ERP. Hay toda una serie de nuevos dispositivos electrónicos que constituirían un enfoque nuevo en la lucha contra este flagelo. A raíz de la aparición desde 2012 en varios mercados de opciones como ecigarettes y calentadores de tabaco, expertos empiezan a sugerir a la OMS cambios en las políticas internacionales antitabaco.
De acuerdo con un grupo de investigadores y expertos en el campo del consumo de tabaco, la única manera de combatir este flagelo no es la prohibición o los impuestos elevados, sino también emplear un control reducido a las alternativas electrónicas de consumo las cuales suponen un potencial riesgo reducido en la salud de los consumidores.
El grupo de académicos de universidades de EEUU y Canadá cree que la población consumidora en todo el mundo podría acceder a nuevas alternativas potencialmente menos riesgosas por lo cual recomendó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacer un cambio de enfoque en sus políticas de control.
En una carta dirigida a Tedros Adhanom, actual director de la OMS, los expertos en el daño producido por el tabaquismo solicitan a la entidad que acoja la reducción del daño como estrategia y una regulación diferenciada de acuerdo al nivel de riesgo.
La innovación de la industria parece haber logrado que productos de esta categoría como vapeadores y cigarrillos electrónicos no produzcan humo, principal causante de la enfermedades asociadas al tabaquismo.
Según estudios independientes como el realizado por el Real Colegio de Médicos de Londres, se estima que los riesgos del cigarrillo electrónico no “superen el 5% de los asociados con los productos de tabaco quemado”, según su informe sobre estos productos presentado a finales de 2016.
Así mismo la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos recientemente concluyó que: “Si bien los cigarrillos electrónicos no están exentos de riesgos para la salud, es probable que sean mucho menos nocivos que los cigarrillos de tabaco combustible”.
Por estas y otras razones los expertos buscan que la OMS explore nuevos enfoques como la regulación diferenciada, que consiste en considerar el potencial de reducción del daño de los denominados Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) a la hora de establecer los impuestos en cada país.
Según la carta “una regulación excesiva o impuestos sobre los nuevos dispositivos es contraproducente y dañina”, pues su efecto sería reducir la oferta de posibles sustitutos del cigarrillo convencional.
Este año la conferencia de las partes (COP 8) del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco se reunió en Ginebra del 1 al 6 de octubre dónde discutió las principales decisiones relacionadas con política pública, entre ellas la adopción de medidas sobre el consumo de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN).