desventaja para la cita de hoy, Scioli basó su campaña en demonizar a Macri e incluso llegó a citar al Papa argentino como una voz coincidente con la suya en la denuncia del "capitalismo salvaje".
Macri ha llegado a la segunda vuelta con la estrategia del ganador: poca confrontación y un discurso teñido de "esperanzas y alegrías", bálsamo de Fierabrás del centroderecha argentino para resolver los problemas del país. Cada vez que Scioli le lanzaba un dardo envenenado, el líder conservador respondía con un mensaje conciliador. Todo perfectamente calculado para irritar más a su adversario y presentarse como un dirigente moderado. "Tengo una enorme alegría, es un día histórico. Comienza una nueva etapa para la Argentina", ha dicho Macri al votar, rodeado de una nube de micrófonos. Y luego se ha ido a jugar al fútbol para relajarse un rato y recordar tal vez sus tiempos de mandamás en Boca Juniors.