ERP. El huerto de la institución educativa 028 Dagma Pozo García nunca ha dejado de ser atendido por el Comité de Alimentación Escolar (CAE) ni los padres de familia. Por eso, se luce con su siembra de yuca, papaya, mora, limón, ciruela, naranja, frijol de palo y otros productos, a pesar de que las clases de las niñas y niños continúan siendo virtuales.
Uno de los jefes de hogar que ayudan con el mantenimiento del huerto escolar, ubicado en el distrito tumbesino de Corrales, es el señor Claudio Delgado Flores, quien se animó a remover la tierra y arreglar los plantones luego de recoger los comestibles del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, destinados a su hijo de educación primaria.
Ante la posibilidad de que las clases escolares sean nuevamente presenciales en el 2022, el CAE de este colegio y los padres de familia desean que la producción de su huerto prosiga, pues sienten que la experiencia de la agricultura es un aliciente para promover no solo la alimentación saludable sino también la armonía familiar.
Una situación similar se vive en algunas escuelas públicas de Zarumilla, Zorritos y San Jacinto, donde otros padres de familia también colaboran con el mantenimiento de los huertos que sembraron sus hijas e hijos juntos a sus maestros.
Entrega de alimentos
En el departamento de Tumbes, la tercera entrega de alimentos del año se realiza desde el 19 hasta el 27 de mayo en las instituciones educativas. Hasta allí llegan los monitores de gestión local de Qali Warma, con el fin de contribuir en la implementación de medidas sanitarias y de bioseguridad para evitar la propagación del COVID-19.
Además, con infografías y otros materiales en mano, sensibilizan a los integrantes de los CAE, las madres y padres de familia, acerca del manejo adecuado de los alimentos y la preparación de dietas nutritivas.
Los CAE, conformados por directivos y profesores de los colegios, así como representantes de las madres y padres de familia, son responsables de recibir los productos de Qali Warma, almacenarlos y distribuirlos a las jefas y jefes de hogar, para que los preparen en sus casas y sean consumidos por sus hijas e hijas estudiantes.
Gracias a esta gestión compartida, se garantiza el servicio de alimentación dirigido a 42 837 alumnas y alumnos de 364 escuelas públicas de la región.
