ERP. La Guerra con Chile es uno de los episodios de la historia nacional, que muchos preferirán no recordar, está asociada a lo que es característica del siglo XIX, o siglo de las ocasiones perdidas, puesto que así como se había perdido la oportunidad de un crecimiento económico con la prosperidad del guano y del salitre, también se perdió la guerra.
Durante 1879 y 1883, los ejércitos de los tres países en guerra, protagonizaron una serie de encuentros, combates y batallas, en los tres se recuerda a héroes y heroínas que dieron sus vidas por la heredad que los vio nacer, y con respecto a la Guerra con Chile, quizá tiene mucho peso entre los peruanos, las batallas de Arica y Tarapacá, tanto como el combate de Angamos, olvidando que en esa guerra, también se peleó por el honor nacional, en la batalla del Alto de la Alianza, conocida como batalla de Tacna.
Otros la citan como Batalla de pampa Intiorko, lo cierto es que esta batalla, también recordada como Batalla del Campo de la Alianza, se experimentó en Tacna, un día como hoy, el 26 de mayo de 1880, un poco antes de la batalla de Arica, y en ella el espíritu patriótico de los peruanos y de las peruanas estuvo a flor de piel.
Uno de los protagonistas fue el general boliviano Narciso Campero, quien dirigió a los ejércitos peruano y boliviano contra el chileno, que estaba comandado por el general Manuel Baquedano, la batalla duró unas horas, con la victoria para Chile, y prácticamente con el retiro de Bolivia del escenario de la guerra.
La batalla tuvo como escenario la meseta del cerro Intiorko, y en opinión de los chilenos, fue una de las más cruentas en las que estuvo el ejército de ese país. Los chilenos habían ocupado Tarapacá desde noviembre de 1879, aparecieron en Ilo y Pacocha, y en marzo del año siguiente llegaron a Moquegua con la intención de neutralizar a las fuerzas peruanas y bolivianas.
Mientras tanto, el presidente Mariano Ignacio Prado regresó a Lima, dejando en Tacna al contralmirante Lizardo Montero al frente del Primer Ejército del Sur, el presidente Prado salió del país el 18 de diciembre de 1879, a comprar buques y armamentos, quedando encargado del gobierno el vicepresidente Luis La Puerta. Tres días después, Nicolás de Piérola se sublevó por no estar de acuerdo con esta actitud, y se proclamó dictador el 23 de diciembre, mientras en Bolivia se deponía al presidente Hilarión Daza, país donde en medio de una crisis, finalmente el poder recayó en Narciso Campero.
Por su parte, el piurano Lizardo Montero comandante del primer ejército del Sur, concentró al ejército peruano en Tacna y Arica, a poco el ejército aliado acampó en Intiorko, esperando el ataque de los chilenos. Un día antes de la batalla, Campero entregó el mando de los ejércitos aliados a Montero, sin embargo, finalmente continuó en su cargo.
Los avances chilenos por el desierto y los valles de Locumba y Sama, orientaban sus tropas hacia Tacna, entretanto esa tropa del sur era diezmada por la disentería y el paludismo, pese a estar militarmente bien equipada, con respecto al ejército aliado con el que se enfrentarían.
El día 24 de mayo, las fuerzas chilenas listas para la batalla, estaban compuestas por 9645 efectivos; y las fuerzas aliadas eran 9 mil hombres incluyendo a los enfermos. El ejército chileno llegó a Quebrada Honda casi al anochecer del 25 de mayo y los jefes peruanos pensaron en un ataque en la madrugada, para sorprender a los chilenos, sin embargo la avanzada resultó un fracaso, pues la neblina desorientó a la tropa, que se extravió en el camino, y así, sin dormir, las tropas deberían enfrentar al enemigo.
Para atacar a los aliados, el general Baquedano dividió sus hombres en cinco divisiones, y a las 7:30 de la mañana se divisan ambos bandos y la batalla empezó a las 9 de la mañana con el bombardeo de la artillería chilena, y la respuesta de los aliados, y a las 11 la batalla estaba en pleno desarrollo, con una lucha sangrienta, cuerpo a cuerpo, y a las dos y media de la tarde, prácticamente había terminado, y de inmediato llegaron las noticias a Tacna, cuya población buscaba asilo en los consulados y embajadas.
La ciudad fue bombardeada desde las alturas del Intiorko, cesando el bombardeo, cuando el alcalde Guillermo Mac Lean fue al Campo de la Alianza e informó a Baquedano que en la ciudad no había tropas, y los chilenos exigieron la rendición de la ciudad, ingresando a ella a las 6 pm, comienzo de la ocupación de Tacna, y de inmediato la guarnición de Arica, es enterada del resultado de la batalla en Tacna y su jefe, el Coronel Francisco Bolognesi se preparó para la defensa.