ERP. Una encuesta publicada el último domingo, indica la pérdida de popularidad del presidente Martín Vizcarra, en tanto en declaraciones públicas Mercedes Araoz aprovechó para cuestionar la presencia de César Villanueva en la presidencia del Consejo de Ministros, a quien considera como "vacador" en referencia al rol que cumplió para la salida de Pedro Pablo Kuczynski.
Lo que aparentemente estaba superado, fue reavivado por Mercedes Araoz en declaraciones que demuestran la hostilidad que existe después de la renuncia presidencial. Como se recuerda el cuestionado Villanueva fue promotor activo de la segunda moción de vacancia presentada en contra de Pedro Pablo Kuczynski, producida la renuncia y no la vacancia, Villanueva declaró una y otra vez que no sería Premier y luego lo fue.
Mirado en retrospección, Villanueva tuvo un comportamiento ético en la primera solicitud de vacancia. Con su voto y la de otros parlamentarios se evitó que Kuczynski sea vacado; sin embargo, como es bastante conocido, los errores, torpezas y desatinos del expresidente produjo un nuevo escenario político, el cual sumó a lo ya existente las diversas mentiras post votación para liberar al expresidente Alberto Fujimori.
En esta etapa tuvo un rol activo Mercedes Araoz, quien dijo en una primera oportunidad que no estaba en agenda la libertad del expresidente y lo ratificó después, mentira que igualmente fue repetida por el expresidente Kuczynski. En realidad el cambio de actitud de muchos parlamentarios respecto a la vacancia se encuentra en las decisiones políticas y actitud personal de PPK de indultar al ex mandatario Fujimori.
Kuczynski no entendió jamás respecto del voto que le negó a Fuerza Popular los votos suficientes para vacarlo. No entendió que las bancadas de Nuevo Perú y la de Alianza para el Progreso no querían dar paso a una actitud prepotente y abusiva de la mayoría parlamentaria y más aún no entendió que en ese voto se encontraba la defensa de la institucionalidad presidencial. Al contrario de entender y valor, hizo todo lo contrario y el resultado fue su expectoración.
Pasado el tiempo y lo que se presumía una época de concordia y de paz en la gestión de Martín Vizcarra, ha sido puesta en tela de juicio la presencia de César Villanueva en el premierato. En entrevista a El Comercio, Aráoz dijo que seguía pensando que el “vacador” no puede ser presidente del Consejo de Ministros.
Martín Vizcarra respondió más tarde indicando que “Tenemos una buena relación con Mercedes Aráoz, pero quien decide el equipo es el Presidente. Hay coincidencia con la visión de país... si la vicepresidenta tiene una opinión contraria, la respeto”, dijo en Cuarto Poder.
Aún no se sabe que ribetes asumirán estas discrepancias; lo que si queda claro que el camino adoptado por Martín Vizcarra tiene muchos errores y que se vienen percibiendo desde la ciudadanía. Uno de ellos es su demasiada cercanía con Fuerza Popular y el segundo sobre el poco brío de sus ministros.
Consideramos que César Villanueva al margen de ser un parlamentario de consenso y quizá un exitoso presidente regional en su momento, no tiene las calidades políticas para ejercer un cargo de tal importancia. Se podría decir que se encuentra al mismo nivel de Ana Jara, pero casi inalcanzable al rol prístino de Pedro Cateriano.
Las decisiones equívocas del ministro de Economía y que han llevado a un incremento de precios, es una muestra que no existe en el gabinete un liderazgo real para decidir en temas no solo sociales o de distribución de los recursos públicos, sino fundamentalmente del manejo tributario. Se podría decir, la economía no tienen un buen manejo y eso tiene su coste y lamentablemente ese coste se refleja en falta de respaldo ciudadano.
En definitiva estar cerca de Fuerza Popular, es un tema que puede acarrearle un demérito rápido al bisoño presidente y si no entienden el manejo de la economía la situación puede ser peor. Por lo pronto tener como defensores de sus políticos a los parlamentarios que antes fueron recalcitrantes contra PPK es suficiente para seguir incrementando su pérdida de legitimidad y las decisiones en materia económica no le han deparado buenos réditos.
Vizcarra viene pasando con mucha facilidad del entusiasmo y normalidad inicial hacia la pérdida de confianza y eso es peor.
