ERP/N.Peñaherrera. El sábado me llamó la atención la historia de cómo la Policía Nacional implementaba a algunos comités vecinales de seguridad ciudadana en la jurisdicción de Sullana: polo, silbato, vara (¿?).
No sé cuán estratégico sea, desde el punto de vista de la Policía, identificar a quiénes son parte de estos escuadrones vecinales, que sirven como alarmas humanas en caso haya... ¿un asalto? ¿un secuestro? ¿una manifestación contra el Gobierno?
Desconozco la mayor parte de los protocolos policiales más detallados, pero... ¡bueno! Sería interesante que vean el lío de las llamadas Autodefensas en México o cómo las Rondas Campesinas en Cajamarca le han aplicado ouija a la Santa Inquisición.
Muchos historiadores más, digamos, independientes coinciden que ese tribunal más que cuidar la moral de la Colonia hispanoamericana, fue una eficiente forma de deshacerse de enemigos políticos o potenciales opositores electorales, todo hábilmente disimulado bajo el pretexto de la fe.
Eso para comenzar.
La segunda parte de la historia fue la que me llamó más la atención: según el jefe policial entrevistado, la delincuencia podría frenarse si es que se comienza con una educación dentro de los hogares basada en valores, algo en lo que coincidimos.
Además dijo que la violencia suele aparecer en los hogares disfuncionales. Definamos "disfuncionales" antes, ¿no?
El caso es que, para mí, si al uniformado le queda claro que la causa del problema está dentro de casa, ¿por qué se concentró en darle una especie de uniforme a las brigadas de seguridad ciudadana?
No digo que esté mal, pero si los recursos son limitados y ya hay un diagnóstico, ¿no era más lógico aliarse con las escuelas de Padres y Madres para explicar cuál es la visión de la Policía sobre la solución del problema?
Por otro lado, ¿el polo y la vara no es un cencerro que aleja o advierte al delincuente, pero que no necesariamente lo convence de que debe dejar de delinquir? Además, ¿no convierte a estos vecinos y estas vecinas en objetivo andante de cualquier maleante más avezado que podría amenazarles o hasta hacerles daño directo? Total, ya se les puede identificar.
Como digo, desconozco mayormente los procedimientos policiales, pero sí estoy convencido de que la ciudadanía es socia de primer orden en combatir la inseguridad (junto al Ministerio Público y el Poder Judicial).
Pero, si al enfermo le duele la panza, no vamos a hacer mucho poniéndole paños fríos en la frente. Mejor dicho, ¿y qué tal invertir en Inteligencia ciudadana?
Como sabemos, una de sus características es, precisamente, que conocemos que por ahí anda, pero no dónde exactamente, y esa información permite antes que reprimir, prevenir la comisión de delitos, gracias a la identificación oportuna de puntos calientes o campos de cultivo criminales.
Como digo, no es malo cualquier esfuerzo dentro de la Ley para acabar con el delito, pero sugiero que lo poco que se tiene se oriente mejor a atacar la raíz del problema.
Los polos y las varas se ven bonitos para la foto, pero si hay personalidades en estructuras disfuncionales, ¿no estamos dejando un revólver cargado en manos de un infante?
¿Me copian... o no?
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)