Hoy, más de 160 millones de estudiantes de América Latina y el Caribe, no pueden asistir a las aulas por el cierre de las escuelas para evitar la propagación del nuevo coronavirus. Con un futuro incierto y sin conocer cuándo volverán a clases niños y jóvenes, podríamos pensar que este año lectivo estaría “perdido”.
Por: Hugo Frega,
General manager de Hughes Network Systems LLC (Hughes) del Caribe y LatAm (CALA)
Hoy, más de 160 millones de estudiantes de América Latina y el Caribe, no pueden asistir a las aulas por el cierre de las escuelas para evitar la propagación del nuevo coronavirus. Con un futuro incierto y sin conocer cuándo volverán a clases niños y jóvenes, podríamos pensar que este año lectivo estaría “perdido”.
La preocupación es muy grande cuando se habla de educación, especialmente en las zonas rurales de cada país, donde más de 13 millones de estudiantes no pueden acceder al aprendizaje remoto por falta de conexión a Internet, radio y/o televisión; lo cual imposibilita la formación de los alumnos y también de los maestros.
La educación a distancia en países desarrollados aún es difícil y para países donde no estamos acostumbramos a la teleeducación, el proceso es más complejo. En México, por ejemplo, solo el 56% de los hogares tienen acceso a Internet; en el Perú, el 39% de hogares a nivel nacional cuentan con conectividad y en las zonas rurales solo el 5%. Razón por la cual, nos hace comprender la importancia de la conectividad.
Sin ir muy lejos, Uruguay, hace unos años implementó el Plan Ceibal, iniciativa gubernamental donde se entrega una laptop a cada alumno en las escuelas públicas, ayudando a acortar la brecha digital en educación en dicho país. Asimismo, crearon una plataforma donde puedes encontrar más de 7 mil libros recreativos y materiales de estudio para que los estudiantes cuenten con una educación continua.
El Gobierno peruano está realizando diversos esfuerzos para llevar Internet a zonas más alejadas, ya que un alumno que cuenta con conectividad tiene mayores oportunidades de crecimiento y desarrollo: ingreso a bibliotecas virtuales, cursos online, becas, estudiar a distancia, etc. Por esa razón, estamos convencidos que una solución para promover una educación inclusiva y descentralizada es el uso de Internet satelital porque ofrece conexión establece y segura que llega a los lugares más remotos y beneficia a aquellos estudiantes que, por diversos motivos, no pueden acceder a la educación presencial o desean fortalecer o ampliar sus conocimientos.
La efectividad del Internet satelital ya se siente en la región. Tenemos experiencias como las de Colombia, en donde el Estado está en proceso de desarrollo de un proyecto para brindar Internet gratuito a más de 10,000 comunidades rurales en zonas alejadas de los 32 departamentos del país hasta el 2030. Con esta acción, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia – MinTIC brinda las mismas oportunidades a estudiantes, docentes, campesinos, agricultores, pescadores, etc., que hoy pueden estar más informados, utilizar esta herramienta para su trabajo diario e incluso, generar nuevas fuentes de ingresos.
Estos proyectos solo pueden ser realizados con tecnología satelital de alta densidad en banda KA -rango de frecuencias utilizado en las comunicaciones vía satélite- de última generación, la cual permite dar accesos a escuelas con anchos de banda de 50Mbps que hasta hace poco tiempo era impensable. Hoy es una realidad que países como Perú, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, entre otros, ya cuentan con esta tecnología de vanguardia; la cual, genera que los diferentes Gobiernos busquen llevar conectividad a niños, jóvenes y adultos enlazando las zonas urbanas con las rurales.
A través de un trabajo en conjunto podemos lograr los objetivos que buscamos. Un país donde la inclusión educativa sea lo primordial, es una nación que avanza y que desea llevar las mismas oportunidades a todos por igual, así trabajaremos por un Perú mejor.
