ERP. La memoria de los personajes de la independencia, es un tema que ha convocado a los peruanos en los últimos años, y desde muchos lugares del país se mueve a los naturales de cada espacio, para rememorar a quienes ya se conoce, y desenterrar a aquellos cuyas vidas estuvieron asociadas a los hechos de la independencia, y se considera que se debe divulgar. También se busca magnificar, las acciones que se estima deben tener mayor relevancia en la historia nacional, y que solo se conservan a nivel local o regional.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
Sin embargo, hay personajes cuyos nombres siempre estarán presentes en la memoria colectiva de los peruanos y de las peruanas, como son Túpac Amaru, María Parado de Bellido, José de San Martín, Simón Bolívar, Domingo Choquehuanca, Micaela Bastidas, y otros tantos, cuyas vidas están vinculadas a la libertad e independencia de la patria peruana.
Uno de esos personajes conocidos es José Bernardo de Tagle y Portocarrero, patriota nacido en Lima, el 21 de marzo de 1779, y fallecido en el Callao, el 26 de septiembre de 1825, recordado como el IV marqués de Torre Tagle, quien en un momento, como militar y político peruano, ejerció el gobierno de la República del Perú, en momentos diferentes, entre 1822 y 1824.
Palacio Torre Tagle en Lima.
Torre Tagle, tempranamente se involucró entre los patriotas partidarios de la Independencia, al margen de ser miembro de la nobleza criolla virreinal. Su experiencia administrativa comenzó quizá, cuando fue alcalde de Lima entre 1811 y 1812, de modo que eso le debió servir mucho cuando posteriormente fue nombrado intendente de Trujillo, es decir, autoridad principal en toda la costa y sierra norte del Perú, como de la zona de selva, que caía en jurisdicción de la intendencia.
Torre Tagle fue uno de los diputados por el virreinato del Perú, y como tal participó en los debates de las Cortes Ordinarias de Cádiz, quedando registrada su huella, en los anales de estos debates, en medio de una España, cuyo soberano estuvo cautivo de los franceses, por varios años.
Su figura está asociada a su labor como intendente, y a la proclamación de la independencia en Trujillo, el 29 de diciembre de 1820, decisión tomada por la fortaleza de su espíritu libertario, y por el apoyo y motivación generada desde el general San Martín, a quien daría luego todo el apoyo surgido desde todos los rincones de la intendencia: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, parte de Ancash, Cajamarca, Amazonas, y San Martín.
Queda un registro del paso de Torre Tagle por Piura, cuando retornó de la Península Ibérica, de eso hemos dado cuenta en mi libro “Piura y la Independencia, publicado en 1994”, señalando los detalles de la travesía por el desierto de Sechura, precedida de su presencia en ese lugar, Paita y Piura.
Durante el Protectorado del Libertador José de San Martín, se le encomendó funciones militares y administrativas, el gran argentino sabía de la capacidad de Torre Tagle, y de su espíritu patriótico. Cuando el general San Martín partió a Guayaquil para su entrevista con Simón Bolívar, fue Supremo Delegado con carácter interino. Poco después de la dimisión de San Martín, en setiembre de 1822, al año siguiente, fue encargado del Poder Supremo, durante un día, tras el derrocamiento de la Suprema Junta Gubernativa.
También fue encargado del Mando Supremo, ante la proximidad de la llegada del Libertador Simón Bolívar, entre julio y agosto de 1823; y al poco tiempo, el Congreso le nombró Presidente del Perú, mientras que Bolívar ejerció el poder militar. En medio de los sucesos de la guerra de la independencia, se le acusó de conspirar a favor de los españoles, siendo despojado del mando en febrero de 1824. Tras esto, se refugió en la Fortaleza del Real Felipe, en el Callao, donde falleció a consecuencia del escorbuto.
Trujillo siempre ha honrado la memoria del Marqués de Torre Tagle, parte de su historia, sobre todo la de la independencia está asociada a este personaje, por eso, las autoridades y el pueblo trujillano, en un acto de justicia, en diciembre pasado, al conmemorarse el Bicentenario de la Proclamación de la Independencia de Trujillo, trasladaron los restos del Marqués y de su esposa, a la Cripta de la Iglesia Catedral de la ciudad, cuyo bicentenario del grito libertario no se pasó por alto, pese a los efectos de la pandemia, que ha alterado la forma de obrar en todo el mundo.
