ERP. Recuerdo a Pedro Pablo Kuczynski como ministro de Energía y Minas del gobierno de don Fernando Belaunde Terry; recuerdo su presentación en el Congreso de la República y recuerdo cuando un novato diputado, se levantaba para increparlo y él respondía con su verbo flemático y británico las políticas que defendía. El diputado era García, quien aún en su mocedad quería distinguirse.
El presidente llegó a sus casi 80 años, precedido de una vida llena de logros y con prestigio internacional. Uno de los ministros más jóvenes en su momento, especialista en finanzas y un banquero reconocido en el Perú y otras partes del mundo. Quiso entrar a la política y es probable que con lo que está sucediendo, lamente de por siempre la decisión que lo llevó a este estadio.
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Hoy PPK se encuentra en la cuerda floja, al borde y muchos, incluidos izquierda, centro y derecha, gozan al mejor estilo de una corrida de toros, con la diferencia que el aún presidente no es un toro bravo con quien se lidia, sino una persona que se ve embestido por las ansias de “sangre” de una platea dispuesta y exigente que se le dé el "estoque" para sentirse mucho más gozosa y exaltada.
No se encuentra en juego la lucha por una plena moralidad, no. De ser así, estuvieran en igualdad de situaciones Keiko Fujimori, Alan García y otros señalados por Odebrecht como receptores. Solo es PPK, quien no tuvo primero la capacidad para hacerse valer en el campo político y es víctima de su propia defensa. La platea ya no le perdona esa pusilanimidad, la platea lo quiere ver falleciente.
Desde el foro, se escuchan, oh sorpresa, a Luz Salgado, la ex visitante del SIN, hablar del dolor de muchos y de moralidad; a Mulder con su vehemencia expresando contra uno lo que no podría hacerlo con el otro (Alan); a dos parlamentarios (Becerril y Salaverry) que un día antes tildaban a su víctima de mentiroso y más, ahora suavizados y morigerados para que hablen con respeto, con decoro, sin ofensas, "porque ese fue el acuerdo de portavoces".
La moción se presenta y a la media hora, se debate con inusitada velocidad si se admite la moción de vacancia. El espectáculo nacional se masifica por diversos medios de comunicación y a través de las redes sociales. En cada discurso, palabras discrepantes e incluso ofensivas, pero eso no importa, tampoco leerán y si leyeran no les interesa en absoluto. Ellos tienen la verdad y tienen la decisión final, además da la sensación que son los únicos que poseen la verdad y el don del juicio. Saben que su víctima solo tiene unos cuantos días y sin capacidad de reacción y cuando intente defenderse, buscarán aprehenderlo y escudriñarlo al mismo estilo de un exorcista.
Se habla del debido proceso como formulismo, al final es un tema de votos más y votos menos. No interesa la verdad y tampoco el respeto a la dignidad de ser humano. El primer ensayo para admitir a debate la moción da como cifra 94 votos. Es decir, lo que viene simplemente es prestarse para la exposición lírica del presidente acusado o del abogado defensor. Con exposición o sin ella, con fundamentos o sin ellos, el destino podría ser el mismo. Aparentemente, nadie cambiará la posición de una masa dispuesta al ludibrio y al escarnio, lo quieren ver caer “desangrándose” con el rictus de dolor.
¿Es posible salir de este embrollo?. Si, la única manera es crear consensos con las fuerzas democráticas y puede ser el resultado de un diálogo por la defensa de la institucionalidad democrática del país. No solo se encuentra en juego, la presidencia de la República, igualmente tiene la misma precariedad el Tribunal Constitucional y el Ministerio Público.
Circula en los medios que los pagos realizados fueron lícitos y de igual manera se dice que pronto llegaran nuevos documentos del extranjero. Se encuentran lacrados y podría haber muchas sorpresas. En tanto, Alan García, el que no se “vende” y Keiko la que no se “corre” mantienen silencio; el Poder Judicial habla con la lucidez de su presidente y el Ministerio Público calla por el temor de la “espada”. Por lo pronto para amedrentarlos, la sub comisión adoptó acuerdos en contra de magistrados del Tribunal Constitucional.
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En sombra o presos se encuentran Ollanta Humala y Nadine Heredia, otros funcionarios de menor nivel del gobierno del Apra y en el extranjero Alejandro Toledo. Los primeros dejaron el miedo en su casa, siguieron el camino de la carceleta y cumplen una prisión preventiva que para otros no existe, pero para ellos sí. Los otros callan y se enciman todas las responsabilidades y no delatan a nadie, todo parece indicar que lo hicieron solos, aunque haya habido necesidad de cambios administrativos que no se comprenden. El último, pasea orondo por Estados Unidos, vanagloriándose del espectáculo de unos parlamentarios bisoños, poco ilustrados, pero como cándidos, osados.
También siguieron el camino de la valentía y de sus propias culpas, varios empresarios que se coludieron con la empresa brasilera. No se evadieron, admitieron la prisión preventiva como su destino y aceptaron con decoro y rechistas la decisión judicial. Tras eso, el Ministerio Público realiza dos allanamientos a locales de Fuerza Popular y muchos se aprovechan de su condición de parlamentarios para increpar “no sabes con quien te metes”.
Claro, no se trató de Juan Pérez, o de Juan Zapata, si eso hubiera sido así, su destino más inmediato hubiera sido cualquiera carceleta del sistema judicial.
Qué difícil resulta un Perú institucional, respetuoso de los derechos, garantía del debido proceso y del principio de legalidad. Qué resuelva al margen de color, posición social, etnia, enconos o cualquiera otra diferencia. Qué difícil resulta por el momento, saberse protegido por un sistema de derechos que existe pero que se infringe cuántas veces sea necesario, si se trata de perjudicar al adversario político o al que no le es afín.
Qué difícil es tener una clase política que sea un ejemplo de integridad ética y moral. Qué difícil, resulta ver en el foro político una exposición de ideas con inteligencia y razonabilidad. Lo que interesa es ver al adversario con el “estoque” en el cuello y aunque desangrándose por el golpe letal recibido, hacer ludibrio de los hechos y verlo caer sin posibilidad de levantarse. El toro ha muerto.
Sin embargo, no todo está perdido. Si tiene el presidente y su grupo capacidad de negociación, pueden dejar con la fiesta frutrada al grupo fujimorista y quienes contra todo lo avalan.
Los parlamentarios de Fuerza Popular, Apra y Frente Amplio, quieren la vacancia presidencial. ¿Seguirán con la misma vehemencia luchando en contra de la corrupción estatal?. También se encontrarían comprometidos Keiko, Alan, Susana y otros. pic.twitter.com/BBy9K4ivqL
— Andrés Vera Córdova (@andresveracordo) 16 de diciembre de 2017