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Inseguridad ciudadana, el problema nacional sin solución

Reportajes
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Comisaria TalaraERP. Estamos perdidos en políticas, estrategias, decisiones y acciones para crear un clima de paz, concordia y seguridad ciudadana. Todos hablan de la dimensión del problema, muchos actores gubernamentales proponen medidas a adoptar y el debate, se centra en estar de acuerdo o desacuerdo de lo que se dice, que con toda precisión, no se aplicará.

Un trabajador de Essalud de Paita, recientemente fue asesinado por la delincuencia. Fue agarrado a golpes en la cabeza, sumergido a un charco de barro previamente; en tanto, regularmente en Piura, las noticias de asesinatos y muertes nos sorprenden; una más cercanas a nosotros que otras pero igualmente preocupante. Esto nos obliga a reiterar la preocupación por Seguridad Ciudadana.

Para la parte oficial, existe un plan de Seguridad Ciudadana y graciosamente lo exponen en los medios de comunicación. Lo existe como documento y como diagnóstico, su narrativa es clara “La seguridad ciudadana ha sido y es una de las principales demandas de la población peruana. Ha ocupado un lugar importante en la agenda gubernamental de los últimos veinte años”, dice en su párrafo primero el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018; y con toda seguridad se repite a nivel regional, provincial y local.

El mismo Plan explica que “A lo largo de este período, ha merecido diversos enfoques y tratamientos por parte de las autoridades, pero con escaso éxito hasta hoy. Y es que la seguridad ciudadana es un fenómeno social complejo, multidimensional y multicausal, que, por ello, debe ser abordado desde diversos ámbitos de forma simultánea”.

Al ingresar al Gobierno Ollanta Humala, se mantuvo cierta esperanza que serían diferentes las acciones. Durante los últimos 4 años, nada ha cambiado en la estructura y al contrario, se designó ministros con escasa voluntad para lograr grandes cambios. El Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, mantiene la misma estructura, lo que implica que en los bajos resultados se encuentran comprometidos todos los gobiernos de los últimos lustros.

El Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC), que es el ente multisectorial que debe analizar y planificar en el tema, no tiene mayor relevancia y su máximo resultado es aprobar el Plan como documento técnico. Debe tenerse en cuenta que un documento, lo será siempre y quedará en los anaqueles, si no se cumple con acciones concretas.

Alguien podría estar en desacuerdo, con los siguientes objetivos?.

Comprende tener un sistema articulado y fortalecido; promover la participación de los ciudadanos, la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicación; fortalecer a la Policía Nacional del Perú como una institución moderna, con una gestión eficaz, eficiente y con altos niveles de confianza ciudadana; implementar espacios públicos seguros como lugares de encuentro ciudadano; mejorar el sistema de administración de justicia para la reducción de la delincuencia; y, reducir los factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos.

Sin duda que no.

Recientemente, varios alcaldes del país, y otros gobernadores regionales, consideraron como pertinente la intervención de las Fuerzas Armadas en materia de seguridad ciudadana. De inmediato, se sumaron adhesiones y por el otro lado, las descalificaciones. Se hizo un cotejo de lo que son los serenos y lo que realiza la Policía y lo que hacen las Fuerzas Armadas.

Lo cierto, que el personal que cumple servicio militar, es de baja formación y por lo tanto, estarían descalificados para realizar control ciudadano. Además, existen las limitantes legales que determinan su campo de acción. Para el periodista Nelson Peñaherrera Castillo, “Se debe recordar a cada parte del gobierno, las fuerzas del orden y la ciudadanía cuál es su tarea específica...” y si de funciones y competencias se trata, nada se ha modificado hasta el momento.

Refiriéndose a esta propuesta, Peñaherrera complementa “como título es interesante; como propuesta, estoy en contra de militarizar la seguridad ciudadana, porque las fuerzas armadas no están capacitadas para ese tipo de situaciones y esa no es su función constitucional”.

En el control del orden interno, queda claro que es la Policía Nacional del Perú la que es competente para ello. es toda una institución que tiene diversas responsabilidades, en tal sentido, veremos en frontera a un Policía deteniendo vehículos, verificando maleteras, recibiendo un sol o dos nuevos soles de coima, y a varios kilómetros, no habrá ningún problema en adquirir productos ecuatorianos, chilenos o de otras latitudes en el mercado local.

Mantener instituciones corrompidas, quitan legitimidad a la acción que realicen sus integrantes

O igual, miembros de la Policía Nacional del Perú, detendrán a acusados de narcotráfico, los dejará ir, establecerán una relación de coima con el delincuente y nada se habrá controlado. Estos casos son comunes. Lo cierto y nadie podría negar, es el alto grado de desintegración ética y moral de esta Entidad del Estado.

Mantener instituciones corrompidas, quitan legitimidad a la acción que realicen sus integrantes, sobre el asunto el Lic. Edgar Ojeda Cueva, recomienda “Yo creo que en la policía tiene que haber rotación permanente, porque los efectivos que se quedan por más tiempo en la zona caerán en la coima o serán amenazados para no actuar frente a la inseguridad, por más buena intención que tengan”.

Si bien es cierto, que la opinión parte de una realidad como la del distrito de Suyo- Ayabaca, donde cada cierto tiempo los asesinatos se repiten, puede ser extendida al contexto nacional con igual similutud.

En un diálogo con Elidio Espinoza, hace unos 3 años, al ser preguntado sobre estrategias en Seguridad Ciudadana, nos hizo un simple comentario. “El tema es asunto humano” y evidentemente es humano, porque lo que se hace o no se hace en una función pública siempre pasará por una decisión personal y dicha decisión estará signada por los valores que practique el que decide.

Sin embargo, el control y la inteligencia institucional, podría llevar a determinar e identificar con oportunidad a miembros de la Policía Nacional que vienen delinquiendo. Resulta increíble, que pese a la versatilidad de la era de la información, aún se vea a miembros de esta Entidad, transgrediendo los valores con los cuales deben actuar. Dos casos, comunes de corrupción:

  • Miembros de la Policía Nacional, realizan control de carreteras; detienen a los vehículos que prestan servicio interprovincial o interregional, y reciben 2 nuevos soles o más de coima. El conductor, va premunido del sencillo necesario para atender esta coima.
  • Un conductor es detenido y es detectado con ingesta de licor. El coste de la coima, es de 800 nuevos soles o un poco más, y de esa manera se evita no solo la multa formal, sino el laberinto penal que acarrea esta infracción. Para los policías, es el gran negocio.

Sin duda, que hechos como los mencionados, agrava las condiciones de control interno y de seguridad ciudadana.

La seguridad ciudadana, tiene dos elementos muy fuertes a tener en cuenta. Uno es el control interno o coacción. Un sistema que funcione en lo policial, Ministerio Público, Poder Judicial. En tanto, es posible definir con precisión, facultades y competencias en una Policía Nacional, Regional y Local (Municipal); implica un cambio legal y existen experiencias en el mundo que pueden ilustrar mejor.

El otro es la prevención y en este caso, es un fuerte trabajo en escuelas y comunidad. En escuelas para formar seres humanos con valores de respeto y convivencia social; y en la comunidad, para que complemente la labor de las escuelas. Igualmente, prevención es tener una economía que dé las oportunidades para todos y bienestar a la mayor parte de la población.

Para el Ing. Pedro Mario Zapata Raygada, “Diseñar una estrategia en prevención con todos los entes representativos que se comprometan a lo planificado, debe hacerse con presupuesto”; y en el presupuesto se encuentra el éxito de todo lo que se emprenda en prevención.

El Lic. Edgar Ojeda considera que “… la misma ciudadanía, autoridades locales u organizaciones, tomen la iniciativa de promover valores en los ciudadanos. Una iniciativa bien implementada puede dar mejores resultados que políticas del Gobierno que al final son el juego para la corrupción. Ahora con la tecnología (videocámaras, grabadoras en los celulares, etc.) pueden registrar por ejemplo una coima, y denunciar a las autoridades competentes. Pero tiene que haber organización, capacitación y estar bien informados. Quizá no se vean resultados inmediatos, pero a largo plazo sí. Trabajar con niños y jóvenes principalmente, porque se tiene que pensar no sólo en el momento, sino también en el futuro y el cambio debe empezar por ellos”.

En tanto, el problema de inseguridad es de actualidad alarmante; la violencia y muertes crecen significativamente en todo el territorio nacional; el sicariato deja en lágrimas a muchas familias, pero nos ufanamos de la tasa de homicidios que tiene Perú, sumándose a los asaltos, violaciones, y robos que se presentan día a día. Otro tema, será esa corrupciòn que crea violencia y que se encuentra vinculada a los asuntos gubernamentales. 

 

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