ERP. El éxito que alcanzó en su momento el llamado Caso Tambogrande fue una combinación de incidencia local, nacional e internacional que terminó transformando la violencia y la frustración en una expresión creativa y solidaria, las que jugaron a favor de la comunidad, afirma una tesis doctoral aprobada recientemente por la Universidad de California en Santa Cruz (UCSC).
El trabajo fue sustentado por el mexicano Michael Wilson Becerril, quien estudió cuatro casos peruanos relacionados con el conflicto entre industrias extractivas, gobierno y comunidad, para analizar qué detalles los resuelven o empeoran, y cómo esas experiencias pueden transformarse en exitosas para otros casos en el contexto latinoamericano y mundial.
"Por más de cinco años, América Latina ha sido clasificada como la región más letal del mundo para activistas ambientales", sostuvo. "En Perú, los conflictos más comunes y más letales están relacionados a la minería. Sin embargo, hay docenas de conflictos mineros en el país, y no todos se vuelven violentos: algunos se manejan de forma productiva, e incluso algunos conflictos violentos se pueden resolver".
Wilson seleccionó específicamente los conflictos generados en torno a la minería de oro, y junto al de Tambogrande estudió los casos La Zanja (Santa Cruz, Cajamarca), Lagunas Norte (Alto Chicama, La Libertad) y Cerro Corona (Hualgayoc, Cajamarca).
La investigación, que incluyó visitas de campo durante 14 meses, el análisis de sobre 900 documentos y archivos, y más de 400 entrevistas conducidas con ejecutivos, funcionarios, dirigentes y líderes comunitarios, fue defendida y aprobada el 13 de junio pasado en la UCSC, y se planea su próxima publicación.
"Aunque los cuatro proyectos mineros compartieron contextos similares, sus resultados divergentes – como el efecto poco estudiado de la "rutinización" de conflictos– pueden explicarse por las relaciones cotidianas de los actores, los esfuerzos de los movimientos sociales para organizar y atraer la atención externa, y las estrategias de las empresas para manejar a la oposición y la opinión pública", agrega.
En el caso de Tambogrande, el flamante doctor lo califica como exitoso debido a que supone la victoria del movimiento de una de las partes; en el caso de La Zanja lo califica como parte rutinizado y parte desmovilizado, en Lagunas Norte el conflicto está rutinizado, y en Cerro Corona fue la empresa que lo supo resolver unilateralmente.
Como se recuerda, en el distrito de Tambogrande, una concesión aprobada en 1997 por el entonces presidente Alberto Fujimori permitió que la empresa canadiense Manhattan Minerals (hoy Mediterranean Resources) buscara explotar un yacimiento polimetálico (oro, plata, cobre y zinc) bajo la ciudad de Tambogrande (TG1), y otros dos en la comunidad de Locuto, en las inmediaciones de los caseríos de La Rita (TG2) y El Papayo (B5).
La controversia comenzó a mediados de 1999 cuando la empresa condujo sus primeros trabajos de exploración en la ciudad de Tambogrande y el valle de San Lorenzo, con una autorización municipal pero sin un diálogo previo con la población.
La oposición de la comunidad expresada inicialmente en la destrucción de dos campamentos en la ciudad de Tambogrande junto al inexplicado asesinato del líder comunitario Godofredo García Baca, ambos en 2001, y que luego se transformara en la consulta vecinal de 2002 y el posterior boicot artístico a sus audiencias informativas en Lima, Piura y Tambogrande en 2003, terminó por devaluar las acciones de la empresa en la Bolsa de Toronto (Canadá) y su posterior salida del país en 2005.
"Una de las cosas que provocó la caída de Manhattan fue la propia política informativa de Manhattan, que trató de contar una historia en castellano a la gente de Tambogrande y el valle de San Lorenzo, y otra muy distinta en inglés a sus accionistas en Toronto", recordó Nelson Peñaherrera, director de FACTORTIERRA.NET (que se lanzó a causa del caso Tambogrande, en octubre de 2000) y columnista de El Regional de Piura.
"Entonces, cuando tú juntabas ambas historias y encarabas a la empresa, ésta no tuvo la delicadeza de reconocer que estaba sesgando la información y subestimando a los medios de comunicación internacionales y la gente del valle, los que eventualmente destaparon las contradicciones de la propia empresa, y el resto ya lo conocemos", acotó a este medio.
De hecho, la cadena británica BBC produjo un reportaje multiplataforma en 2003 en el que destacaba las contradicciones de la empresa, y en 2006 se estrenó la versión final del documental Tambogrande - Mangoes, Mining, Murder del peruano Ernesto Cabellos y la canadiense Stephanie Boyd, que las explica con mayor profundidad.
Por su parte, Peñaherrera y el equipo de FACTORTIERRA.NET que participó en la cobertura del caso fue también entrevistado por Wilson Becerril, quien aclara que no pretende generar una oposición a los proyectos extractivos sino darles mayor transparencia para que eviten conflictos, o los resuelvan de una forma pacífica y sostenible si llegaran a presentarse.
"Al identificar patrones que conducen a la escalada y resolución de conflictos, esta investigación ayuda a actores estatales en el diseño de instituciones efectivas que pueden canalizar conflictos, proporciona a los actores internacionales los entendimientos para dirigir mejor los recursos hacia la prevención de violencia, equipa a las empresas con herramientas para proteger sus inversiones por medio de generar relaciones comunitarias duraderas, y ayuda a la sociedad civil a promover formas de desarrollo que estén acordes con las necesidades y los deseos locales", explicó Wilson.
La tesis indica que entre 2006 y 2016, más de 200 personas murieron y más de 1600 quedaron heridas como resultado de la violencia en los conflictos mineros, y entre 2008 y 2017 la Defensoría del Pueblo reportó más de 200 conflictos por esta causa.
La UCSC (también conocida como la UC Santa Cruz) es una casa de estudios superiores pública fundada en 1965, y pertenece a la red de la renombrada Universidad de California, que, entre otras filiales tiene a la famosa UCLA (Los Ángeles).
En 2006, los recursos de la UCSC ascendían a 162,4 millones de dólares, cuenta en su claustro con más de 800 docentes y ocupa el puesto 18 en los Estados Unidos; asimismo, se le reconoce una tendencia política más liberal y un fuerte activismo de sus estudiantes.
[Fotos Cortesía de Michael Wilson Becerril]
