ERP. Este 19 de julio es histórico para el país, pues pese a todas las amenazas, al terruqueo y descalificación de la protesta, peruanas y peruanos se movilizaron en todo el territorio nacional, con una Policía que hizo todo para impedir que se ejerza a plenitud el derecho a la protesta; sin embargo, no pudieron ahogar los gritos de “Dina asesina, el pueblo te repudia, cuántos muertos quieres para que renuncies”.
La mayor parte de regiones, levantaron su voz de protesta a nivel nacional, sobre todo en Puno, donde además de sus delegados enviados a Lima, hicieron su protesta en la localidad; Arequipa, Cusco, Huancavelica, e incluso Piura, diversas organizaciones sociales pidieron justicia sobre todo para sus muertos y adelanto de elecciones para renovar presidente y nuevos congresistas.
Fue una jornada multitudinaria, con la presencia de algunos personajes mediáticos como es el caso de Rosa María Palacios, Pedro Salinas, Gino Costa, Hernando Cevallos, además de miles de peruanos y peruanas, que intentaron llegar no solo a la Plaza San Martín, sino igualmente al Congreso de la República donde procedieron a zarandear las barandas que protegen a quienes se han apropiado del poder.
De principio a fin se cuestionó a Dina Boluarte Zegarra, quien viene permitiendo que la democracia deje de serlo, para los promotores, su renuncia aceleraría la convocatoria a nuevas elecciones que permita al país definir quienes serán sus futuras autoridades. Pero, pese a la protesta, como dijo Verónica Mendoza, la lideresa de izquierda que respalda la protesta “Dina se ha atornillado en el poder”.
La mayor parte de la protesta fue tranquila; sin embargo, en la parte final, elementos de la Policía Nacional decidieron arrojar bombas lacrimógenas. En realidad, tanto el gobierno como sus ministros y los miembros de congreso que la respaldan, no esperaron que haya tanta participación, de ciudadanos que están cansados por la falta de legitimidad del gobierno cívico militar.
Diferentes organizaciones sociales, estuvieron presentes, incluidos colectivos como la de licenciados de las Fuerzas Armas y también representantes de partidos políticos. Todos ellos, sin la búsqueda de protagonismo, solo con el único objetivo de rescatar al país, de un grupo de vándalos que vienen apoderándose de las instituciones implementando una dictadura al estilo de Guatemala.
Los slogans fueron repetitivos “Dina asesina, el pueblo de repudia” como frase y como cantico, para llamar la atención. Se repitió, además, en clara alusión a las palabras de Dina Boluarte, el “Cuántos muertos quieres para que renuncies”, párrafo que se agregó a la tonada ya conocida en el sentido que “Esta democracia ya no es democracia”.
Sin duda, que estas movilizaciones traen un elemento adicional a lo tradicional, es la caricaturización de Dina Boluarte, mediante muñecos que fueron exhibidos en las marchas, no solo en Lima sino en otras partes del país. En ellos, se colocaron frases pidiendo justicia por todos los asesinatos de los cuales sería responsable la presidenta de la República y su premier Alberto Otárola.
La denominada “Toma de Lima” demostró que el peruano o peruana de diversos departamentos del país incluida Lima, no se amedrentan ante la amenaza de balas, ante la represión como la habida en la parte final de la protesta. Para Verónica Mendoza, no solo la población nacional tiene un debido conocimiento de lo que sucede en el país, sino igualmente instancias del exterior, quienes se han pronunciado respecto al uso indiscriminado de la fuerza en protestas anteriores.
Epicentro, que siguió muy de cerca esta protesta nacional, indicó que, en la Abancay y otras calles de Lima, hubo agresiones de la Policía lo que generó varios heridos e incluso hasta Defensoría del Pueblo, precisó que había 8 heridos de los cuales 6 son civiles y dos miembros de la Policía Nacional del Perú.