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Frente Amplio, Hernando Cevallos y su laberinto que los llevó a votar con una fuerza que dicen combatir

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ERP. Para un buen grupo de peruanos y sobre todo piuranos, la moción de vacancia del presidente de la República Pedro Pablo Kuczynski era una medida exagerada, prepotente, violatoria y atentatoria de elementales principios y derechos constitucionales. Fuerza Popular, el Frente Amplio y un pequeño grupo de congresistas del Apra y AP, avalaban esta iniciativa, que obligó al afectado a defenderse de diversas maneras.

Recordemos que en el 2016, al momento de definir al ganador en la segunda vuelta electoral, la mayor parte de los peruanos se inclinaron por PPK. Lo contrario hubiera sido elegir a Keiko Fujimori. Al momento de esa opción, muchos conocían que el presidente no sabía distinguir el espacio público y el privado; se conocía igualmente que su actividad principal era hacer negocios y ganarse la vida como gestor de intereses. Es decir, lo de ahora no es nada nuevo en relación al pasado conocido del presidente.

Frente Amplio Vacancia

Frente Amplio del cura Marco Arana se unió con fujimoristas para votar a PPK

Como se sabe, el Frente Amplio fue liderado por Verónika Mendoza, obteniendo una representación de 20 parlamentarios. Transcurrido el tiempo, 10 se quedaron con el sacerdote Marco Arana y 10 dieron nacimiento al grupo denominado Nuevo Perú, que busca igualmente ser Partido Político. Arana se quedó con el nombre del Frente merced a ser el fundador de Tierra y Libertad, el cual tuvo registro en el Jurado Nacional de Elecciones.

Nuevo Peru Bancada

Bancada de Nuevo Perú (Ex Frente Amplio) decidieron no votar y salirse del hemiciclo

El Frente Amplio, es decir los que quedaron con su fundador Marco Arana Zegarra y que forman parte de una izquierda muy ortodoxa y caduca, decidieron apoyar con sus 10 votos la draconiana medida de sacar a Pedro Pablo Kuczynski del cargo y para ello tuvieron la desacertada idea de aliarse, compartir y fundirse con la fuerza que dicen reprobar, es decir Fuerza Popular. El voto que emitieron, no era un voto simplista y sin mayor importancia, afectaba la estructura de la principal institución del país, es decir la Presidencia de la República.

Marco Arana, Hernando Cevallos y otros, fungen de ser orgánicos, disciplinados, políticamente respetuosos de las decisiones partidarias; sin embargo, la posición que adoptaron llamó la atención por el mensaje ambiguo y confuso del debate donde lo principal era que no estaban ni con el autoritarismo de Fuerza Popular ni con el lobismo del presidente de la República. Es decir un contrasentido incomprensible y una desconexión entre sus dichos y lo que hicieron. 

Lo gracioso de todo fue la confusión mental de sus argumentos en el Parlamento. Reprobaban la actitud intransigente de los de Fuerza Popular contra el Ministerio Público, contra magistrados del Tribunal Constitucional; argumentaron la necesidad de una nueva Constitución, cambio de modelo económico: pero, igualmente dieron su voto, para que esa misma fuerza política que reproban con el discurso consolide su posición hegemónica. Emulando a Borea y con la figura retórica de Condorito, se diría ¡Plop!.

En esta vorágine de desatinos, incoherencias y contrasentidos, se encontró envuelto el parlamentario piurano Hernando Cevallos Flores, para muchos un buen representante del departamento de Piura, pero en esta oportunidad tan poco inteligente, se diría torpe y desubicado tanto como su líder Marco Arana. La situación era sencilla, definir con claridad los riesgos de una actitud vertical, prepotente y autoritaria de los integrantes de Fuerza Popular y el quehacer frente a esta crisis. O en terminos más sencillos, simplemente adoptar una decisión acorde a sus planteamientos. 

Eran momentos de gran tensión y millones de peruanos espectaban el peor desatino político de los últimos tiempos. Los del Frente Amplio, liderados por el sacerdote Marco Arana y bajo los achaques del lobismo y de la lucha contra la corrupción, pretendieron validar una moción sin siquiera seguir los procedimientos elementales para garantizar un fallo justo. 

Actuación totalmente diferente tuvo el grupo de Nuevo Perú integrado por Marisa Glave, Indira Huilca, Manuel Dammert y otros, quienes fueron contundentes en los cuestionamientos contra la corrupción y dijeron que no apoyarían ni a uno ni a otro. Incluso, Dammert dio cuenta de todas sus investigaciones sobre corrupción; en la parte final, decidieron salirse del hemiciclo y consecuentemente, no votar por ninguna de las opciones en debate.

Sobre el caso y respecto al voto, no está en debate la pertinencia del voto, sino la incongruencia de lo dijeron y de lo que hicieron, de lo que propusieron y argumentaron y lo que votaron. 

¿Tan difícil era adoptar una decisión similar, consecuente con los argumentos que dieron en el momento del debate?

Como expresa el analista político Juan Manuel Aguilar Hidalgo“Cierta izquierda no ha cambiado, quisieron sacar provecho a las circunstancias pero finalmente es un equívoco que demuestra su miopía política”.

Se ha superado un momento de mucha crispación política, se anuncian cambios en el Ejecutivo para el 2018 y también una recomposición partidaria en el Congreso de la República. La mayoría monolítica de los inicios se ha resquebrajado con la disidencia en el voto de parlamentarios de Fuerza Popular y las parcialidades como Frente Amplio, Nuevo Perú, APRA y AP, deberán igualmente definir su quehacer futuro.

Para Aguilar Hidalgo "Lo que si queda claro que muchos peruanos realizan disquisición sobre la valía de su voto, cuando sus representados se encuentran en situaciones como las presentadas y se espera que tengan mejor versación para decidir. No es resolver de cualquier manera, sino con el juicio y el raciocinio de acuerdo a las circunstancias y sabiendo leer lo que corresponde hacer"

 

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