ERP. Las elecciones congresales del mes de enero del 2020, siguen adelante y actores importantes en este tipo de lides son las encuestadoras. De acuerdo a todos los estudios realizados, los peruanos no definen aún respecto a la organización de su opción para votar y menos quienes son los candidatos de su preferencia. En la región Piura y aunque no existen estudios serios respecto al proceso, se percibe lo mismo.
¿Cuándo definirá la población sus preferencias para votar? La encuesta del Instituto de Estudios Peruanos lo responde. Será en la última semana de la elección, es decir, de manera práctica será a partir del 15 de enero del 2020. Sin embargo, no será consecuencia del azar, sino de la saturación que se realice en los meses de diciembre y la primera quincena de enero del próximo año.
[Ver encuesta del Instituto de Estudios Peruanos]
Por el momento y gracias a una gestión aceptable del alcalde de Lima, en el balance nacional el Partido Acción Popular tiene la más alta intención de voto; sin embargo, el porcentaje fluctúa entre regiones y no es homogéneo. Además, abona en este desfase, el hecho de no contar con líderes nacionales fuertes que fortalezcan la labor de proselitismo de sus organizaciones políticas, lo que sucede con Fuerza Popular, con el Partido Morado.
Será la primera vez que una elección de esta naturaleza se realice separadamente de la elección presidencial. Cuando sucede ambas elecciones, el candidato presidencial influye significativamente en todos los integrantes de su organización. Esta ventaja no se presentará por lo sui géneris de la elección y por lo tanto, cada candidato al Congreso, deberá usar sus propias estratagemas para hacerse notar o para ir quedando en la imaginaria del elector.
Lo que, si se observa en los estudios de intenciones de voto, es la fácil recordación que tiene la gente de algunos partidos políticos, evidenciándose un voto muy emocional y lejano a la justa evaluación de lo sucedido.
Pasa con Fuerza Popular, la cual logró una mayoría en el último congreso con la cual pudo tener incluso hasta una agenda propia y resolver de acuerdo a los requerimientos nacionales; sin embargo, su mediocridad, la carencia de un liderazgo que entienda problemas y funcionamiento del Estado, además de su apoyo a la corrupción, derivó en una pérdida de legitimidad y rechazo de la mayoría de la población.
Aunque tiene un porcentaje bajo, no lo es tanto, si se retira de los estudios los votos nulos, blancos y viciados. Por lo tanto, para el disgusto de las mayorías, esta organización podría aún mantener cierta presencia en el Congreso, pero no tan determinante como sucedió en el anterior, pero igualmente destructiva en el último año. Quizá tengan un facto en contra y es la imposibilidad de conseguir recursos con facilidad, que podría limitarlos.
Alianza para el Progreso, tiene una regular aceptación en la zona norte. Se debe al fuerte trabajo realizado desde Trujillo hasta Tumbes y por el momento, si se consideran encuestas le vienen dando resultado. El partido Morado nace emergente en esta lid electoral y la figura de Julio Guzmán un potencial candidato presidencial, se convierte en determinante para las actuales aspirantes a parlamentarios.
Las organizaciones de izquierda, vienen pagando la factura de su impericia y dejadez. El no contar con un partido constituido por el lado de la izquierda más ideológica y la debilidad del liderazgo del Frente Amplio, los mantiene aún escondidos. Pero, la izquierda tiene un voto duro o cautivo y es seguro que se irá por uno u otro camino, aunque en este campo, el partido liderado por Marco Arana, tiene mejor propensión para crecer.
Lo que si se evidencia es lo dispar que podría ser el próximo Congreso, lo que impediría lograr consensos para proyectos convenientes. Con una fuerza dura, dispuesta a mantener su belicosidad y quizá la inexperiencia de los nuevos parlamentarios, la repetición de lo visto en el último Congreso, no es imposible que se vuelva a ver.
Es por eso, aunque muchas veces cae en el vacío, la sugerencia y recomendación es votar bien; primero, por una organización que haya demostrado siempre ser democrática y respetuosa de la institucionalidad, segundo conociendo bastante bien a los potenciales parlamentarios a elegir. Para ello, existe toda una plataforma tecnológica que permite que el elector esté debidamente ordenado.