ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cuando se terminaba el año escolar de 1964, se convocó a los padres de familia a la clausura, acto llamativo que se verificó en actividad pública el 15 de diciembre, esa noche fuimos hasta el antiguo y hoy destruido local de la Escuela Pre Vocacional 1031, José Cardó, y en medio de la alegría de todos los estudiantes porque salíamos de vacaciones, se desarrolló un programa de lo más atractivo.
Lo más divertido de esa noche fue la presencia de un mago que nos dejó deslumbrados con su adivinación, era uno de los profesores del plantel, don Carlos Guillermo Miranda Gutiérrez, quien apareció ante el público, con una gran capa y un turbante, provisto de bigotes naturales, poco después el profesor Miranda pasó a trabajar a la Escuela Primaria 1039, hoy I.E. 14777 en la cuadra 7 de la avenida Félix Jaramillo.
El mago deslumbraba, los asistentes a la ceremonia de clausura escribían una frase corta, y sin abrir el papelito, decía el contenido del mensaje, la gente estaba atónita, en medio del turbante encima de la frente, brillaba un espejito, y supuestamente el adivinador leía a través de él, sin embargo, nadie se percató, que su ayudante, antes de entregarle los mensajes, leía el contenido y le soplaba la respuesta.
Mi madre fue acompañada de su hermana Teresa, y esta tía escribió un mensaje corto: SE APROXIMA LA FERIA DE REYES, yo vi a ambas arrobadas cuando el mago leyó el contenido, y pidió que el autor de la frase levantase la mano, mi tía Teresa, sin salir de la emoción que el prestidigitador generaba, levantó la mano, en abierta aprobación a lo pronunciado por él.
Pero, porque escribió eso mi tía Teresa, porque Mamá le hizo recordar que en tres semanas, como en todos los años, se inauguraría la Feria de Reyes, gran concentración de comerciantes en la ciudad de Sullana, actividad mercantil de raíces virreinales, que por falta de visión, y de criterios adecuados de actualización y modernización de la actividad, se perdió, al parecer para siempre.
Indudablemente que los tiempos ya no son los mismos, han perecido varias ferias en Piura, y las que sobreviven ya no tienen los brillos de otros tiempos, salvo las que giran alrededor de fiestas patronales como la del Señor de la Buena Muerte de Chocán, Señor Cautivo de Ayabaca, Nuestra Señora de las Mercedes, y la Virgen del Carmen de Huancabamba.
La Feria de Reyes, tan esperada por los sullaneros, poco después de la celebración del año nuevo, ya no se organiza más, desapareció, no por muerte natural, sino porque la asesinó la ausencia de proyección hacia el futuro, y el poco cariño que algunos sullaneros le tienen a la ciudad. No solo han sido las mini gamarras que existen por toda Sullana, y los grandes emporios comerciales, sino la falta de visión, de parte de los responsables de la organización ferial.
Hoy solo queda la cabalgata de Reyes Magos el 6 de enero, menos mal, porque la tradición perecería completamente, sino se mantiene este mecanismo de su preservación, la actividad es organizada por algunas instituciones como: Parroquia de la Santísima Trinidad, y la Hermandad del Señor de la Agonía presidida por el entusiasta Franklin Távara Gamio, con el apoyo de la Primera División de Caballería.
Las actuales generaciones de sullaneros no viven la emoción de la feria, pero escuchan de sus mayores lo que esto significaba para Sullana, esperemos que no desmaye el entusiasmo de los organizadores de la cabalgata, y que uno de los símbolos del sullanerismo se mantenga para siempre.