ERP. Al Presidente Augusto B. Leguía se le menciona siempre en la historia nacional, es una de esas figuras, que si bien no goza de la simpatía de todos los peruanos, es el referente para señalar cambios con la modernización del país, y con el logro de dejar a la capital del Perú, urbanísticamente, como una de las mejores del continente.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
La Constitución de 1920, para la República del Perú, fue elaborada por la Asamblea Nacional de 1919, se ratificó el 27 de diciembre de 1919, y se promulgó un día como hoy, 18 de enero en 1920, ese día, aniversario de la fundación de Lima, en los balcones de la Municipalidad, el Presidente estampó su firma en la nueva Constitución, que luego sería derogada el 9 de abril de 1933, durante el gobierno de Luis Miguel Sánchez Cerro.
La Constitución de 1920 fue la novena carta magna elaborada, tras los debates respectivos por la Asamblea Nacional convocada a través de un plebiscito por el presidente Augusto B. Leguía. Los especialistas la señalan como una Constitución de carácter progresista, y pese a que no todas sus innovaciones fueron implementadas.
En las elecciones presidenciales de 1919, el ex Presidente Augusto B. Leguía obtuvo la mayoría de votos, sin embargo, advirtiendo que era posible un desconocimiento de su triunfo por el Presidente José Pardo y Barreda, el 4 de julio de 1919 dio un golpe de Estado, con el apoyo de la gendarmería, asumiendo con carácter provisorio, decretando a continuación la disolución del Congreso.
Tras esto convocó a plebiscito orientado a la aprobación de las reformas constitucionales a la Carta Magna de 1860. Se determinó que el Congreso elegido funcionase un mes como Asamblea Nacional, y sancione las reformas consultadas, como la renovación total del Congreso, y no por tercios como se estilaba hasta entonces, y establecer la duración del período presidencial en 5 años. .
La Asamblea Nacional, presidida por el abogado y sociólogo Mariano H. Cornejo, se instaló el 24 de setiembre de 1919, y el 12 de octubre designó a Leguía como Presidente Constitucional, tras un nuevo conteo de los votos obtenidos en las elecciones presidenciales. Con nuevas reformas constitucionales, el Presidente fue reelegido en 1924 y 1929.
En los 161 artículos de la Constitución, ordenados en 19 títulos, se puede apreciar un conjunto de innovaciones que en algunos casos se mantienen hasta hoy, como la renovación simultánea de los poderes públicos, Ejecutivo y Legislativo. Los senadores y diputados se elegirían, el mismo día que los peruanos eligieran a su Presidente Constitucional.
Se restableció la elección popular de los municipios, experiencia que se había practicado por primera vez en el Perú en 1812, y que finalmente en 1920 no se puso en práctica, instaurándose las Juntas de Notables designada finalmente por el Ministro de Gobierno. Con el gobierno del Presidente Bustamante y Rivero se programaron elecciones municipales con participación de mujeres, lo que no se realizó, por el golpe de Estado del general Manuel Arturo Odría.
Se estableció el periodo presidencial de cinco años, dejando atrás el de cuatro, otro aspecto que también se mantiene, pese a que en la Constitución de 1933 se estableció que la duración sería de 6 años. Asimismo se determinó que la elección del Presidente de la República y del Legislativo, se haría por voto popular directo; y que funcionaran los congresos regionales en el norte, centro y sur del país, pensando en la descentralización, sin que se llegara al cumplimiento de su cometido
Otro aspecto que merece recordarse, es que se instauró la responsabilidad política del gabinete ante el Congreso, y la obligatoriedad de la renuncia ministerial ante el voto de falta de confianza aprobado en el Congreso.
En el Museo del Jurado Nacional de Elecciones, se conservan varios textos de la Constitución de 1920, la Medalla Conmemorativa, y bienes culturales asociados al Presidente Augusto B. Leguía.
